La reciente salida del brigadier general Óscar Leonel Murillo del Ejército Nacional ha puesto en evidencia tensiones internas y externas en la institución, relacionadas con las negociaciones de paz que el Gobierno adelanta con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El general Murillo, quien anteriormente lideró la Séptima División del Ejército en regiones de conflicto con el ELN, habría sido objeto de presiones por parte de esta organización guerrillera, según revelaron fuentes a La W Radio.
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Murillo asumió la comandancia en el área donde el ELN tiene fuerte presencia, y sus operaciones en Chocó habrían representado un obstáculo significativo para los intereses territoriales y económicos de la guerrilla. Fuentes militares indicaron que desde hace dos años el ELN buscaba su salida del Ejército, y las recientes negociaciones habrían acelerado ese proceso, imponiéndola como una de sus condiciones.
El contexto actual de las negociaciones de paz entre el Gobierno y el ELN atraviesa una etapa delicada. Tras el atentado en Puerto Jordán, Arauca, que dejó tres soldados muertos y 28 heridos, los diálogos se encuentran suspendidos, pero se prevé una reunión de emergencia en Caracas, Venezuela, para el próximo 1 de noviembre.
En una carta, alias Pablo Beltrán, jefe negociador del ELN, comunicó a la delegación del Gobierno su disposición a reactivar los diálogos en la capital venezolana, buscando reencaminar el proceso.
Estrategia del ELN para debilitar al alto mando militar
La W obtuvo acceso a un documento de inteligencia que detalla una estrategia del ELN para socavar la legitimidad de mandos militares de alto rango. La organización guerrillera busca que la reforma a la doctrina de seguridad incluya la salida de algunos de estos oficiales, en particular en áreas bajo la jurisdicción de la Séptima División, lo cual afecta directamente a la cúpula militar y a la estrategia de seguridad en el país.
El ELN, a través de publicaciones y comunicados, ha cuestionado la continuidad del general Murillo y otros oficiales en sus cargos. En sus redes sociales, incluso, el grupo insurgente se cuestiona sobre el respaldo que el general Murillo habría recibido para seguir en sus funciones. En un informe que Murillo entregó a la Fiscalía en 2022, denunció una “estrategia ideológica” del ELN que buscaba cuestionar la legitimidad de su mando debido a las operaciones exitosas en Chocó que afectaron a esta estructura guerrillera en territorios estratégicos y sus economías ilícitas.
El 20 de diciembre de 2023, en su página de noticias, el grupo terrorista publicó un artículo titulado ¿Quién sostiene al General Óscar Leonel Murillo?, en donde sugieren depurar las fuerzas militares por presuntas irregularidades.
Allí se lee: “Depurar las Fuerzas Armadas es parte de la solución, pero mientras siga vigente la Doctrina de Seguridad heredada de la Guerra Fría (1946-1991), que manda atacar a los opositores al régimen oligárquico, a quienes clasifica como Enemigo Interno, las acciones de terror de Estado proseguirán con el Genocidio continuado contra defensores de Derechos Humanos, ambientalistas y líderes populares”.
Murillo, absuelto de investigaciones por denuncias previas
A las tensiones en el proceso de paz se suman las acusaciones que el general Murillo enfrentó previamente. En el caso de una denuncia por acoso sexual, la Procuraduría General de la Nación archivó la investigación en su contra, absolviéndolo de cualquier responsabilidad. Además, sobre cuestionamientos en torno a operativos en el río San Juan, Murillo aseguró que estas acciones fueron realizadas por el Comando Conjunto de Operaciones Especiales (CCOES) y no por la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, bajo su dirección.
Esta situación destaca la frágil relación entre las negociaciones de paz y la posición de los altos mandos del Ejército en el territorio.