Isla colombiana aloja la única especie de lagartija azul que hay en el mundo

En el corazón del Pacífico colombiano está la Isla colombiana de Gorgona, a 56 kilómetros de la línea costera, que se destaca no solo por su belleza natural, sino por ser el único hogar de una especie de lagartija de color azul, conocida como el anole azul o lagartija de Gorgona.

Es un reptil que pertenece a la familia Polychrotidae, es endémico de la isla (no está en ningún otro lugar) y se caracteriza por su color azul agrisado. Según el portal NaturaLista Colombia, esta especie habita exclusivamente en el interior de la selva de Gorgona, donde se camufla en los troncos de los árboles.

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“Muy por encima del suelo de la selva, en la remota isla de Gorgona, en Colombia, habita una lagartija de un color azul brillante que rivaliza con el mismo color del cielo. (...) En virtud de lo aislado de su hábitat y sus hábitos solitarios, los investigadores conocen poco de la anole azul, aunque han sido cautivados por su imponente coloración”, se lee en un informe de esta especie en el portal Mongabay.

El anole azul ha captado la atención de expertos y turistas por sus características físicas y su habilidad para escabullirse rápidamente, un mecanismo de defensa natural.

Aunque no se tiene un registro exacto de su población, se sabe que su hábitat ha sido afectado por actividades humanas, como la construcción de una cárcel en la isla en los años 50, lo que ha contribuido a su estado de peligro de extinción. Factores como el cambio climático, la deforestación y la introducción de especies invasoras, como el “basílico” de cabeza roja, también amenazan su supervivencia.

La dieta de esta lagartija se compone principalmente de insectos, incluyendo arañas, saltamontes y grillos. Según el Ministerio de Ambiente de Colombia, el anole azul presenta hábitos diurnos, especialmente después de las temporadas de lluvias. Curiosamente, solo las hembras descienden de los árboles para depositar sus huevos en la selva.

La Isla Gorgona no solo es un refugio para esta especie única, sino también un lugar de experiencias inolvidables para quienes la visitan. Las caminatas guiadas a través de sus bosques permiten a los visitantes descubrir la diversidad de su fauna y flora, mientras que sus aguas ofrecen la posibilidad de explorar la vida submarina, con especies exclusivas como peces de colores y tortugas marinas.

La Isla Gorgona fue declarada reserva natural en 1984. Este paraíso natural es conocido por sus bosques tropicales, playas vírgenes y rica biodiversidad, lo que la convierte en un destino ideal para los amantes de la naturaleza. Además de la lagartija azul, la isla ofrece la oportunidad de observar una variedad de especies, incluyendo aves, jaguares y una amplia vida marina.

Colombia, un país reconocido por su vasta biodiversidad, alberga aproximadamente 8.803 especies endémicas, según el Instituto Alexander von Humboldt.

Este número sitúa a Colombia como el tercer país con mayor cantidad de especies únicas en el mundo, después de Brasil e Indonesia. Sin embargo, estas especies enfrentan amenazas significativas debido a la deforestación, el cambio climático y la actividad humana descontrolada, informó Canal Institucional.

La riqueza biológica de Colombia se concentra en regiones como la Amazonia, los Andes, los valles interandinos y el Chocó, áreas que son hogar de una gran cantidad de endemismos. A pesar de esta diversidad, el 14% de las 62.819 especies conocidas en el país son exclusivas de esta región, lo que subraya la importancia de su conservación.

El biólogo y docente de la Universidad El Bosque, Sergio Llano, destaca la relevancia de proteger estas especies endémicas. Llano enfatiza que la pérdida de hábitats naturales, junto con el impacto del cambio climático, está poniendo en peligro la supervivencia de estas especies únicas. La deforestación, en particular, ha reducido drásticamente los espacios naturales donde estas especies pueden prosperar. Sin embargo, la efectividad de estas medidas depende de la implementación de políticas sostenibles y del compromiso de la sociedad para reducir el impacto humano en estos ecosistemas.