El caso de Diego Cancino, nombrado presidente de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), suscitó una serie de cuestionamientos sobre el rol ético de los funcionarios en cargos de alto nivel tras la denuncia de acoso sexual en su contra, presentada por Viviana Vargas Ávila, asesora de la Dirección de Seguridad del Ministerio del Interior. La acusación, respaldada por testimonios, pruebas documentales y declaraciones públicas, se convirtió en un tema de debate que involucra tanto el ámbito jurídico como la responsabilidad de los servidores públicos en la administración del presidente Gustavo Petro.
La denuncia tuvo lugar el 9 de octubre, cuando Vargas Ávila buscó a Cancino para explorar oportunidades laborales, dada la inminencia de la finalización de su contrato; sin embargo, la reunión tomó un giro inesperado cuando, según el relato de la mujer, el funcionario habría cruzado los límites del contacto profesional y habría incurrido en acoso sexual.
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En los eventos narrados por Vargas, en los cuales asegura que Cancino realizó comentarios inapropiados, intentó contactos físicos sin su consentimiento e incluso habría persistido en su actitud a pesar de sus repetidas negativas. “Me abrazó y metió sus manos debajo de la blusa”, denunció la mujer, que describió la situación como intimidante y marcada por la diferencia de poder entre ambos.
La respuesta del funcionario a estas denuncias llegó a través de un comunicado público, en el cual expresó: “Lamento sinceramente cualquier conducta de mi parte que haya podido resultar ofensiva”. En su defensa, el elegido por el presidente Petro para llevar a cabo la administración de bienes incautados en Colombia sostuvo que, en su percepción, el encuentro fue amistoso y negó categóricamente haber cometido acoso sexual.
“Estoy absolutamente convencido de que en ningún momento incurrí en ninguna forma de acoso sexual en el cual estuvimos acompañados de personas a quienes Viviana invitó en calidad de amigos suyos”, argumenta Cancino en su comunicado.
No obstante, el funcionario reconoce la sensibilidad del tema y el legítimo interés que despertó en la opinión pública, especialmente en un país que, como él lo plantea, “avanza, en medio de enormes dificultades, en el proceso de construcción de relaciones más igualitarias entre los géneros”. En este sentido, Cancino mencionó que ha escuchado con “humildad” tanto las críticas de amigos como de quienes consideran inapropiado su comportamiento. “Asumo que a todos nos interesa y mueve el deseo sincero de que se esclarezca la verdad”, expresó.
El comunicado también menciona el dolor que este caso trajo no solo a las personas involucradas, sino a sus familias y allegado: “Este asunto, doloroso para Viviana, para mí, para mi familia, amigos, compañeros y compañeras, estoy comprometido con la justicia, la respeto y colaboraré plenamente con cualquier investigación para contribuir a la verdad en este tema tan delicado”.
Las pruebas aportadas por Vargas Ávila —incluyendo mensajes de texto que fueron compartidos por Infobae Colombia— ofrecen una visión detallada de las interacciones entre ambos, en las que el servidoe público admite, al menos parcialmente, haber actuado de forma inadecuada.
Estas son los chats en que Viviana Vargas denunció los sobrepasos de Cancino:
El país se enteró de la designación de Diego Cancino, exconcejal y exviceministro, como nuevo director de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), tras la publicación de su hoja de vida en la página oficial de aspirantes de la presidencia; sin embargo, apenas días después, su nombramiento se encontró en medio de polémica debido a una denuncia en su contra por acoso sexual.
La denuncia, presentada por Viviana Vargas Ávila, relata una serie de episodios ocurridos durante un encuentro con Cancino, en el que, según ella, el funcionario intentó sobrepasarse en múltiples ocasiones. Según el testimonio de la mujer, lo que comenzó como una reunión profesional para discutir su futuro laboral se transformó en un episodio de hostigamiento y presunto acoso sexual.
En los mensajes divulgados por Infobae Colombia, se evidencia que la asesora le dijo al funcionario su incomodidad y malestar por lo sucedido, al señalar que consideraba necesario dejarle claro cómo se había sentido.
“Te ofrezco sinceras y profundas excusas. Perdóname. Mi comportamiento estuvo mal y claramente no debí haber actuado así. Te escucho y asumo las claridades que pones. Jamás voy a confundir los límites claros que expresas. Eres una mujer y ser hermosa. Bondad y fuerza para transformar. Perdóname por favor. Te mando un abrazo”, escribió Cancino.
Aunque Cancino se disculpó, ella insistió en que lo ocurrido fue una falta de respeto hacia ella como mujer, al afirmar que los avances físicos no fueron en ningún momento normal ni consensuados. En el ejercicio de su derecho de denuncia, rechazó rotundamente el comportamiento del funcionario y reafirmó que este había sobrepasado los límites de su consentimiento.
“Me sentí incómoda con los comentarios inapropiados sobre mi apariencia, así como con los intentos de contacto físico sin mi consentimiento en donde en varias ocasiones incluyendo cuando ya estaban mis amigos me abrazabas por la espalda tocándome los senos, cosa que no estaba bajo mi consentimiento y lo dejé claro desde el principio (sic)”, se lee en los chats de WhatsApp.