En una operación militar, las tropas de la Vigésima Séptima Brigada de Selva localizaron y desmantelaron una refinería ilegal en la zona rural de Orito, Putumayo, que formaba parte del sistema financiero ilícito del grupo armado Estructura 48, conocido como Comandos de Frontera.
Esta acción se llevó a cabo en la vereda Treinta y Cinco, donde el Batallón de Operaciones Terrestres N.º 27, en colaboración con la Policía Nacional, identificó la instalación dedicada a la destilación ilegal de crudo.
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Durante la intervención, las autoridades encontraron siete piscinas de almacenamiento, tres destiladores artesanales, una motobomba, una planta eléctrica y varios materiales utilizados para la conexión de la refinería, incluyendo 710 metros de manguera y 306 metros de tubos metálicos.
En total, se hallaron 975 galones de gasolina procesada, conocida localmente como pategrillo. El equipo de explosivos y demoliciones (Exde) procedió a la destrucción controlada de todo el material encontrado, asegurando que no se causaran daños adicionales al entorno.
La estructura ilegal, valorada en más de 85 millones de pesos, se utilizaba para procesar petróleo hurtado. Esta acción no solo debilita la infraestructura delictiva de la organización, sino que también contribuye a la prevención de daños ambientales en las fuentes hídricas y ecosistemas de la región.
Así como explicó el teniente coronel Leonardo Zapata Toro, comandante del Batallón de Artillería de Campaña N.° 27: “Se logra la ubicación y extinción de una refinería clandestina utilizada para el procesamiento ilegal. Se ubicaron tres piscinas artesanales con aproximadamente 7.500 galones de petróleo o crudo, el cual era hurtado y extraído ilícitamente en el oleoducto”.
El oficial agregó que “además de otros elementos que eran utilizados para el proceso de transformación de crudo a gasolina, y está posteriormente utilizada o empleada para el procesamiento de narcóticos”.
De igual manera, el teniente Zapata reveló que es la caída de la refinería “es un impacto negativo que estaba generando esta actividad en la flora, fauna y ecosistema general”.
La Sexta División del Ejército Nacional destacó la importancia de estas operaciones para proteger los activos estratégicos del Estado y la biodiversidad local. Estas acciones forman parte de un esfuerzo continuo por parte de las fuerzas militares para erradicar las actividades ilegales que afectan tanto la seguridad nacional como el equilibrio ecológico en áreas sensibles como el Putumayo.
La colaboración entre las fuerzas armadas y la policía es crucial para el éxito de estas operaciones, que buscan desmantelar las estructuras criminales y proteger los recursos naturales del país.
En Tibú fue destruido una refinería ilegal de combustible
En la región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, el Ejército Nacional de Colombia ha intensificado sus operaciones para combatir actividades ilegales relacionadas con el petróleo.
Según informaciones de las Fuerzas Armadas, los soldados localizaron y desmantelaron una refinería clandestina en el municipio de Tibú, donde se encontraron más de 1.500 galones de un combustible conocido como ‘pategrillo’. Este producto, derivado del crudo, es utilizado en la producción de cocaína, lo que subraya su importancia en el contexto del narcotráfico.
Durante las operaciones militares, enmarcadas en el Plan Ayacucho, las fuerzas armadas llegaron hasta la vereda Las Palmas. Allí descubrieron infraestructuras con capacidad para almacenar más de 6.000 galones de combustible, además de piscinas rudimentarias, motobombas y plantas sopladoras. El valor del crudo incautado se estima en 60 millones de pesos colombianos, y se presume que pertenece a grupos armados que operan en la región del Catatumbo.
El coronel Leonardo Ferreira, comandante de la Fuerza Tarea Vulcano, explicó que estas actividades ilegales tienen un impacto devastador en el medio ambiente. La instalación de la refinería ocupaba más de una hectárea de terreno, lo que representa un daño significativo para la zona. Además, se ha identificado que el petróleo es extraído ilegalmente del oleoducto mediante válvulas no autorizadas, lo que agrava la situación.