El exvicepresidente de Colombia Germán Vargas Lleras se refirió a la reforma laboral del Gobierno Petro, la cual fue aprobada en la Cámara de Representantes, y que solamente le hace fata dos debates en el Senado para convertirse en ley.
En su reciente columna de opinión publicada en El Tiempo, Vargas Lleras aseguró que la iniciativa deja fuera numerosos beneficios que inicialmente se habían acordado con el sector sindical.
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Además, precisó que el Gobierno retiró del proyecto aspectos como el derecho a huelga sin restricciones, la negociación por industria y la coadministración de empresas por parte de los sindicatos, compromisos que habían sido promovidos para fortalecer los derechos de los trabajadores. Sin embargo, esta retirada de beneficios podría estar relacionada con la intención de aprobarlos mediante decretos reglamentarios, lo cual, señala, despierta incertidumbre en el sindicalismo y en el propio Congreso.
El exministro de Vivienda en el gobierno de Juan Manuel Santos indicó que este giro de la reforma, calificado como una “traición” a los aliados sindicalistas, puede terminar provocando su estancamiento, especialmente si los grupos de apoyo al Gobierno deciden restarle su respaldo.
De avanzar hacia el Senado, la reforma encontrará una economía estancada y una tasa de desempleo en aumento, factores que Vargas Lleras considera críticos, ya que el contexto actual no favorece la implantación de una reforma que, a su juicio, encarecerá los costos laborales y agravará la situación del empleo en el país.
Estudios de sectores productivos y de análisis económico han proyectado que la reforma incrementará los costos laborales en un 8%, una cifra que el columnista calificó como alarmante al prever que esta carga adicional sobre las empresas podría ocasionar la pérdida de hasta 780.000 empleos formales.
Uno de los elementos de la reforma que Vargas Lleras considera problemáticos es el aumento en los recargos para jornadas nocturnas y dominicales. La jornada nocturna, por ejemplo, pasaría a iniciar a las 7 p.m., con un recargo del 35%, y los trabajos realizados en domingos tendrían un recargo del 100%. A su juicio, estos cambios no contemplan la realidad de sectores como el turismo, el comercio y la industria que funcionan las 24 horas y que ya operan con márgenes ajustados.
Asimismo, cuestionó las modificaciones en el contrato de aprendizaje, ya que ahora este tipo de contrato podría convertirse en una relación laboral completa. Según Vargas Lleras, esta modificación impactará a las empresas que actualmente ofrecen oportunidades a aprendices, quienes, de aprobarse la reforma, recibirían el salario mínimo, prestaciones sociales y otros beneficios. El líder de Cambio Radical sostiene que estas cargas adicionales bajarán la contratación de aprendices y, en última instancia, podrían significar la desaparición de esta modalidad en Colombia.
Otro punto, es el aumento de la licencia de paternidad a cuatro semanas, lo que coloca a Colombia como el país con la licencia de paternidad más extensa de América Latina. Vargas Lleras resaltó que, aunque la medida parece beneficiosa, incrementa las cargas financieras en un sistema de salud que, asegura, ya está en crisis y añade días de ausencia laboral que, combinados con otros permisos nuevos, terminarán por encarecer el empleo.
La reforma también promueve el contrato a término indefinido como la norma general, lo cual contradice, según Germán Vargas Lleras, la tendencia mundial hacia una mayor flexibilidad en las relaciones laborales. Consideró que, en lugar de fomentar la estabilidad, esta medida limitará la adaptabilidad de las empresas frente a las fluctuaciones del mercado y afectará especialmente a sectores que dependen de la contratación temporal.
El exvicepresidente destacó que estas disposiciones no aportan soluciones para la alta informalidad laboral en el país, que actualmente se sitúa en un 56 % y que podría aumentar entre 7 y 12 puntos con la entrada en vigor de esta reforma.
Finalmente, Germán Vargas Lleras instó al Senado de la República y a la ciudadanía a pronunciarse sobre esta reforma antes de que se convierta en ley, destacando que aún se está a tiempo de evitar lo que califica como un “tsunami laboral” que impactaría de forma negativa en el mercado laboral y en la economía colombiana.