El próximo martes 5 de noviembre de 2024, Estados Unidos celebrará sus elecciones presidenciales, un evento que ha generado expectativa entre migrantes en todo el mundo, incluidos aquellos en América Latina que buscan ingresar al país norteamericano.
Sin embargo, la Embajada de Estados Unidos en Colombia confirmó que no se prevén cambios en la política migratoria tras el proceso electoral, por lo que las leyes de inmigración se mantendrán estrictas.
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Al respecto, a través de su cuenta oficial de Instagram, la oficina consular en Bogotá declaró que “las leyes de inmigración de Estados Unidos permanecen estrictas. No habrá ningún cambio inmediato en las leyes de inmigración luego de las elecciones estadounidenses del 5 de noviembre”.
También, aseguró que “las personas que entren ilegalmente a EE.UU. entre los puertos de entrada seguirán siendo expulsadas rápidamente”, lo que dejó en claro que se seguirá reforzando el enfoque actual del gobierno estadounidense de desincentivar la migración irregular y de hacer cumplir las medidas de control fronterizo vigentes.
La política migratoria de Estados Unidos, especialmente en año electoral, se ha mantenido como uno de los temas más candentes y polarizadores, dado que los dos principales candidatos a la presidencia, la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump, han presentado visiones divergentes sobre cómo manejar la inmigración y la seguridad en la frontera.
El contexto electoral y la relevancia de América Latina
El debate sobre migración se intensificó durante el primer encuentro televisado entre Harris y Trump, que se llevó a cabo el 10 de septiembre de 2024. Aunque solo se mencionaron explícitamente a México y Venezuela, la región latinoamericana fue protagonista de la discusión.
Ambos candidatos se refirieron al control de la frontera sur de Estados Unidos, la balanza comercial con países de la región y la posibilidad de imponer aranceles para proteger la industria estadounidense.
Durante su presidencia, Trump convirtió la lucha contra la inmigración irregular en una prioridad, por lo que su administración implementó políticas como la prohibición de entrada a ciudadanos de países mayoritariamente musulmanes y el uso del Título 42, una medida de salud pública utilizada para expulsar a millones de migrantes durante la pandemia de COVID-19.
Además, puso en marcha los Protocolos de Protección al Migrante, conocidos como “Permanecer en México”, que obligaron a decenas de miles de solicitantes de asilo a esperar en México la resolución de sus casos. Al respecto, Trump prometió restaurar estas políticas si vuelve a la presidencia.
Por otro lado, Kamala Harris, que ha liderado esfuerzos para abordar las causas de la migración desde Centroamérica, propuso un enfoque diferente para el trato a los migrantes, pues en su papel como vicepresidenta, generó miles de millones de dólares en compromisos del sector privado para mejorar las condiciones económicas y de seguridad en el Triángulo Norte, con la esperanza de reducir la migración hacia Estados Unidos.
Durante su campaña de 2024, Harris ha abogado por una reforma migratoria que incluya un “camino ganado hacia la ciudadanía” para ciertos migrantes, aunque no ha detallado cómo se implementaría este proceso.
Seguridad fronteriza en el centro del debate
La seguridad en la frontera sur también ha sido un punto central en la campaña. Desde que Biden asumió la presidencia en 2021, los cruces fronterizos ilegales han alcanzado niveles récord, con un promedio de 2 millones de migrantes entrando a Estados Unidos entre 2021 y 2023.
Las deportaciones bajo su administración han igualado las cifras de la era Trump, alcanzando 1,1 millones en los primeros tres años; sin embargo, las encuestas reflejan que muchos ciudadanos consideran que la administración Biden no ha manejado adecuadamente la crisis migratoria.
Trump intensificó su retórica al respecto y prometió medidas drásticas si es elegido nuevamente. Sus propuestas incluyen la movilización del ejército estadounidense y la creación de una fuerza de deportación dedicada.
Durante el debate, calificó la migración como una fuente principal de criminalidad en Estados Unidos, a pesar de que el FBI reportó una disminución del crimen violento en el país.
Por su parte, Harris ha buscado destacar su historial en seguridad fronteriza, por lo que ha mencionado su apoyo a un proyecto de ley bipartidista que habría incrementado las deportaciones y la seguridad en la frontera, aunque también reafirmó su oposición a la construcción del muro propuesto por Trump; no obstante, su enfoque ha sido criticado por ser demasiado vago en cuanto a las soluciones concretas para la crisis migratoria.