En la tarde del domingo 27 de octubre de 2024, el concejal Daniel Briceño aseguró que la ampliación de la Avenida Boyacá, un proyecto esencial para la movilidad de Bogotá, enfrenta serios obstáculos para su inicio debido a la intervención de la Ministra de Ambiente, Susana Muhamad, y el Director de la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca, Alfred Ballesteros.
Esta obra busca conectar la Calle 183 con la Calle 245, ofreciendo una solución de conectividad en el sector norte de la ciudad y beneficiando a miles de ciudadanos, especialmente en Suba.
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El concejal Briceño explicó en sus redes sociales lo que considera como ineficiencia y “politiquería” que han frenado este proyecto que, según aseguró, debería estar en marcha.
En su publicación, Briceño detalló los pasos y retrasos que la obra ha sufrido debido a decisiones administrativas y legales que responden a intereses políticos en lugar de priorizar las necesidades de los bogotanos.
Las Complicaciones de la Licencia Ambiental
De acuerdo con Daniel Briceño, la historia de esta extensión de la Avenida Boyacá se remonta a abril de 2023, cuando la CAR aprobó la sustracción de 20 hectáreas de la reserva ambiental Thomas Van der Hammen.
Esta área representa solo el 1,4% de la reserva que cuenta con más de 1.300 hectáreas, incluso, para compensar esta afectación, se acordó que el proyecto de la avenida Boyacá reforestaría 120 hectáreas adicionales, garantizando así un balance ambiental en el ecosistema.
A pesar de la autorización inicial de la CAR, el proceso se detuvo en varias ocasiones, por lo que la licencia ambiental requerida para comenzar la obra fue emitida por Ballesteros en diciembre de 2023, ocho meses después de la decisión inicial, lo que generó las primeras demoras significativas.
El Papel de la Ministra Muhamad
En enero de 2024, una ciudadana presentó un recurso de reposición contra la licencia ambiental que retrasó aún más el inicio de las obras, pero la situación se volvió más compleja en abril de 2024, cuando la Ministra de Ambiente, Susana Muhamad, se unió a la oposición y presentó un segundo recurso de reposición que, según Briceño, estaba fuera de los términos legales.
Desde entonces, Ballesteros, como director de la CAR, no tomó decisiones sobre estos recursos, lo cual provocó un estancamiento administrativo.
De acuerdo con el concejal Briceño, esta inacción permitió que Muhamad impulsara una demanda ante el Consejo de Estado basada en lo que ella definió como un “acto ficto por un silencio administrativo negativo”.
En términos simples, esto significa que, al no actuar la CAR, se interpretó como una negativa tácita para responder los recursos, lo que dio vía libre para la intervención judicial.
El Impacto en el Desarrollo de Bogotá
La extensión de la Avenida Boyacá es una obra que, como lo explicó Briceño, no representará costos para los bogotanos, ya que se financia totalmente con recursos privados; sin embargo, sus beneficios serán públicos, aliviando la congestión en el norte de la ciudad y proporcionando una ruta directa hacia el sector de Guaymaral.
A pesar de estas ventajas, el concejal denunció que la politización del proyecto amenaza con convertirlo en un “elefante blanco”, un proyecto costoso y de gran envergadura que permanece incompleto o subutilizado.
Briceño también criticó el papel de la alcaldía en este proceso. Según él, el silencio del alcalde Carlos Fernando Galán ante la situación ha facilitado que el Ministerio de Ambiente y la CAR detengan el progreso de la obra: “La ineficiencia e inutilidad del señor Alfred Ballesteros al frente de la CAR Cundinamarca y la sevicia y politiquería de la señora Susana Muhamad desde el Ministerio de Ambiente (…) van a dejar a la ciudad sin la extensión de la avenida Boyacá”.
Actualmente, la demanda de Muhamad está en manos del Consejo de Estado, por lo que si esta demanda es admitida, la CAR perderá la capacidad de decidir sobre la licencia ambiental, lo cual, según Briceño, podría provocar retrasos adicionales y posiblemente cancelar la extensión de la avenida de forma indefinida.
El concejal Briceño concluyó su intervención pidiendo a Muhamad y Ballesteros que asuman la responsabilidad por el desarrollo de la ciudad, pues argumentó que los bogotanos necesitan la extensión de esta avenida para mejorar su calidad de vida y que detenerla por “cálculo político” perjudica directamente a la población.
“Los bogotanos estamos cansados de tanta politiquería en las obras, los colombianos estamos cansados, y aquí en Bogotá, particularmente, estamos mamados de que la señora Susana Muhamad siga trabando todos los proyectos de la ciudad únicamente para instalar una campaña a la Alcaldía de Bogotá y sobre todo para lanzar una próxima campaña a la Presidencia de la República”, concluyó el concejal.