Una familia oriunda del municipio de Mariquita, Tolima, pero que reside en Bogotá, se encuentra viviendo un drama por cuenta de la elevada suma de dinero que les están pidiendo para poder repatriar el cuerpo de su familiar, un cabo retirado del Ejército que viajó a México en busca de mejores oportunidades, pero allí encontró la muerte en medio de hechos que aún generan dudas.
El ciudadano colombiano, identificado como Samuel Augusto Gaona (34 años), había viajado a México el 29 de noviembre de 2023 (llegó con destino a Cancún) y unos días después, el 2 de diciembre, comenzó a trabajar con un compañero (que le hizo la oferta para que viajara a ese país). En ese momento Gaona ya se había trasladado a Tijuana.
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Sin embargo, a partir del 4 de diciembre de ese año comenzó el drama para los familiares del exmilitar, debido a que no volvió a responder los mensajes y llamadas que le hacían desde Colombia. Y, peor aún, con la versión que recibieron por parte del hombre que lo alentó a viajar a México, también connacional.
En principio, comentó Sandra Gaona en diálogo con Infobae Colombia, el hombre les explicó que “a Samuel se lo llevó la Guardia Federal de Tijuana. Hasta ese día supimos algo de mi hermano”. Seguido a esto, cuenta la hermana de Gaona, les aseguró que unos oficiales le habían solicitado que pagara una cifra de dinero para que lo dejaran en libertad. Pero luego de hacer el pago, el colombiano permaneció retenido.
En 2024 siguieron tocando puertas, hasta que recibieron una llamada
El 2024 inició sin saber nada de noticias sobre el paradero de Gaona. Incluso, en febrero de este año se conocieron varias publicaciones en medios de comunicación, donde se informó de la desaparición del hombre.
“Un conocido le dijo que se fuera para Tijuana, que allá le daba trabajo como conductor de Uber, que así hacía el dinero que necesitaba y mi hermano aceptó, se retiró del Ejército y se fue”, comentó en ese entonces Sandra, en entrevista con el diario Q’hubo Bogotá, en su edición impresa del 21 de febrero de 2024.
“Esa vez recibimos la única llamada por parte del consulado de México en Baja California, Tijuana, pero después de eso ni más”, comentó Sandra que, junto a su otra hermana, vieron derrumbadas todas las ilusiones de volver a reencontrarse con su hermano en vida, tras recibir unas videollamadas el jueves 24 de octubre de 2024.
En las llamadas que recibieron, por parte de un número del extranjero, les informaron desde México que había un cuerpo que se encontraba en uno de los congeladores de una morgue, donde gracias a que el rostro del hombre no estaba desfigurado, y a un tatuaje que tenía Gaona en su brazo izquierdo, fue posible reconocerlo.
Según lo que les informaron, Samuel murió como consecuencia de disparos que recibió a la altura del estómago y el pecho. Aunque, contó Sandra, que su rostro tenía una herida en el tabique y tenía los labios hinchados, situación que los hace pensar que habría sufrido golpes antes de ser ultimado a tiros.
Seguido a esto, les dijeron en la videollamada que debían abonar una cifra de 40 millones de pesos colombianos para poder adelantar los trámites necesarios para trasladar el cuerpo desde México a Colombia, para poderle hacer las honras fúnebres.
“En este momento no tenemos todo ese dinero”, añadió la hermana de Samuel, que se desempeña como enfermera y junto a sus demás familiares, que viven por el barrio Eduardo Santos (localidad de Antonio Nariño), hacia el sur de la capital del país, solicitaron a las autoridades colombianas que intercedan en este caso. Más si se tiene en cuenta que este hombre le prestó 15 años de servicio al Ejército, desempeñándose en batallones de contraguerrilla por varias zonas del territorio nacional.
A raíz de esto, Sandra y su familia le pidieron el favor al Consulado, el Ministerio de Relaciones Exteriores, la embajada del gobierno colombiano en Mexico, a que me ayuden, que por favor se pongan la mano en el corazón, que si no me ayudaron cuando él estaba vivo que todavía lo podíamos buscar, que por favor me echen una manito para traerlo”.
Sandra y los demás miembros del seno familiar, solo esperan que esta petición no sea ignorada, y que las autoridades colombianas estudien este caso para poderles brindar una mano para poderlo traer hasta Bogotá y poder cerrar este difícil episodio en sus vidas.