Luego del megaconcierto que se llevó a cabo en las tribunas del estadio Pascual Guerrero, como parte de los eventos culturales desarrollados durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, más conocida como COP16, el presidente de la República, Gustavo Petro, se refirió a las manifestaciones que, durante el evento, se desarrollaron en su favor de su Gobierno y en rechazo, según se conoció, a la supuesta intención de un golpe de Estado en su contra.
En su cuenta de X y replicando un video de la jornada, en la que participaron artistas de la talla del panameño Rubén Blades, el Grupo Niche y Monsieur Periné, entre otros, el primer mandatario aprovechó para lanzar sus acostumbradas pullas contra sus críticos; además de que sacó pecho por la presentación de la Orquesta Sinfónica de Colombia, como nuestra de cómo, desde su perspectiva, prima el interés público del particular, que se apoderado de los estadio de Colombia.
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“Esto pasa, cuando dejan entrar al pueblo, a los estadios. Por precio de boletas no deberían excluir a la mayoría de la población de los estadios para ver su selección de fútbol. Los estadios son públicos”, afirmó Petro, en respuesta a las protestas que se han adelantado en los partidos de la selección Colombia, tanto en las eliminatorias mundialistas que disputa el combinado absoluto masculino, en el estadio Metropolitano de Barranquilla, como en el pasado mundial femenino.
“Aquí Cali gritó en el concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional, la mejor orquesta sinfónica de América Latina, y de Rubén Blades, una siembra: ¡No pasarán!”, agregó Petro, en relación con las expresiones que se hicieron públicas en las graderías del máximo escenario de los caleños, en rechazo a la supuesta intención de parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) y otros estamentos de tumbar el actual Gobierno; una teoría que ha ido alimentando con el paso de los días.
Y, del mismo modo, y haciendo mención a uno de los temas que sigue estando en su agenda, habló de cómo le gustaría “ir con Rubén a ver la fosa común donde colombianos, panameños, costarricenses, jamaiquinos, nicaragüenses, mexicanos y cubanos, cayeron bajo las balas de un ejército conservador, ayudado por norteamericanos, solo, porque Latinoamérica quería libertad: Bocas del Toro”.
¿A qué se refirió Gustavo Petro en el mensaje que nombró a Rubén Blades?
Según Petro, en ese lugar se libró un combate armado a finales del siglo XIX, que según los registros, hace parte de la Guerra de los Mil Días (1899-1902), considerada una de las más sangrientas confrontaciones armadas de todas las guerras civiles que se han gestado en el continente. “Allí comenzó bajo las banderas rojas del aureliano guerrero: el general (Rafael) Uribe Uribe, una nueva articulación política de la América Latina para luchar por la libertad y la independencia”, afirmó.
Además de Uribe Uribe, en ese conflicto tuvo especial injerencia el mexicano Catarino Garza, pues lo que parecía una lucha armada local se convirtió en un conflicto internacional que escaló a países como Ecuador y Venezuela, pero que también tuvo participación de hombres provenientes de países centroamericanos.
Es válido destacar que en junio de 2024 el primer mandatario hizo pública la intención de que se recuperen los restos de los incontables restos de combatientes de origen liberal colombianos que fueron sepultados en esta zona. Es importante precisar que tras la guerra, se produjo uno de los hechos más importantes en la conformación actual del país: la separación de Panamá, en noviembre de 1903, y la posterior inauguración del canal, construido con ayuda de EE. UU., en 1914.
“Perdimos por la indignidad de quienes gobernaban en ese entonces; un lugar que era colombiano y que ahora es de Panamá; un lugar donde murieron decenas de colombianos jóvenes, bajo banderas diferentes, bajo ideas diferentes”, expresó en ese entonces el jefe de Estado, que le encargó al ministro de Relaciones Exteriores, Luis Gilberto Murillo, viajaer a Bocas del Toro para gestionar la repatriación de los restos de los combatientes de esta guerra.