En el desarrollo de la COP16, en Cali, mucho se ha hablado de proteger la biodiversidad, que incluye, por su puesto, las especies de fauna y flora, que ha permitido que Colombia se destaque como un país rico en esta materia.
No obstante, la minería ilegal, la ganadería extensiva y el tráfico de especies silvestres sigue siendo una constante problemática, que parece lejos de tener una solución.
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Precisamente, por el delito de tráfico de especies silvestres fue capturado un hombre de 18 años en el barrio Santa Cruz, de la comuna dos de Medellín, luego de que uniformados de la Policía Ambiental, Inteligencia, Fiscalía y el Área Metropolitana, descubrieran que convivía con cinco boas constrictor, las cuales exhibía en el balcón del inmueble, así como una tortuga matamata (Chelus fimbriata), una especie endémica y protegida de la Amazonía que está en riesgo, precisamente, por su caza furtiva.
Fueron los habitantes del mencionado barrio quienes alertaron a las autoridades antioqueñas sobre las extrañas mascotas que tenía el joven traficante, que convivía también con decenas de ratones que servían de alimento para sus reptiles.
De acuerdo con el brigadier general William Castaño Ramos, comandante de la Policía Metropolitana del Valle, el hombre fue señalado por los delitos de tráfico de fauna e ilícito aprovechamiento de los recursos naturales. Del mismo modo, agradeció el apoyo ciudadano con la denuncia de estos casos e instó a que no bajen la guardia, pues aunque pareciera un acto “inofensivo”, extraer estas especies de su hábitat natural trae repercusiones graves en el ecosistema y hasta en su supervivencia.
“Este resultado es muy importante para la protección del medio ambiente, ya que estas especies ayudan a mantener el equilibrio ecológico y con su desaparición repentina podría generar alteraciones irreversibles a los diferentes ecosistemas”, recalcó el comandante Castaño.
Finalmente, el hombre fue dejado a disposición de las autoridades competentes que definirán su situación, en la que, de ser hallado culpable, podría enfrentar penas hasta los ocho años de prisión. Los animales, por su parte, están en custodia de las entidades ambientales correspondientes que analizarán el grado de afectación de los reptiles y sus condiciones para ser regresadas a su entorno natural.
CVC definió el futuro de “La Ñata”, el caimán que vivía en el patio de una casa en Palmira; cuidador enfrentaría un proceso penal
Sorpresa y desconcierto causó el caso de “La Ñata”, un caimán que fue decomisado a su cuidador Jesús Leonardo Escobar, luego de 54 años de vivir con ella. El animal, que habría hecho parte de una incautación de fauna silvestre en el Valle del Cauca, fue obsequiada al papá de Escobar en los 70.
“El caimán se llama la ‘Ñata’; en el año de 1970 el comandante de la policía muy gentilmente tuvo el detalle de regalarle ese animal que venía en una caja de cartón a mi padre; con el transcurso del tiempo se fue acondicionando espacios para tenerle un espacio bastante grande, tenía cuidados, alimentación y mucho amor”, expresó el hombre, en declaraciones citadas por RCN Radio Cali.
De acuerdo con el último reporte de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), “La Ñata” está en un lugar más espacioso y con un charco de agua que le ayuda a regular su temperatura. Luego de su completa recuperación, el caimán sería trasladado a El Meta.
“Hemos hecho contactos con la estación Roberto Franco de la Universidad Nacional en los Llanos, que son expertos en el manejo de cocodrilos, para que ellos nos colaboren en la recuperación. Vamos a hacer en su momento una reubicación del animalito en un operativo con la fuerza aérea para que ella vuelva a tratar de recuperar, o por lo menos a adaptarse, a las condiciones que debería haber tenido”, afirmó Marco Antonio Suárez, director de la Corporación.
Por último, desde la CVC informaron que el cuidador de “La Ñata” enfrentará un proceso administrativo con la entidad y un proceso penal con la Fiscalía General de la Nación por haber tenido al reptil como mascota.