El actor y modelo barranquillero Pedro Palacio conquistó la televisión colombiana cuando participó en el reality Protagonistas de nuestra tele en el 2002, en el que ocupó el noveno lugar.
Un año después de salir del programa participó en su primera novela, La costeña y el cachaco, y después fue cautivando al público en producciones como Juegos prohibidos, La marca del deseo, Sin senos no hay paraíso, Vecinos, Chepe Fortuna, Dónde carajos está Umaña, La mamá del 10, Enfermeras y Leandro Díaz.
A pesar de tener un reconocimiento como actor, Palacio reveló en una entrevista con la presentadora Cristina Estupiñán, en su pódcast Sinceramente con Cris, que vivió una crisis económica después de no encontrar oportunidades laborales en la televisión.
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“Hace 5 años laboralmente la vaina se puso bastante complicada, un poquito antes de pandemia, después de pandemia ni se diga, y yo veía como que el tren me iba como dejando (...) el volumen laboral empezó a disminuir y yo siempre he tenido mucha continuidad laboral, paralelo a esto coincidió con el nacimiento de mi hijo”.
Asimismo, Palacio sintió que vivió momentos de desesperación cuando nació su hijo: “Desesperado, cuando mi hijo nació yo tenía como 30 millones de pesos ahorrados, no tenía más, y eso empezó a acabarse, pero digamos que pude comprar, yo era lo que compraba todo por cantidades y por supuesto que tuve el apoyo de la mamá que también trabajaba y como él nació en Estados Unidos muchas cosas se conseguían en unos precios más baratos, él tenía su seguro (...) pero ya en el día a día, después de separados, cuando ya tienes que cumplir con una manutención y reunir para eso y ver que este mes no tuviste y esto generó problemas (...) en momentos me apoyó al 100% y en otros se molestaba, eso generaba fricciones, pero hemos salido adelante y hoy día tengo la fortuna de poder estar gracias a la misericordia de Dios y súper adelantado en mi obligación“.
Sin embargo, el barranquillero se aferró a sus creencias para salir de esas dificultades, pero destacó que antes de enfrentar esa crisis no le dio un buen manejo a su economía.
“Me aferré mucho a él (a Dios) mucho tiempo libre, muchos pensamientos negativos y mucha ansiedad de querer tener una estabilidad y mucha tristeza conmigo de no haberle dado buenos manejos a los buenos tiempos, porque pensaba que nunca se iban a acabar; entonces me aferré mucho a Dios. Siempre fui un hombre creyente, pero un día me arrodillé y le dije: ‘Dios mío, ayúdame’, siempre me ha arrodillado ante Dios nunca he tenido ese inconveniente y lo amo profundamente y lo disfruto hacerlo, le agradezco todos los días, pero si ese fue el momento más complicado de mi vida”.
Después de enfrentar esos difíciles momentos, empezó a asistir a un grupo religioso que lo invitó su amigo y colega Mario Espitia: “Llegué ahí y fue como un bálsamo para tantos momentos de incertidumbre“ y sin darme cuenta Dios me estaba preparando para otra etapa de mi vida que es la que estoy en este momento”.
Actualmente, el actor barranquillero confesó que se encuentra estable en su vida personal y laboral: “Estoy feliz, las bendiciones han llegado desde lo personal, desde lo laboral, desde la convivencia, desde lo profesional he podido llenar todos esos vacíos que algún día sentí que empezaban a existir entonces buscar a Dios fue la mejor opción de la vida y es lo que tenemos que hacer”.
Por último, en medio de su diálogo con el medio citado, reveló que continúa soñando con crecer internacionalmente: “Sueño con muchas cosas (...) Pero sin duda mi máximo sueño, tengo un sueño laboral que me hace falta por cumplir y hay veces que pienso: ‘¿Será que ya no lo voy a cumplir?’ (...) yo quisiera trabajar por fuera, en el exterior, o sea, yo tuve la oportunidad de hacerlo, pero fue como una cosita ahí que quedé picado, fue como una cosita fugaz y quisiera consolidar una carrera internacional, pero bueno, todo en el tiempo de Dios".