Leonor Espinosa, la chef reconocida como la mejor del mundo en 2021, lanzó, a través de X, una crítica hacia la reforma laboral que se plantea desde el Gobierno del presidente Gustavo Petro y que se discute en el Congreso de la República.
Espinosa, propietaria del restaurante Leo, expuso que el articulado planteado desde la bancada del Pacto Histórico representa un atentado contra la estabilidad laboral de casi medio millón de personas que, invariablemente, quedarían entre ‘la espada y la pared’, sin prestaciones ni ingresos.
“Con la reforma laboral, unas 400 mil personas perderán sus empleos formales y, al no encontrar alternativas en el mercado laboral, se verán obligadas a recurrir al trabajo informal para generar ingresos. Este tipo de empleo, sin estabilidad, beneficios sociales ni protección laboral, impactará negativamente, en el corto plazo, la economía y la seguridad social del país”, señaló.
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En respuesta a un internauta, la chef explicó que no solo el renglón laboral se verá afectado, sino toda la cadena económica, debido a que personas sin capacidad adquisitiva no pueden dinamizar ningún sector del mercado.
“La pérdida de empleos formales lleva a una disminución en la demanda de bienes y servicios, ya que menos personas con ingresos estables significan menos consumidores en el mercado”, señaló.
Las críticas de Espinosa no se han limitado únicamente a la reforma laboral. La chef también se refirió, semanas antes, a la reforma tributaria que se estaría cocinando desde el Ministerio de Hacienda y que, por meses, fue tema de debate sobre su viabilidad para las finanzas de la Nación y del ciudadano de a pie.
“Proponer una Reforma Tributaria en este momento es un golpe para un país que ya no puede más. La inflación disparada, los servicios públicos encarecidos, el desempleo galopante, los empresarios asfixiados, y la inversión paralizada. Estamos al límite, agobiados por todos los frentes”, señaló.
Reforma laboral y el mal augurio de Vargas Lleras
En reciente columna de opinión publicada en El Tiempo, Germán Vargas Lleras aseguró que la iniciativa deja por fuera numerosos beneficios que inicialmente se habían acordado con el sector sindical.
El exministro precisó que el Gobierno retiró del proyecto aspectos como el derecho a huelga sin restricciones, la negociación por industria y la coadministración de empresas por parte de los sindicatos, compromisos que habían sido promovidos para fortalecer los derechos de los trabajadores. Sin embargo, esta retirada de beneficios podría estar relacionada con la intención de aprobarlos mediante decretos reglamentarios, lo cual, señala, despierta incertidumbre en el sindicalismo y en el propio Congreso.
El también exvicepresidente colombiano indicó que este giro de la reforma, calificado como una “traición” a los aliados sindicalistas, puede terminar provocando su estancamiento, especialmente si los grupos de apoyo al Gobierno deciden restarle su respaldo.
De avanzar hacia el Senado, la reforma encontrará una economía estancada y una tasa de desempleo en aumento, factores que Vargas Lleras considera críticos, ya que el contexto actual no favorece la implantación de una reforma que, a su juicio, encarecerá los costos laborales y agravará la situación del empleo en el país.
Estudios de sectores productivos y de análisis económico han proyectado que la reforma incrementará los costos laborales en un 8%, una cifra que el columnista calificó como alarmante al prever que esta carga adicional sobre las empresas podría ocasionar la pérdida de hasta 780.000 empleos formales.
Uno de los elementos de la reforma que Vargas Lleras considera problemáticos es el aumento en los recargos para jornadas nocturnas y dominicales. La jornada nocturna, por ejemplo, pasaría a iniciar a las 7 p.m., con un recargo del 35%, y los trabajos realizados en domingos tendrían un recargo del 100%. A su juicio, estos cambios no contemplan la realidad de sectores como el turismo, el comercio y la industria que funcionan las 24 horas y que ya operan con márgenes ajustados.