En la cuarta semana de octubre de 2024, la Policía Nacional capturó a dos integrantes de la mafia italiana que estaban radicados en Colombia, Uno de ellos era Luigi Belvedere, más conocido como alias El Colombiano, que era buscado en más de 196 países y tenía múltiples negocios fachada en el país.
Sobre su captura, las autoridades indicaron que las fotografías de Belvedere en la tumba de Pablo Escobar permitió que se identificara que estaba radicado en Medellín y de esa forma se llevó a cabo el operativo de captura con asistencia de la Dirección de Inteligencia Policial, la Dijín, Interpol y agencias antidrogas de Italia y el Reino Unido.
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De la misma forma, se reveló que Belvedere se mudaba de manera constante de los apartamentos que alquilaba para evitar sospechas, se estima que pagaba alrededor de 10 millones por mes en estos lugares; sin embargo, en otros contextos manejaba un perfil bajo.
“Se estaba movilizando en Colombia con documentación fraudulenta, intentando pasar desapercibido, mientras buscaba establecer nuevas alianzas criminales para el tráfico de estupefacientes hacia puertos europeos”, indicaron las autoridades en Colombia.
Mafia italiana buscó recuperar a “El Colombiano”
El 29 de octubre, el director de la Policía Nacional, general William Salamanca, reveló a Noticias Caracol que el capo italiano tuvo que ser trasladado a Bogotá luego de que identificaron que la mafia italiana tenía un plan para que este se fugara de la capital de Antioquia.
El uniformado indicó que la estructura criminal europea pagó 3.000 millones de pesos a cambio de que el Clan del Golfo y la oficina de Envigado ayudaran a liberar al italiano.
Dentro de los aspectos que se conocieron del plan, este comenzaría cuando Luigi indicara a los uniformados que estaba enfermo, al punto de que tuviera que ser trasladado a un centro médico en Medellín; durante el recorrido al hospital, se llevaría a cabo el “rescate”.
“Estaban ofreciendo 3.000 millones de pesos para poder lograr este propósito criminal… Hay clanes europeos dedicados en trabajar con carteles colombianos y mexicanos. Ha sido un liderazgo de la policía colombiana descubrir a estos narcos invisibles en Colombia”, afirmó Salamanca.
De acuerdo con el comandante de la Policía Nacional, además de delinquir en el país, “El Colombiano” estaba radicado en el país porque estaba recibiendo instrucciones de capos cafeteros que han permitido que comiencen a construirse laboratorios de narcóticos en Europa.
“Esos italianos posaban como inversionistas, empresarios de Antioquia. Eso no existía antes”, indicó el uniformado.
En otro aspecto que se desconocía, Salamanca reveló que tenían ubicados cuatro apartamentos que estaban siendo alquilados por el capo italiano, allí eran instruidos otros extranjeros sobre el uso de las drogas, se llevaban fiestas clandestinas con modelos y hasta menores de edad que eran abusadas.
Cabe recordar que el otro ciudadano italiano capturado fue Gustavo Nocella, alias Ermes, un italiano de 58 años que tenía relación con varios grupos delincuenciales en la región, por lo que era llamado “El Padrino” en algunos sitios antes de que terminará siendo capturado en el barrio El Poblado.
Sobre el modus operandi de Nocella, las autoridades indicaron que tenía buques y veleros que eran utilizados para llevar droga hasta Ámsterdam, en Países Bajos, en donde los narcóticos eran pasados a carros que viajaban de manera masiva al sur de Italia.
La Policía Nacional de Colombia había identificado a “Ermes” a mediados de marzo; sin embargo, con una investigación de seis meses recolectaron el material probatorio que confirmó el paradero del capo, sus clientes en Colombia y parte de Italia, en donde fue asociado a los clanes Rinaldi-Formicola, Amato-Pagano y De Micco, todos de la ciudad de Nápoles.