El 31 de enero de 1906, un terremoto de magnitud 8.4 y una intensidad grado 10 en la escala de Mercalli estremeció el Pacífico colombiano, generando un devastador tsunami que impactó las costas de Colombia y Ecuador. El fenómeno natural arrasó comunidades enteras en Nariño y Cauca, dejando cerca de 600 muertos, además de playas, viviendas y cultivos destruidos. Este evento catastrófico, que causó inundaciones al revertir el curso de ríos y provocó deslizamientos de tierra, marcó un antes y un después en la historia sísmica del país.
Un sismo de magnitud 2.1 fue registrado en la mañana de este miércoles 30 de octubre en Villanueva, Santander, según reportó el Servicio Geológico Colombiano (SGC). El movimiento telúrico ocurrió a las 06:50 a.m., hora local, y se originó a una profundidad considerable de 137 kilómetros.
El epicentro se ubicó a 8 km de Villanueva, y municipios cercanos como Los Santos y Barichara también se encuentran próximos al lugar del evento.
La zona con mayor actividad sísmica en Colombia es la región suroccidental, especialmente en el departamento de Nariño y en áreas cercanas a la cordillera Occidental, donde se encuentra el nudo de los Pastos. Esta región es altamente sísmica debido a la interacción de tres placas tectónicas: la placa de Nazca, la placa Sudamericana y la microplaca de Panamá. La convergencia de estas placas genera una gran presión en las fallas geológicas, como la falla de Romeral y la falla de Chingual, lo que provoca una mayor frecuencia de movimientos sísmicos.
Otra zona con alta sismicidad es la región andina central, donde se ubica el Eje Cafetero y los departamentos de Santander y Norte de Santander.
Durante la madrugada del miércoles 30 de octubre, Colombia experimentó una serie de movimientos sísmicos de baja y moderada intensidad en diferentes regiones del país. De acuerdo con el reporte del Servicio Geológico Colombiano (SGC), se registraron tres sismos en zonas de Sucre, Valle del Cauca y Santander.