En los últimos 80 años, Colombia ha visto una drástica reducción en su cobertura glaciar, pasando de 347 kilómetros cuadrados a menos de 34, según datos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam).
Esta disminución plantea un futuro incierto para los glaciares del país, con la posibilidad de que desaparezcan completamente hacia finales de siglo.
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El Ideam ha advertido sobre la grave pérdida del patrimonio ambiental que representa la desaparición de estos glaciares. La reducción de la masa glaciar no solo afecta el paisaje y la biodiversidad, sino que también tiene implicaciones significativas para el suministro de agua y la regulación climática en las regiones afectadas.
Actualmente, Colombia cuenta con seis glaciares distribuidos en cuatro volcanes: Nevado del Ruíz, Santa Isabel, Tolima y Huila, además de dos sierras nevadas, Santa Marta y Cocuy. Sin embargo, en el último siglo, el país ha perdido ocho glaciares, todos ellos en volcanes nevados.
El primero en desaparecer fue el volcán Puracé en 1940, seguido por los volcanes Galeras y Sotará en 1948. La desaparición de los glaciares no solo es una pérdida para el medio ambiente, sino también para las comunidades que dependen de ellos para su sustento.
La disminución de los glaciares afecta directamente a las fuentes de agua dulce, esenciales para la agricultura, el consumo humano y la generación de energía hidroeléctrica.
La acelerada pérdida de glaciares en el mundo es un fenómeno que ha captado la atención de expertos y científicos, quienes señalan que la actividad humana ha intensificado este proceso natural. Jorge Luis Ceballos, un destacado glaciólogo colombiano del Ideam destacó que la disminución de la cobertura blanca de los glaciares es un claro indicativo de cómo los seres humanos han alterado las condiciones del planeta.
Ceballos explica que, aunque el derretimiento de los glaciares es parte de los ciclos normales de la Tierra, la intervención humana ha acelerado significativamente este fenómeno.
Así como lo explicó Ceballos a RED+, “los glaciares de Colombia son muy sensibles al cambio climático por su situación en el planeta. En esta área tropical son muy particulares, el clima los afecta mucho y ellos responden rápidamente”.
De esta manera, el experto indicó que forman parte de los sistemas de alta montaña y son catalogadas como los mejores indicadores de cambio climático debido a que son fuente de agua en algunos departamentos de Colombia. “Cualquier variable de la atmósfera baja que cambie, son los glaciares los que responden de una manera muy rápida y muy fiel”, agregó el glaciólogo.
De acuerdo con los cálculos del Ideam, la probabilidad de que a finales del siglo “nuestros nevados estén extintos o próximos a serlo”.
Cambio climático
El Estudio Nacional del Agua (ENA) ha revelado que el cambio climático es el principal factor detrás del rápido derretimiento de los glaciares en el país.
Sin embargo, el informe también señala que otras actividades humanas están contribuyendo a este fenómeno, como la minería y la agricultura intensiva, que generan emisiones adicionales de gases de efecto invernadero (GEI) y alteran los patrones de precipitación.
El análisis del ENA destaca que la deforestación en áreas cercanas a los nevados es otro factor significativo. La pérdida de cobertura vegetal en estos ecosistemas de alta montaña disminuye su capacidad para retener humedad, lo que a su vez contribuye al calentamiento global. Este desequilibrio ecológico acelera el deshielo de los glaciares, afectando su capacidad para generar y conservar masas sólidas de hielo.
El impacto de estas actividades humanas se suma a los efectos del cambio climático, exacerbando el calentamiento global y afectando de manera crítica los ecosistemas de montaña. La combinación de estos factores está provocando un deshielo más rápido de los glaciares, lo que podría tener consecuencias cruciales para el suministro de agua y la biodiversidad en la región.