Estas serían las razones que llevaron a cuatro menores a desaparecer en el barrio El Codito en Bogotá

El 24 de octubre de 2024, cuatro menores de edad, estudiantes del colegio Nuevo Horizonte ubicado en el barrio Verbenal de Bogotá, fueron reportados como desaparecidos por sus familiares en la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de Paloquemao.

Tras el reporte, las autoridades comenzaron una búsqueda que culminó en la mañana del sábado 26 de octubre con el hallazgo de los menores sanos y salvos, aunque la situación dejó al descubierto profundos problemas familiares y sociales.

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Las primeras pistas sobre el paradero de los niños surgieron gracias a cámaras de seguridad que los captaron al llegar al sector de El Codito, en la parte alta de Bogotá, donde se reunieron en la casa de uno de ellos, después de salir del lugar, su rastro se perdió en las grabaciones, por lo que las autoridades y sus familiares no tuvieron razón de su paradero.

Ante la incertidumbre, la Policía Metropolitana de Bogotá inició labores de vecindario y se apoyó en testimonios de personas del sector, lo que culminó con el hallazgo de los cuatro menores que fueron ubicados en una vía pública al norte de la ciudad y, según los reportes de la Policía, se sorprendieron al ser abordados por las autoridades que, tras una breve intervención, los llevaron con sus familiares en la estación de policía de Usaquén, donde recibieron el apoyo de la Alcaldía y la Secretaría de Seguridad.

Desde el inicio de la investigación, las autoridades exploraron varias posibles causas detrás de la desaparición de los menores. Según información preliminar que compartió la Policía, el mismo día en que se reportó su desaparición, uno de ellos había asistido a una sesión de atención con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), acompañado de sus padres.

Durante la reunión, los padres consideraron la opción de internarlo en una fundación para recibir apoyo especializado, decisión que finalmente se descartó por el momento.

A raíz de esta situación, las autoridades plantearon que el temor de ser internados en una fundación pudo haber generado estrés y preocupación en los menores, dado que los informes también mencionaron que los niños enfrentaban problemas de inasistencia escolar y posibles negligencias en el ámbito familiar, factores que habrían incidido en su decisión de alejarse de sus hogares.

El contexto de conflicto familiar, sumado a las tensiones escolares y la posible percepción de rechazo o abandono, son elementos que las autoridades han considerado como relevantes en este caso, pues podrían ser las razones por las que los menores tomaron una medida drástica en busca de un espacio de “escape” de su entorno habitual.

Con los menores a salvo, el Icbf asumió la tarea de restablecer sus derechos y proporcionar el acompañamiento integral que necesitan. Esto incluye evaluaciones psicosociales que aborden los problemas familiares y de convivencia que enfrentaban los menores, con el objetivo de reintegrarlos de manera segura tanto a sus familias como a su entorno educativo.

En ese sentido, el Icbf aseguró que tomará todas las medidas necesarias para el bienestar de los niños, por lo que comenzará un trabajo con sus familias para proporcionar un entorno seguro y protector que les permita un desarrollo integral.

Por tal motivo, las autoridades insistieron en que los menores necesitan un apoyo robusto, que incluya orientación tanto para ellos como para sus padres, a fin de evitar situaciones similares en el futuro.

Durante el proceso de búsqueda, un hombre fue señalado como presunto implicado en la desaparición de los menores, por lo que este individuo, quien manifestó poseer información relacionada con ellos, fue llevado al Centro de Atención Inmediata (CAI) del sector para que las autoridades lo interrogaran; sin embargo, la presencia del hombre en el CAI provocó indignación en la comunidad que se acercó en masa al lugar exigiendo respuestas y, en algunos casos, buscando hacer justicia por mano propia.