Las intensas lluvias que han azotado Cartagena en las últimas 72 horas han dejado una estela de devastación, afectando a más de siete mil familias en 70 barrios de la ciudad.
Este alarmante informe, proporcionado por la Oficina de Gestión del Riesgo local, pone de relieve la gravedad de la situación, que se agrava con la presencia de un potencial ciclón tropical en el Caribe colombiano.
La combinación de lluvias torrenciales y el riesgo meteorológico ha llevado a las autoridades a activar un plan de contingencia que busca mitigar el impacto de este fenómeno natural.
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Ante esta crisis, la administración distrital, encabezada por el alcalde Dumek Turbay, ha implementado una serie de medidas de emergencia. Una de las decisiones más significativas ha sido la habilitación del Coliseo de Combate como refugio temporal para aquellas familias que han tenido que evacuar sus hogares. Este espacio se convierte en un lugar seguro donde los damnificados pueden encontrar abrigo mientras la situación del agua se normaliza en la ciudad.
Turbay ha instado a la población a hacer uso de este refugio y ha asegurado que se están realizando monitoreos permanentes en las áreas más afectadas. “Estamos comprometidos con la seguridad de nuestros ciudadanos y trabajamos incansablemente para brindar la asistencia necesaria en estos momentos críticos”, expresó el mandatario.
Los informes de la Oficina de Gestión del Riesgo indican que las inundaciones en los barrios afectados son significativas, lo que ha llevado a los organismos de socorro a establecer una presencia constante en las zonas críticas. Equipos de respuesta rápida están trabajando en la evacuación de familias en riesgo, así como en la entrega de ayudas humanitarias.
La situación no se limita a Cartagena. En el municipio vecino de Turbaco, las comunidades de Fátima, El Recreo y Santa Catalina también han sufrido las consecuencias de las lluvias, con más de 250 familias damnificadas. La solidaridad entre las localidades se hace más necesaria que nunca, y las autoridades municipales están colaborando estrechamente para atender la emergencia.
La gravedad de la situación ha llevado a las autoridades a mantener activo el sistema de alertas tempranas en la región. La alerta naranja ha sido decretada en cinco departamentos del Caribe colombiano debido al fenómeno meteorológico que se prevé continuará afectando la zona. El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales Ideam, ha pronosticado la continuidad de las precipitaciones, lo que genera un clima de incertidumbre y preocupación entre la población.
En este contexto, los organismos de socorro hacen un llamado a la comunidad para que se mantengan alertas ante las indicaciones oficiales. Se aconseja evitar las zonas inundadas y reportar cualquier emergencia a las líneas de atención dispuestas por el distrito. La comunicación fluida y la cooperación son fundamentales para enfrentar esta crisis.
A medida que la situación evoluciona, la administración local continúa evaluando los daños y coordinando la asistencia humanitaria para las familias afectadas. La solidaridad de los ciudadanos y la colaboración de diversas entidades se han vuelto cruciales para ayudar a los damnificados a superar esta difícil situación.
El panorama que enfrenta Cartagena y sus alrededores es complejo, pero la resiliencia de la comunidad y la rápida respuesta de las autoridades son elementos clave para enfrentar este desafío. En momentos como este, la unión y la empatía se convierten en los pilares para superar las adversidades, recordando a todos que, aunque la naturaleza pueda ser implacable, la solidaridad humana siempre encontrará la forma de brillar en medio de la tormenta.
La situación en Cartagena es un recordatorio de la vulnerabilidad ante fenómenos climáticos extremos, pero también de la capacidad de la comunidad para unirse y apoyarse en los momentos más difíciles. Las autoridades y los ciudadanos deben trabajar juntos para construir un futuro más resiliente y preparado para enfrentar los desafíos que puedan surgir.