Menor apuñalado por una compañera de colegio en Bogotá despertó después de un mes en coma

En un hecho esperanzador, el estudiante de 13 años que fue apuñalado el 24 de septiembre de 2024 por una compañera en el colegio Villemar el Carmen, en Bogotá, despertó del coma en el que se encontraba. El violento incidente, ocurrido en el plantel educativo, dejó al estudiante en estado crítico, generando un ambiente de incertidumbre sobre su salud.

El ataque ocurrió cuando el menor fue agredido presuntamente tras una discusión con una compañera de 14 años. La agresora, según las autoridades, utilizó un arma cortopunzante en medio de la disputa, infligiendo heridas que han afectado severamente a su compañero en términos de motricidad y habla.

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Tras lo sucedido, la víctima fue llevada de urgencia a la unidad de cuidados intensivos pediátricos del hospital El Tintal en Bogotá, donde los médicos trabajaron incansablemente para estabilizar su condición. Durante el primer mes, su estado se mantuvo crítico, con un pronóstico reservado; y en aquel momento, los profesionales de salud informaron a la familia que las heridas eran extremadamente graves, lo que dejaba pocas esperanzas de una recuperación completa.

El padre del menor, Javier García, expresó públicamente su angustia y la gravedad de las cirugías a las que fue sometido su hijo, incluida una intervención para retirar una parte del cerebro en un intento de salvar su vida. “Hasta donde tengo entendido, lo que me han explicado, le hicieron una cirugía, le quitaron parte del cerebro para mantenerlo con vida, pero el pronóstico no es muy bueno ni tampoco dan muchas esperanzas”, comentó en su momento a Blu Radio, transmitiendo la incertidumbre y el dolor que enfrentaba la familia por esos días.

Sin embargo, a pesar del pronóstico poco alentador, el estudiante comenzó a mostrar signos de recuperación inesperados. Hace dos días, el joven despertó del coma, un avance que sus familiares describen como “inexplicable” y como un milagro que ha renovado la fe de la familia; pues aunque sigue en condición delicada, el hecho de que haya despertado ha llenado de esperanza a sus seres queridos y al equipo médico que lo ha asistido.

Jhony Buitrago, su tío, expresó el agradecimiento de la familia hacia el personal médico y destacó el papel fundamental de la fe en este proceso. “Hasta el momento él está dando la batalla. Mejor dicho, son cosas inexplicables, dicen los doctores. La fe de una madre mueve montañas”, comentó a Blu Radio.

Aunque despertar del coma representa un paso significativo, la rehabilitación del menor será un proceso largo y demandante. Las heridas que sufrió han dejado secuelas físicas considerables, particularmente en el lado derecho de su cuerpo, afectando su motricidad. Además, el ataque también comprometió su capacidad de hablar, lo cual representa otro desafío que requerirá un tratamiento especializado y constante.

El proceso de recuperación será lento y, de acuerdo con los médicos, demandará terapias físicas y de lenguaje para ayudar al menor a recobrar su movilidad y comunicación. La familia ha solicitado el apoyo de la comunidad y de las autoridades para hacer frente a este periodo de rehabilitación, esperando que la fuerza que ha demostrado el menor en su lucha contra la adversidad sea suficiente para superar las secuelas.

Este caso ha generado conmoción y reflexión en la comunidad educativa y entre los padres de familia de la institución, quienes han cuestionado las condiciones de seguridad dentro del colegio Villemar el Carmen. Algunos padres han denunciado que situaciones de violencia y agresión son recurrentes en la escuela.

“Como una niña va a estar armada dentro del colegio. Aparte de eso, los compañeritos dicen que la niña estaba bajo sustancias de marihuana, o sea no; y no es la primera vez que pasa en este colegio. ¿Cómo va a haber un grupito que les denominan los niños malos y que la niña andaba armada porque los tenían amenazados y que si salían del colegio los mataban, qué es eso?”, mencionó una de las madres a Blu Radio, visibilizando las preocupaciones de los padres ante una realidad alarmante que parece exceder el control de la institución.

En cuanto a la joven agresora, de 14 años, se encuentra actualmente bajo custodia de las autoridades mientras avanzan las investigaciones para esclarecer los detalles de lo ocurrido.