El estadio El Campín de Bogotá, epicentro de grandes encuentros deportivos y eventos musicales en la capital, está a punto de experimentar una transformación histórica.
Con un cambio en su administración, el escenario ha pasado a ser operado por la concesión Sencia, que es la que llevará adelante el proyecto llamado complejo cultural y deportivo El Campín. Este complejo de 17 hectáreas promete revolucionar el sector con modernas instalaciones que incluyen desde un estadio renovado hasta un auditorio de primer nivel y una clínica de tercer nivel enfocada en medicina deportiva.
Sin embargo, los cambios apenas comienzan: desde el 29 de octubre inició la fase de preconstrucción, y se espera que dentro de un año se dé paso a la construcción física, que durará aproximadamente tres años y medio.
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La construcción total del complejo está proyectada para concluir en los primeros meses de 2029, y será una obra que no solo renovará el estadio, sino que añadirá múltiples funcionalidades en una zona estratégica de Bogotá, delimitada por la Avenida NQS entre las carreras 53 y 63.
Ante el conocimiento del inicio de estas obras y los cambios a los que se someterá el estadio, muchas personas se han preguntado qué pasará con los eventos y actividades deportivas que se realizarán en ese escenario.
Es por esto que los encargados confirmaron que esta fase de construcción no implicará una suspensión de las actividades del estadio, pues el plan de Sencia contempla una “demolición y construcción por tribunas”.
La primera fase abarcará la tribuna oriental, luego seguirán con las zonas sur, norte y, finalmente, la occidental. Este método de intervención busca garantizar que el estadio siga operando en eventos deportivos y conciertos mientras se llevan a cabo las obras, al igual que ocurrió en 2010, cuando se remodelaron las graderías de occidental sin interrumpir el torneo de fútbol.
La renovación del estadio incluirá una ampliación de su capacidad a 50,000 espectadores, cumpliendo así con las especificaciones de FIFA y siguiendo los estándares de estadios de primer nivel, inspirados en modelos internacionales como el Wanda Metropolitano del Atlético de Madrid y el Municipal de Anoeta de la Real Sociedad.
Este nuevo estadio estará dotado de un techo retráctil, graderías cercanas a la cancha (a solo 8 y 12 metros), y contará con dos líneas de palcos y zonas VIP. Además, se añadirán restaurantes y vestuarios adicionales para los equipos y artistas que participen en eventos multipropósito.
Otro aspecto significativo es la creación de una tarima permanente en el costado sur, diseñada para conciertos y eventos musicales. Esta ubicación responde a estudios de la Secretaría Distrital de Ambiente, que han analizado la dirección de las ondas de sonido para reducir el impacto en las áreas residenciales aledañas.
Por otro lado, el complejo incluirá el desarrollo de un auditorio de 22,900 metros cuadrados con una sala principal de capacidad para 2,000 personas, destinada a ser el hogar de la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Este espacio multifuncional contará con áreas de camerinos, patios de maniobras y otros espacios dedicados a la formación artística, y representa una inversión de 140 millones de dólares.
Además del enfoque cultural, el proyecto también contempla una clínica de tercer nivel especializada en medicina deportiva, un servicio de urgencias de la Cruz Roja, un hotel con más de 140 habitaciones y zonas de recreación y gastronomía.
Para resolver la creciente demanda de estacionamiento, el complejo triplicará la capacidad actual con un parqueadero subterráneo que podrá albergar 3,000 vehículos, 700 motocicletas y 1,400 bicicletas.
El objetivo del complejo deportivo y cultural El Campín es convertir este lugar en un espacio abierto y seguro para los ciudadanos con varias posibilidades que le aporten a los ciudadanos.
“Es un polígono que hemos querido transformar para entregarle a la ciudad y un espacio del que los bogotanos y los colombianos se sentirán orgullosos”, afirmó Édgar Cardona, director del proyecto, quien destacó que el complejo generará empleo y contribuirá al desarrollo económico de Bogotá y del país.
Con un costo de 498 millones de dólares, este proyecto es uno de los más ambiciosos de Bogotá y promete consolidarse como un referente cultural y deportivo para los próximos años.