El país ha vivido un año muy movido por cuenta del alto número de sismos que ha registrado el Servicio Geológico Colombiano en 2023. Y es que, en el transcurso del jueves 17 de agosto, varios temblores ocasionaron una serie complicaciones en la infraestructura de algunas edificaciones y a su vez costó la vida de una persona.
Colombia, con su extensa costa en el Pacífico y el Caribe, no está exenta a la amenaza de tsunamis. Estos eventos, generados por sismos o erupciones volcánicas submarinas, pueden azotar las costas con olas gigantescas, representando un riesgo real para las comunidades costeras.
La prevención y la respuesta rápida son cruciales para mitigar los riesgos. Si vives o visitas zonas costeras en Colombia, es vital familiarizarse con las medidas de seguridad y estar preparados ante la eventualidad de un tsunami.
Conociendo el terreno:
Ante una alerta de tsunami:
El Servicio Geológico Colombiano reportó un evento sísmico con epicentro en Los Santos, Santander con una magnitud de 3.1 con profunidad de 150 kilómentros.
De acuerdo con el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático, Idiger, Colombia se encuentra en uno de los puntos más críticos en términos de actividad sísmica a nivel mundial, debido a su posición en el encuentro de las placas tectónicas de Nazca y del Caribe con la placa Suramericana. Este escenario convierte al país en una zona de alto riesgo sísmico, caracterizado por la constante interacción tectónica que no solo origina sismos, sino también la formación de relieves como montañas y cordilleras.
La peculiar ubicación de Colombia, sobre todo en su franja pacífica, facilita el fenómeno de subducción, un proceso geológico por el cual la placa de Nazca se desliza bajo la placa Suramericana. Este movimiento es responsable de la generación de material volcánico que, tras ser sometido a elevadas temperaturas en el manto terrestre, emerge a través de los volcanes situados en la Cordillera Central. Tal actividad no solo resalta la dinámica natural del país, sino que también plantea desafíos significativos en términos de gestión de riesgos y preparación ante desastres naturales.
Colombia, ubicada en el “Cinturón de Fuego del Pacífico”, experimenta frecuentes movimientos telúricos, por lo que para medir su intensidad y comprender sus características, la Red Sismológica Nacional de Colombia, dependiente del Servicio Geológico Colombiano (SGC), utiliza principalmente dos escalas: la escala de magnitud y la escala de intensidad.
La escala de magnitud, representada en la mayoría de los casos por la escala de Richter, mide la energía liberada en el hipocentro del sismo. Se expresa en números arábigos y es una escala logarítmica, lo que significa que cada punto de aumento representa una liberación de energía diez veces mayor. Un sismo de magnitud 6 libera diez veces más energía que uno de magnitud 5, y cien veces más que uno de magnitud 4.
La escala de intensidad, generalmente la escala Mercalli modificada, evalúa los efectos del sismo en la superficie terrestre. Se expresa en números romanos y describe cómo lo perciben las personas y los daños que causa en las estructuras. Un mismo sismo puede tener diferentes intensidades en distintos lugares, dependiendo de la distancia al epicentro, el tipo de suelo y la vulnerabilidad de las edificaciones.
La Red Sismológica Nacional de Colombia cuenta con una amplia red de estaciones sismológicas ubicadas estratégicamente en todo el territorio nacional. Estos equipos registran las ondas sísmicas y envían la información en tiempo real al centro de análisis en Bogotá, donde expertos determinan la magnitud, el epicentro, la profundidad y otros parámetros del evento sísmico.
En Colombia, país ubicado en una zona sísmica activa, es fundamental conocer los sitios más seguros en el hogar en caso de un sismo de gran magnitud. La prevención puede salvar vidas.
El primer lugar recomendado es debajo de muebles robustos, como mesas sólidas o escritorios, que puedan proteger de objetos que caigan. Si no hay un mueble de este tipo, es aconsejable situarse junto a una pared interna y alejarse de ventanas, espejos y objetos que puedan romperse o caer. Las esquinas interiores de las habitaciones suelen ser más seguras que las exteriores.
Otra opción es ubicarse en el “triángulo de la vida”, un espacio creado junto a objetos grandes que, al colapsar, puedan dejar un vacío protector. Sin embargo, esta técnica ha sido debatida y no es universalmente recomendada por todos los expertos.
