Con el aumento en la migración, también suelen dispararse los números de migrantes a la inversa o migrantes en retorno.
De hecho, entre el 2001 y el 2008, según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) regresaron a Colombia 319.010 nacionales, que intentaron, sin éxito, establecerse en el extranjero.
En un estudio publicado en el 2022, Carmen Jiménez, Adriano Jiménez y José Francisco Márquez, sugirieron que existen dos tipos de migrantes: “el que ya comenzó el conteo regresivo del retorno y cuyo principal objetivo es volver, y el que decide de manera rotunda nunca más regresar”.
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Sin embargo, un tercer tipo podría estarse desarrollando, como es el caso de la migrante colombiana en Alemania Marisol Villa, quien, a través de las redes sociales, se mostró indecisa sobre su vida en Europa.
“Me quiero devolver para Colombia. Hoy tuve una cita en el job center (centro de trabajo) porque trabar y estudiar a tiempo completo se me está haciendo extremadamente difícil. Fui para ver si me daban alguna ayuda, para obtener un mini job y poder dedicarle más tiempo a mi formación, porque estudio tres horas en la mañana, me dejan un montón de tarea y tengo que llegar a repetirme todos los temas que vimos en clase, porque las clases para mí no es suficiente, entonces me tiró otras tres horas en la casa”, explicó.
Y es que dividir su día entre el estudio y el trabajo la ha llevado al límite; ya que, rara vez tiene un espacio para sí misma y cuando logra encontrarlos se ve limitada por su manejo del idioma local:
“Después de eso, estoy exhausta y me toca ir a trabajar en servicio al cliente, que es aguantar maricad#$%& de la gente todo el día, entonces, a veces siento que la paciencia se me está acabando, pero la asesora del job center me dijo que el curso que estoy haciendo me da un nivel B1 y después necesito otros cuatro meses de curso para alcanzar un nivel B2”.
Llegar a establecerse en Alemania podría tardar años, con todo y que su proceso de migración ha ido adelantándose de manera regular:“Mi idea es tener un trabajo bien remunerado, una vida tranquila acá, que se demora en promedio unos tres años. Entonces yo me pongo a hacer cuentas y el montón de tiempo que se necesita... llevo tantos años trabajando, desde que tengo memoria lo hago, incluso desde mucho antes que los 18 y a estas alturas quisiera tener algo de orden y organización, pero sentir que estoy iniciando de ceros...”.
Pero el proceso va más allá de su vida en el trabajo: “Es lo mismo con conseguir un apartamento; comprarme mis cosas; el idioma, que nadie se imagina lo que es vivir todo el tiempo a medias, porque uno va a pedir algo y es a medias, uno va a reclamar algo y es a medias. Dependo casi que 100% de mi esposo para que él haga las vueltas por mí, porque yo sola no puedo hacerlas”.
Admitió que, a veces, amanece pensando: “¿Qué estoy haciendo con mi vida? Me quiero devolver para Colombia, allá todo es una mierd@$%#, pero por lo menos puede defenderme, puedo hablar y ya tengo una vida construida. Nunca me imagine decir esto, estaba muy contenta aquí y pensaba que estaba haciendo las cosas bien, veía un futuro, pero hoy no es ese día”.
Para Villa resulta frustrante no lograr defenderse en situaciones del día a día, como cuando se tropieza con alguien en el metro o tiene algún disgusto. Sin embargo, en el fondo, sigue pensando que su vida en el extranjero vale oro; ya que la sensación de seguridad que tiene al caminar por las calles no se compara con la que alguna vez tuvo en su país de origen.