En La Calera, un municipio cercano a Bogotá, se encuentra el enigmático pueblo fantasma de Siberia, un lugar que captado la imaginación de turistas y locales por igual.
Este sitio, que alguna vez fue un próspero asentamiento industrial, se ha convertido en un destino turístico debido a su historia de abandono y las leyendas que lo rodean. Según la información recopilada por diferentes medios de comunicación y turísticos, el pueblo se originó alrededor de una fábrica de cemento que operó durante 80 años, hasta su cierre en 1988 debido a una recesión económica que afectó gravemente a la industria de la construcción.
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La otrora fábrica de cementos Samper, que estaba ubicada en Siberia, fue un pilar económico para el municipio de La Calera y sus alrededores. En su apogeo, la planta producía aproximadamente 1.500 toneladas de cemento al día y empleaba a unos 200 trabajadores.
Este auge industrial no sólo impulsó la economía local, sino que también propició la creación de un pequeño poblado para los empleados, con infraestructura que incluía una capilla, escuela, tiendas y viviendas.
El cierre de la fábrica en 1988 marcó el inicio del declive de Siberia. La recesión económica obligó a apagar las máquinas para siempre, dejando a la comunidad sin su principal fuente de empleo y provocando el éxodo de sus habitantes. Con el tiempo, las edificaciones quedaron en ruinas, y el lugar se convirtió en un escenario desolado que alimentó historias de fenómenos paranormales y atrajo a entusiastas del turismo de terror.
A pesar de su estado de abandono, el interés por Siberia ha crecido en las últimas décadas. En 2012, el municipio de La Calera adquirió el terreno con el objetivo de convertirlo en un atractivo turístico. Desde entonces, se han llevado a cabo esfuerzos de restauración, como la limpieza de calles y la reparación de algunas estructuras.
En 2019, el pueblo fantasma fue declarado Bien de Interés Cultural del ámbito municipal, lo que le otorgó mayor protección y visibilidad.
El relato de Siberia no solo se centra en las leyendas de fantasmas, sino también en las historias de vida de los antiguos trabajadores de la cementera. Muchos de ellos recuerdan con nostalgia los años de prosperidad y cómo el cierre de la planta afectó al desarrollo del municipio. Estos relatos han sido recopilados en diversos productos audiovisuales, que buscan preservar la memoria de un lugar que alguna vez fue vibrante.
Hoy en día, el pueblo fantasma de Siberia es visitado por cientos de personas cada año, quienes recorren sus calles abandonadas y exploran las ruinas en busca de una conexión con el pasado. La historia de Siberia es un recordatorio de cómo los cambios económicos pueden transformar comunidades enteras y dejar huellas imborrables en el paisaje y en la memoria colectiva.
El acceso a Siberia es relativamente sencillo desde La Calera, lo que permite a los visitantes disfrutar del paisaje montañoso que lo rodea. Sin embargo, se recomienda a los visitantes tener precaución al recorrer el área, ya que algunas edificaciones están en riesgo de derrumbe debido a la falta de mantenimiento.
A pesar de su estado de abandono, Siberia sigue siendo un destino popular entre fotógrafos y curiosos que se sienten atraídos por las ruinas y las historias de los antiguos pobladores. Estas narraciones describen las dificultades que enfrentó la comunidad antes de su desaparición.
El lugar también ha dado origen a diversas leyendas urbanas que añaden un toque de misticismo a su historia. Relatos de apariciones y sucesos extraños consolidaron la fama de Siberia como un auténtico pueblo fantasma.
En diferentes ocasiones, los creadores de contenido han visitado el lugar y comparten su experiencia a través de videos o fotografías, ofreciendo recomendaciones para quienes deseen explorar Siberia. Sus visitas contribuyen a aumentar el interés en este enigmático destino.