Colombia y los escenarios a los que se enfrenta de cara a las elecciones en Estados Unidos: migración, política y lucha antidrogas

Decir que las elecciones presidenciales en Estados Unidos son las únicas que tienen una real injerencia global no es exageración. Sin importar el candidato que obtenga la victoria en los comicios del martes 5 de noviembre, si la demócrata Kamala Harris o el republicano Donald Trump, este proceso electoral tendrá directas repercusiones para Colombia, que históricamente ha estado ligado a los devenires políticos del país norteamericano, pues no en vano es su aliado en la región.

Las políticas que se han desarrollado en materia migratoria, la lucha para combatir el crecimiento exponencial de los cultivos ilícitos y, en especial, las relaciones bilaterales que se han visto afectadas por una serie de pronunciamientos que han generado, en cierto modo, cierto ruido con un socio estratégico, por las posiciones políticas que han impulsado sectores de derecha y de izquierda, se avizoran como los principales retos de cara a los próximos cuatro años.

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Para conocer de primera mano las percepciones que generan estos comicios y las expectativas ante un eventual mandato de uno y otro, Infobae Colombia habló con Cristhian Mancera: nacido en Cali, pero que desde hace 16 años reside en suelo estadounidense y oficia como concejal distrito 11 Miami Dade. Con conocimiento de causa y con una visión inmersa en el contexto en el que se desarrolla este debate, se animó a entregar un análisis de los probables escenarios en temas cruciales.

De acuerdo con Mancera, esta es, sin duda, una problemática compleja, pues cada vez más son los ciudadanos que buscan, en su gran mayoría de forma ilegal, ingresar a este territorio en búsqueda del llamado sueño americano. De acuerdo con las cifras que maneja el cabildante, cerca de 159.536 colombianos fueron encontrados en la frontera durante el 2023; lo que podría dar algunas luces de un panorama que amerita una atención inmediata de ambas naciones.

A niveles macro, más del 80% de las personas detenidas o denegadas son ciudadanos latinoamericanos, y se calcula que, por lo menos, 11 millones de migrantes no autorizados se encontraron en la frontera entre octubre de 2019 y junio de 2024. La falta de atención del gobierno federal en ese tema hace, en este momento, que su visión sea pesimista, pues no ve salidas concretas que permitan un flujo regularizado por los pasos autorizados.

En relación con cómo sería un eventual gobierno de Harris, el concejal dejó ver sus críticas hacia lo que ha sido un manejo inadecuado de la política migratoria por parte del hoy presidente, Joe Biden, que podría llevar a que la aspirante demócrata deba tomar medidas que endurezcan los controles a lo largo de la frontera que comparte EE. UU. con países como México, en la zona sur; que es por donde un número considerable de colombianos buscan llegar a la Tierra del Tío Sam.

“Creo que vamos a llegar al escenario irónico de que les tocaría reimplementar o reinstaurar todas las acciones ejecutivas de Trump, que finalmente retrotrajeron o eliminaron, y que desencadenó en el flujo migratorio desaforado”, afirmó Mancera. Además, el council mencionó cómo en cada elección sale a flote la promesa de una reforma migratoria que, a la hora del té, agregó, sería utilizada más como captación del voto latino, que como un plan a ejecutar.

A su vez, advirtió que si se llega a dar una victoria de Harris y no toma medidas para asegurar la frontera, este podría convertirse un problema de Estado, pues “no hay cama para tanta gente”. Y con este contexto, no dudó en afirmar lo que sería aún más preocupante: que se origine un efecto boomerang entre los propios ciudadanos, pues ante el aumento de migrantes sería común, desde su perspectiva, que se exista desprecio y, en consecuencia, rechazo hacia la comunidad migrante.

“Los demócratas prometen mil reformas migratorias que nunca cumplen, pero para captar votos en época electoral, cuando se suben al poder, se olvidan de la comunidad migrante y finalmente lo que termina generando es más caos”, añadió.