Es crucial evitar ubicarse en escaleras, ascensores y balcones, que son estructuras vulnerables durante un sismo. También se deben identificar las zonas seguras en cada espacio del hogar y preparar un plan de evacuación en caso de que sea necesario abandonar el edificio.
Finalmente, es esencial tener un kit de emergencia a mano, con suministros básicos para sobrevivir las primeras horas tras un sismo de gran magnitud.
Colombia se encuentra en una región geológicamente activa debido a la interacción de varias placas tectónicas. Las principales placas que influyen en la geología del país son la placa Sudamericana, la placa de Nazca y la placa del Caribe.
La placa Sudamericana, que cubre gran parte de Sudamérica, se encuentra en constante movimiento hacia el oeste, lo que genera una convergencia con la placa de Nazca, ubicada en el océano Pacífico.
Esta colisión entre las placas de Nazca y Sudamericana ha dado lugar a la formación de la cordillera de los Andes y es responsable de la alta actividad sísmica en Colombia.
Además, la placa del Caribe, situada al norte del país, también interactúa con la placa Sudamericana, contribuyendo a la complejidad tectónica de la región.
Estas interacciones tectónicas no solo son responsables de los frecuentes sismos que afectan al país, sino también de la presencia de volcanes activos, como el Nevado del Ruiz y el Volcán Galeras.
La convergencia de estas placas tectónicas hace que Colombia sea una zona de alto riesgo sísmico, lo que ha llevado a la implementación de medidas de prevención y preparación ante desastres naturales.
El sistema geológico colombiano confirmó un evento sísmico que se registró en Algericas, Huila, con una magnitud de 2.5 y profundidad superficial, es decir, menor a 30 kilómetro.
El Servicio Geológico Colombiano reportó un sismo de magnitud 2.1 en el municipio de Palermo, Huila, sobre las 12:38 p.m. Este evento sísmico tuvo una profundidad considerable de 99 km, lo que lo clasifica como un sismo profundo. De acuerdo con el reporte, algunos de los municipios cercanos al epicentro incluyen Planadas, en el Tolima, a 14 km; Santa María, en el Huila, a 16 km; y Teruel, también en el Huila, a 38 km de distancia.
La diferencia entre un terremoto y un sismo radica principalmente en el uso del término, ya que, en términos científicos, ambos hacen referencia al mismo fenómeno: un movimiento de la corteza terrestre causado por la liberación de energía acumulada en las fallas tectónicas.
Sin embargo, en el uso cotidiano, la palabra terremoto suele emplearse para describir sismos de mayor magnitud que causan daños significativos en infraestructura y representan un peligro para la población. Por otro lado, el término sismo se utiliza para referirse a cualquier movimiento telúrico, independientemente de su magnitud, incluidas las sacudidas más leves que pueden pasar desapercibidas o no causar daños.
Existen sistemas de alerta temprana que pueden detectar ondas sísmicas en cuanto se generan, enviando una advertencia a áreas cercanas segundos o incluso minutos antes de que llegue el movimiento fuerte. Estos sistemas son útiles para reducir daños y salvar vidas, pero solo funcionan en el instante en que el sismo ya se ha iniciado, sin predecirlo con anticipación.
El Servicio Geológico Colombiano (SGC) es la entidad encargada de estudiar, monitorear y gestionar información sobre la actividad geológica y sismológica en Colombia. Entre sus funciones destacan la vigilancia de volcanes, el monitoreo sísmico y el análisis de riesgos naturales, así como la investigación sobre recursos minerales y energéticos. El SGC contribuye a la prevención y mitigación de desastres naturales mediante alertas tempranas y la divulgación de información relevante sobre el comportamiento de la corteza terrestre en el territorio colombiano.
Recientemente se ha tenido gran actividad sísmica en dos regiones concretas del país. Estos movimientos telúricos, aunque de baja a moderada magnitud, evidencian la constante actividad sísmica en el territorio nacional.
Durante la madrugada del 28 de octubre de 2024, Colombia experimentó una serie de sismos en diferentes regiones del país, con variaciones en magnitud y profundidad, según el Servicio Geológico Colombiano (SGC):