En emergencias relacionadas con desastres naturales, como terremotos, huracanes e incendios forestales, es importante no solo salvaguardar la vida propia y la de las demás personas, sino también la de los animales. Por eso, el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal de Bogotá planteó un listado de recomendaciones a tener en cuenta para evacuar con mascotas en situaciones de riesgo.
Es crucial tener un botiquín de emergencia bien equipado. Este debe incluir elementos básicos de primeros auxilios como vendas, gasas estériles, cinta adhesiva médica, alcohol, antiséptico, tijeras, pinzas, guantes desechables, analgésicos, antiinflamatorios y medicamentos personales. Además, es esencial contar con una linterna con baterías de repuesto, un radio portátil a pilas, baterías adicionales, un silbato, agua embotellada, alimentos no perecederos, una cobija térmica, un kit de higiene personal, una lista de contactos de emergencia, copias de documentos importantes, una multiherramienta o navaja suiza, cuerda resistente, máscaras de polvo y dinero en efectivo.
Estos elementos asegurarán que se puedan proporcionar cuidados médicos básicos y mantener la supervivencia mientras se espera la llegada de ayuda. Tener un botiquín bien preparado puede marcar una gran diferencia en las primeras horas críticas después de un temblor, proporcionando lo necesario para atender heridas, mantenerse informado y protegido, y cubrir necesidades básicas hasta que se restablezcan los servicios.
Colombia es un país con alto riesgo sísmico debido a su ubicación en el cinturón de fuego del Pacífico, una de las regiones más activas del planeta en términos de actividad tectónica.
En el territorio convergen tres placas principales: la placa de Nazca, la placa Sudamericana y la placa Caribe, cuyos movimientos generan una constante amenaza de terremotos. Las zonas más vulnerables se encuentran en la región andina, donde se localizan ciudades densamente pobladas como Bogotá, Medellín y Cali.
El Sistema Geológico Colombiano (SGC) ha señalado que las áreas más propensas a sismos de gran magnitud incluyen el Eje Cafetero, el departamento de Nariño y la región de Santander, especialmente la llamada “nido sísmico de Bucaramanga”, una de las zonas con mayor frecuencia de eventos sísmicos en el mundo.
Según el SGC, al año se registran en promedio más de 2,500 movimientos telúricos en todo el país, aunque la mayoría son de baja magnitud.
Los expertos advierten sobre la necesidad de reforzar las medidas de prevención y gestión del riesgo, dado que el impacto de un sismo depende no solo de su magnitud, sino también de la vulnerabilidad de las edificaciones y la preparación de la población.
En ciudades como Bogotá, donde la expansión urbana no siempre ha seguido normas estrictas de construcción antisísmica, la preocupación es significativa.
Las autoridades nacionales han impulsado políticas de reducción del riesgo, como simulacros periódicos y el monitoreo constante de la actividad sísmica, aunque los retos persisten en zonas rurales y regiones donde el acceso a información y tecnología es limitado.
Además, se subraya la importancia de la educación comunitaria para minimizar el impacto de futuros eventos sísmicos, especialmente en un país que enfrenta la amenaza constante de desastres naturales.
Colombia experimenta frecuentes sismos debido a su ubicación geográfica en una zona de alta actividad sísmica. Las principales razones son:
El Servicio Geológico Colombiano confirmó un evento sísmico en Betulia, Santander con una magnitud de 3.3 con profundidad de 132 kilómetros.
La revisión del estado de los canales y desagües del hogar es crucial en caso de un sismo por varias razones. En primera instancia, un movimiento telúrico puede causar daños estructurales no visibles de inmediato, comprometiendo la integridad de estas instalaciones.
Eventuales fisuras o bloqueos en los canales y desagües pueden derivar en filtraciones, inundaciones y acumulación de agua indeseada, aumentando el riesgo de daños materiales adicionales y problemas de salubridad.
Además, es esencial garantizar que los sistemas de desagüe funcionen correctamente para prevenir la acumulación de agua y posibles inundaciones internas, especialmente crucial durante fenómenos naturales como lluvias intensas post-sismo.
Por lo tanto, una inspección y reparación oportuna puede prevenir complicaciones mayores y contribuir a la seguridad y habitabilidad del hogar después de un sismo.
Pese a que Colombia disfruta de una ubicación rica en biodiversidad y geográficamente favorable, se asienta también en un territorio propenso a frecuentes desplazamientos de placas tectónicas, que casi pueden considerarse cotidianos, aunque usualmente no sean perceptibles.
No obstante, cuando estos eventos alcanzan magnitudes considerables y se originan a poca profundidad, los ‘temblores’ naturalmente generan preocupación y miedo entre la población, situación que es explotada por sujetos malintencionados para crear pánico innecesariamente, situación que se ha intensificado con el aumento en el uso de redes sociales y plataformas de mensajería instantánea como WhatsApp, medios favoritos para esparcir desinformación acerca de estos eventos naturales, mediante lo que se conocen como cadenas.
Desde el Servicio Geológico Colombiano (SGC) se ha recordado que prever sismos es imposible, dado que aún no se ha desarrollado una tecnología o método que permita anticipar dichos movimientos tectónicos.
Mencionaron además que, generalmente, después de un temblor es probable que ocurran réplicas, especialmente si estos eventos se dan en áreas con tendencia a la actividad sísmica y que se hallan sobre fallas activas, como sucede en este país.
Pero recalcaron que, a pesar de contar con esta información, es inviable prever la ocurrencia de un sismo.
“Científicamente no es posible predecir el lugar, magnitud o fecha en la que sucederán los sismos. Desde el SGC seguimos haciendo el llamado a los colombianos, para que se informen sobre este tipo de geoamenazas a través de nuestras redes sociales y las fuentes oficiales, para evitar difundir mensajes falsos e imprecisos. ¡Ayúdennos a compartir esta información! (sic)”, afirmaron.
Durante la noche del domingo 27 y la madrugada del lunes 28 de octubre ocurrieron dos sismos que se sintieron especialmente en el departamento de Antioquia.
Los recientes temblores en el municipio de Los Santos, Santander, han generado preocupación en parte de la población colombiana. El Servicio Geológico Colombiano (SGC) expuso la razón por la cual tiembla en esa región, que convierte a Bucaramanga en una de las capitales más afectadas por los sismos.
El departamento de Santander sigue siendo el más activo en materia de sismicidad, según reportó el SGC en los últimos minutos. De hecho, se presentaron dos nuevos movimientos telúricos en los municipios de Zapatoca y Los Santos.
El primero ocurrió sobre las 08:14 a. m. y tuvo una magnitud de 2.4, por lo que también fue percibido en los municipios de Betulia y San Vicente de Chucurí. En el segundo evento, ocurrido sobre las 10:07 a. m. de este lunes festivo, la magnitud del sismo fue de 2.5 con epicentro en Los Santos y una profundidad de 140 kilómetros.