Por su parte, en caso de que Trump vuelva al poder, la principal amenaza es el inminente anuncio de deportación de millones de personas que estén en situación irregular, y lo que se conoció como una Operación Avispa; que no es más que una barrida migratoria. No obstante, el concejal precisó que, por más que lo quiera, el hoy expresidente tendría que cumplir con unos requisitos legales en los que se le garantice el debido proceso a los que, por ejemplo, pidan asilo.

“¿Y los republicanos? Mientras no exista una, digamos, certeza de que la frontera sur va a ser asegurada, no se va a seguir permitiendo entrar gente”, destacó Mancera, que recordó cómo durante el primer mandato del magnate se eliminó la estrategia de catch and release (capturar y soltar), pues congestionó el sistema judicial. Al punto que no descartó que en estados como Texas, las medidas sean más drásticas, pues es el paso fronterizo del más del 50% de quienes entran al país.

Cabe destacar que, en la primera administración de Trump, hubo una especie como de estallido social, alimentada con las muertes de afroamericanos en retenciones, que podría dificultar las políticas para el control del flujo migrante, pues dejó sin “dientes” a la Policía. Con ello, reconoció que desde entonces persiste un problema serio de criminalidad, que involucra a colombianos que han llegado a suelo americano a pelear por el tráfico de drogas con otras comunidades latinas.

Eso sí, aclaró que, en el contexto colombiano, ha sido clave para el endurecimiento de medidas en cuanto a la concesión de visas, el comportamiento de los connacionales; el mismo que se vio afectado durante la final de la Copa América 2024. “Las políticas varían, pero nosotros mismos, a lo largo de los años, con nuestro comportamiento, nos hemos ido ganando el tema de que nos, o sea, nos verifiquen hasta el último escenario a la hora de acceder a una visa”, afirmó.

Mancera, que ha adelantado una trayectoria política interesante como ciudadano americano, es consciente que sería una realidad más difícil en caso de que el ganador sea el candidato republicano. De entrada, hizo un breve contexto de cómo la injerencia de políticos del Centro Democrático durante los comicios del 2020, cuando adelantaron actividades proselitistas en EE. UU. en favor de la reelección de Trump trajo consigo una división entre la propia comunidad colombiana.

“No puedo decir que todos los colombianos en el exterior son de derecha, ni tampoco que todos son de izquierda. Pero cuando se hace esa segmentación, se divide a la comunidad y eso ha sido parte del trabajo que hemos hecho en Miami”, reafirmó Mancera que recordó cómo, en su momento, Iván Duque Márquez buscó una relación cordial con Biden, pese a que hubo cierta resistencia por la postura de su partido político, que condicionó las gestiones en favor de Colombia.

El cabildante expresó que, para evitar represalias, es necesario el fortalecimiento de la comunidad colombiana en torno a unos objetivos comunes, lejos de posiciones políticas extrapoladas desde el territorio patrio, entre dos corrientes marcadas: el uribismo y el petrismo. “No podemos traer la misma cosa en las costumbres políticas de Colombia acá, porque acá nos hace daño”, añadió el político colomboamericano.

En ese orden de ideas, lamentó –por ejemplo– el más reciente discurso de Gustavo Petro en Chicago, en el que lanzó duras pullas a Trump y dejó ver su temor de que el presidente actual tome una actitud radical frente a un posible mandato del líder republicano, pues cree que las consecuencias “no serán nada amables”. Si algo le ha enseñado su trayectoria en el país norteamericano, es que la política debe ser neutra, “para que los dos partidos estén alineados con las necesidades del país”.

Y en lo que concierne al papel del ministro de Relaciones Exteriores, Luis Gilberto Murillo, confía en que pueda ser filtro del radicalismo de Petro, y lleve por buen camino; en especial, teniendo en cuenta que Estados Unidos es históricamente cercano a Israel, y los ataques que ha hecho el mandatario colombiano a este país, por su concepción del conflicto armado con Palestina, en el que tomó partido y, aparte, rompió relaciones diplomáticas, podrían afectar tal propósito.

