Yesid Toro Meléndez, un periodista que trabajó para importantes medios de comunicación en Cali, cruzó todos los límites de ética y moral, tras supuestamente emitir amenazas contra sus colegas, e incluso a sí mismo, en nombre de grupos armados al margen de la ley.
“Profundamente avergonzado, me dirijo a ustedes para confesarles que fui el autor del panfleto que contenía amenazas en su contra”, fue parte de las palabras de su confesión, en medio del proceso en su contra que comenzó en 2014.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Según conoció Telepacífico Noticias, el viernes 25 de octubre se confirmó que Toro fue sentenciado a cuatro años de prisión por el delito de amenaza agravada, y obligado a pagar una millonaria indemnización por los daños causados a siete periodistas a los que les dirigía los panfletos amenazantes. En la sentencia se afirma que Toro tampoco podrá desempeñar funciones en el sector público.
Álvaro Miguel Mina, una de las víctimas de los engaños del periodista, contó como se enteraba de los mensajes amenazantes que recibía, vía mail: “Me dice Darío, ¿Ya viste el correo? Yo le digo, no, no le visto. Me dice: ‘Mirálo’, y yo pensaba que era un incentivo de Caracol, cuando vi la amenaza de este muchacho. Lo triste de todo esto es que él me acompañaba a la UNP, a la Sijín, a la Fiscalía a colocar la denuncia y nos daba ánimo (...) Yo no sé qué le pasó a ese muchacho, yo contra ese mucha no tengo sino pesar”, relató al medio citado.
Por los daños y perjuicios contra sus compañeros, Toro deberá pagarles una suma total de 130,62 salarios mínimos legales mensuales vigentes, monto y pena de la que no están de acuerdo algunas víctimas, por lo que buscarán apelar la decisión.
“No estoy de acuerdo con el monto de la pena, me parece muy baja. No se tuvo en cuenta la gravedad de los hechos, el comportamiento como periodista y que como tal tiene un compromiso social con la comunidad, y muy especialmente con sus colegas”, aseveró Álvaro díaz Garnica, abogado de las víctimas al medio mencionado.
Por último, será la Sala Penal del Tribunal de Cali la que analice y decida si efectivamente el caso sería tan severo para un aumento de la sentencia.
Así actuaba Yesid Toro, el periodista que amenazaba a sus colegas
De acuerdo con lo detallado por la Fiscalía General de la Nación, el periodista habría fabricado amenazas de muerte contra él mismo y otros colegas para obtener beneficios de protección.
Según el ente acusador, Meléndez creó una cuenta de correo desde la cual envió un panfleto y mensajes intimidantes dirigidos a periodistas de Cali y Buenaventura, en los que se atribuían las amenazas al grupo criminal Los Urabeños. Los mensajes advertían a los periodistas que eran considerados “objetivos militares” y los instaban a abandonar sus ciudades.
El 28 de septiembre de 2014, los periodistas Cristhian Alberto Serna Muriel, Gildardo Arango Ramírez, Dario Gómez Perlaza, Álvaro Miguel Mina, Christian Mauricio Abadía, Henry Ramírez Ronquillo y Oscar Gutiérrez Botero recibieron estos correos electrónicos. Algunos de ellos, ante el miedo generado por las amenazas, optaron por dejar sus ciudades y se quedaron sin trabajo. Otros continuaron en sus puestos, pero bajo estrictas medidas de seguridad brindadas por la Policía Nacional, la Unidad Nacional de Protección (UNP) y las empresas en las que trabajaban.
“Estoy muy triste por saber que la intimidación que generó intranquilidad en nuestras familias salió de alguien que estaba entre nosotros. Es una gran decepción, porque a Yesid Toro, más que un colega, lo consideraba un amigo”, dijo en su momento el periodista Gildardo Arango, a El Tiempo.
Ese mismo día, Meléndez solicitó a la UNP la renovación de su esquema de seguridad, justificando su petición en las amenazas que, según él, había recibido. Sin embargo, investigaciones de la Policía y la Fiscalía concluyeron que tanto los panfletos como las amenazas fueron creados por el propio Meléndez desde un cibercafé en Buenaventura. Finalmente, durante el proceso judicial, Toro Meléndez aceptó los cargos presentados en su contra.