En el corregimiento de El Plateado, Cauca, se desarrolla la Operación Perseo, una acción militar destinada a recuperar el control territorial en una región dominada por las disidencias de las Farc.
Desde el inicio de la ofensiva del Ejército, por primera vez el grupo guerrillero liderado por alias Iván Mordisco emitió declaraciones públicas.
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La operación, que busca establecer la autoridad del Estado en una zona conflictiva, ha sido escenario de tensiones crecientes. Las fuerzas militares han intensificado sus esfuerzos para desmantelar las estructuras de las disidencias, que se apartaron del proceso de paz con el gobierno colombiano.
Este grupo, bajo el liderazgo de ‘Iván Mordisco’, ha sido un actor clave en la resistencia armada en la región.
Sebastián Martínez, designado como vocero del grupo disidente, ha sido el encargado de comunicar la postura de la organización en medio de la operación militar. Esta declaración, otorgada a Caracol Radio, marca un hito en el conflicto, ya que representa un intento de los disidentes por influir en la narrativa pública y posiblemente buscar un espacio de diálogo o negociación.
La Operación Perseo transcurre en un contexto más amplio de esfuerzos del gobierno colombiano por consolidar la paz en áreas históricamente afectadas por el conflicto armado. Sin embargo, la presencia de grupos disidentes que rechazan los acuerdos de paz firmados en 2016 sigue siendo un desafío significativo para la estabilidad en regiones como el Cauca.
Martínez, calificó la operación como un “envenenamiento” por parte de la cúpula militar hacia el presidente Gustavo Petro, sugiriendo que se le presenta una situación irreal para ocultar otros propósitos. Uno de estos, según Martínez, es la construcción de una represa en los ríos del Micay, que podría desplazar a la población local.
“La Operación Perseo es el resultado del envenenamiento que la cúpula militar ha hecho sobre el presidente Gustavo Petro, presentándole una situación que no existe en la realidad, pero que esconde otros propósitos...”, afirmó el vocero de la guerrilla Martínez, en comunicaciones con el medio ya mencionado.
El vocero también señaló la existencia de una supuesta alianza entre la banda de Márquez o Segunda Marquetalia, el ELN y la fuerza pública en la región del Cauca. Además, defendió la financiación de sus actividades, afirmando que el grupo cobra un impuesto a quienes procesan coca, pero no a los campesinos. Sin embargo, varios sectores han denunciado estas prácticas como extorsiones.
Martínez justificó la vigencia de la lucha armada de las Farc como una respuesta a la expansión del paramilitarismo en Colombia, argumentando que existen organizaciones que se hacen pasar por guerrilleros, pero que operan bajo lógicas paramilitares.
“. Propósito uno, que el presidente ya lo ha hecho público, es la construcción de una represa Ríos del Micay, que va a inundar una parte considerable del territorio, lo cual implicará el desplazamiento de las personas. Y, por otro lado, lo que estamos viendo, y que nosotros lo señalamos desde el principio, es que en esa zona existe una clara alianza entre la banda de los Márquez, o Segunda Marquetalia o Pocillos, como se le diga, el ELN y la fuerza pública”, continuó explicando Martínez durante su vocería con los periodistas de Caracol Radio.
A pesar de la ruptura con el proceso de paz, Martínez afirmó que las disidencias desean la paz, pero que es necesario que ambas partes estén dispuestas a dialogar.
En cuanto a la división interna de las Farc, Martínez mencionó que solo una pequeña fracción, menos del 5%, sigue en conversaciones con el gobierno. En respuesta a estos movimientos, las disidencias han creado un nuevo bloque llamado Martín Villa, que opera en el suroriente del país, junto con otros bloques ya existentes como el Amazonas, el Occidental y el Central.
Finalmente, Martínez insistió en que su confrontación armada no busca perjudicar a la población civil, sino que es una reacción a políticas que, según él, no han cambiado en Colombia a pesar del gobierno alternativo actual.
El desarrollo de esta operación y las declaraciones de los disidentes son seguidos de cerca por las autoridades y la comunidad internacional, que observan con interés los avances y retrocesos en el proceso de pacificación del país. La situación en El Plateado es un reflejo de las complejidades que enfrenta Colombia en su camino hacia una paz duradera.