“Cuando te vas echando tanto enemigo, sobre todo que tiene influencia económica en Estados Unidos, es complejo. No es algo que creo que vaya a ser fácil construir, pero espero que se estén preparando para eso, porque es algo que puede llegar a pasar: que gane el presidente Donald Trump. Y si llega a quedar la vicepresidenta Kamala Harris, igual. Los demócratas también apoyan mucho a Israel y no ven con buenos ojos lo que ha venido pasando”, puntualizó Mancera.

El político dijo entender el contexto de las determinaciones de Petro, pero reiteró que “eso de meterse en esos temas” afecta a todos y ocasiona que la diáspora vaya en aumento; más aún cuando en Colombia no se cumplen condiciones de seguridad que permitan la generación de empresa y que la confianza inversionista esté en descenso. Así pues, se atrevió a vaticinar que el presidente con miras al periodo 2030-2034 será alguien proveniente de las comunidades migrantes.

En sus declaraciones destacó la importancia de las remesas que provienen de EE. UU., que hábilmente han sido enfocadas hacia la reactivación de sectores como el inmobiliario, y que de paso dinamizan la economía nacional. Aunque aprovechó la ocasión para cuestionar las políticas estatales que han descuidado el fenómeno migratorio y la importancia de tener un viceministerio que se preocupe por los intereses de los ciudadanos colombianos en el exterior.

El escenario en caso de que sea Trump el presidente, si no hay un viraje en la estrategia, Mancera está convencido de que podrían venir dificultades en la implementación de los tratados de libre comercio, en el acceso a préstamos a bajo costo, para fomentar la inversión, la lucha contra el narcotráfico y, lo más inquietante, el financiamiento de programas sociales que han contado con el apoyo político y la destinación de recursos desde territorio norteamericano.

Es válido destacar que para la vigencia del 2025, Biden se marchará dejándole a Colombia el presupuesto más bajo desde que llegó al poder, de 413 millones de dólares, cuando en 2024 fue de USD444 millones. De este monto aprobado, se destinarán 135 millones de dólares para la combatir la producción de cocaína y otras sustancias sicóticas; en contraste a los USD160 millones que se aprobaron para la actual vigencia; de ahí la importancia de cuidar los recursos recibidos.

“Antes de Duque había una política partidista en favor de Colombia y lo que Colombia pidiera se le daba. Ya no. Entonces ya hay reducciones (...) Se empiezan a generar rupturas con aliados eternos que hemos tenido en el Congreso, que es el que decide los presupuestos que se gasten. Nosotros todavía tenemos desafíos enormes acá en temas de seguridad y en temas de desarrollo”, argumentó el concejal de Miami Dade que lucha por el bienestar de sus connacionales.

Para él, un problema generalizado es que en el país se han dedicado, en los últimos 50 años, “a apaciguar delincuentes y criminales”, más nunca ha habido una actitud del Estado fuerte a someterlos al poder de la ley. “Eso genera inestabilidad y, por ende, desconfianza en el país”, acotó el cabildante, que tiene dentro de sus cálculos que desde la Casa Blanca se seguirán haciendo, sin importar el gobernante, sendas observaciones hacia lo que suceda en temas de seguridad.

Uno de sus desafíos, a nivel personal, es que más colombianos lleguen a cargos de repreesentación en Estados Unidos, para “no tener que hacerle “nocnok a otra comunidad”, que habla español pero que no es colombiana y, por ende, no entiende las realidades de sus ciudadanos. “Hay que lograr que el colombiano, que es ciudadano, e involucre más en apoyar esos liderazgos, porque los vamos a necesitar”, destacó Mancera, que ya ejercer una labor pedagógica desde su cargo.