La historia de ‘Ñata’, el caimán de casi tres metros que vivía en el patio de una casa: “Aprendió a pedir la comida”

El martes 22 de octubre de 2024, funcionarios de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), se llevaron una sorpresa al rescatar un caimán de casi tres metros que pasaba sus días en el patio de una vivienda en Palmira (Valle del Cauca).

“Hoy en la mañana nos sorprendieron con un cocodrilo en Palmira en una casa, en un patio. Un animal de 2.67 metros totalmente desarrollado. Nos tocó acudir con fuerza pública, una cantidad de funcionarios, para poder retirar a ese cocodrilo. Por favor, a quién se le ocurre tener a un cocodrilo en un patio”, indicó Marco Antonio Suárez, director de la CVC, que inicialmente creyó que se trataba de esta especie de reptil; sin embargo, tras análisis se percataron de que era un caimán.

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Pues bien, en las últimas horas se pronunció Jesús Leonardo Escobar, cuidador de Ñata, el caimán, que fue acogida desde 1970, es decir, convivía con los humanos desde hace 54 años, gracias a la herencia de su padre.

De acuerdo con su relato a medios de comunicación, Ñata fue un obsequio de parte de un policía que recibió el padre de Escobar que, “ni corto ni perezoso”, le acondicionó su patio para que viviera una “vida plena” a pesar de su cautiverio y de ser una “mascota” poco convencional.

“El caimán se llama la ‘Ñata’; en el año de 1970 el comandante de la policía muy gentilmente tuvo el detalle de regalarle ese animal que venía en una caja de cartón a mi padre; con el transcurso del tiempo se fue acondicionando espacios para tenerle un espacio bastante grande, tenía cuidados, alimentación y mucho amor”, expresó el hombre, en declaraciones citadas por RCN Radio Cali.

Con el pasar de los años, la familia comenzó a identificar cuál era el menú favorito del reptil, que se alimentaba principalmente de carne de res, pollo y hasta pescado. “Aprendimos que el animal es carroñero por naturaleza; nosotros le suministrábamos carne de vaca, gallina y en algunas ocasiones pescado”, fueron las palabras textuales del cuidador de ‘Ñata’.

Entre las curiosidades y “resabios” que aprendió el animal salvaje, según Escobar, fue que ya tenía una forma particular de pedir comida, y enfatizó en que nunca representó un peligro para la familia, precisamente debido a las habilidades que adquirió. “Nunca tuve un accidente con una persona, sencillamente porque aprendió con el tiempo a pedir comida cuando la necesitaba. ‘La Ñata’ tenía en promedio un consumo de unas 8 o 10 libras de carne; esa cantidad le podía suministrar energía a ella para tres semanas aproximadamente”, complementó, citado por el medio.

Cuenta que una de las anécdotas que recuerda tiene qué ver cuando se enteró de que era una hembra: “Con el tiempo empezó a poner huevos, en promedio unos 30 o 35 cada año, ahí nos dimos cuenta de que era una hembra”.

De acuerdo con las declaraciones de Escobar, en 2007 su vida y la de ‘Ñata’ cambió cuando, supuestamente, la CVC le otorgó un permiso para tener la custodia del animal; no obstante, la ley cambió y se prohibió este tipo de licencias.

“En el año 2007 la CVC me otorgó un permiso cumpliendo a cabalidad con una ley de la República de registrar fauna silvestre como mascota; solicité la custodia y me la otorgó la CVC; con el tiempo, la Ley fue derogada, pero nunca me notificaron que ya no la podía tener la custodia de ese animal”, explicó Escobar, según el medio mencionado.

Por último, aclaró que no pide el regreso de ‘Ñata’, pero sí solicita que se le garantice una “buena calidad de vida”, debido a que el caimán “está demasiado humanizado”. “No estoy pidiendo que me la devuelvan porque es imposible. Lo único que pido a la CVC es que le garanticen a este animal una buena calidad de vida. Ese animal está demasiado humanizado, sencillamente aprendió hasta a pedir la comida. Para la ‘Ñata’, los perros y yo, -a quienes nos veía y nos olía todos los días-, somos parte de su manada”, puntualizó.

Dos días después de que se encontrara el caimán aguja en una vivienda en Palmira, la CVC informó que el reptil está en un estado de salud delicado. Presenta la mitad de su peso ideal, una masa en la mandíbula y dificultades para mover una de sus patas, según conoció El País de Cali.

En el Centro de Atención y Valoración de la Corporación, los especialistas determinaron que el peso del animal está entre un 40 % y 50 % por debajo de lo normal. Además, se están realizando pruebas de laboratorio para obtener un diagnóstico más completo.

Debido a que no ha convivido con otros reptiles y sufre de varios problemas de salud, Ñata no podrá ser reintroducido en su hábitat natural. Los expertos recomiendan mantenerlo en cautiverio, pero en mejores condiciones, con más espacio y una laguna que le permita regular su temperatura adecuadamente.

Según conoció el medio mencionado, el bajo peso del animal podría deberse a la falta de condiciones adecuadas para su metabolismo y regulación de temperatura. Entre tanto, el caso será evaluado junto con expertos de la Universidad Nacional y de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, quienes también realizarán análisis genéticos para confirmar su origen y determinar su futuro.