Entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre se lleva a cabo en Colombia la COP 16, el evento más importantes sobre políticas ambientales del mundo, que en esta edición tendría como objetivo principal buscar la implementación de las rutas para aumentar las estrategias de conservación de la biodiversidad.
De la misma forma, se afirmó que en el evento se buscará avanzar en la implementación del Marco Mundial Kunming-Montreal, un plan global para detener y revertir la pérdida de biodiversidad.
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Cabe mencionar que, biodiversidad, según el Convenio Internacional sobre la Diversidad Biológica, es: “la diversidad de vida, la variedad de seres vivos que existen en el planeta y las relaciones que establecen entre sí y con el medio que los rodea”, por lo que antes de que comenzará la COP, se esperaba que el Gobierno nacional tuviera como objetivo enfocarse en la lucha para tratar dos especies invasoras que están afectando el ecosistema en el país.
Se trata de los hipopótamos que hay en el Magdalena Medio y los peces basa, que hasta el momento siguen sin ser mencionados por el presidente Gustavo Petro o los representantes del Gobierno nacional durante la COP16.
Los problemas que generan estas especies en Colombia
En primer lugar, el pez basa, que es originario de Asía, llegó a Colombia en 2012 con la intención de impulsar la producción acuícola (especies de la flora y fauna acuáticas) a pesar de que varios expertos afirmaron que podría convertirse en un problema a futuro.
En el país, el primero de estos peces se encontró en el río Magdalena, pero en la actualidad es la represa de Betania, a 30 kilómetros de Huila, en donde más se suele pescar a esta especie; mientras que el Ministerio de Ambiente y la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales sigue sin autorizar su importación de manera oficial.
A pesar de esto, en Santa Marta, el Ministerio de Agricultura felicitó a los piscicultores por su labor en la exportación de varias especies, entre ellas el pez basa, que sigue sin ser legal.
Expertos han afirmado que el pez basa se ha adaptado rápidamente a Colombia porque las condiciones son similares a las de su continente de origen, pero que su permanencia puede provocar una competencia con las especies nativas, que representan el 70% de la producción pesquera y una consecuencia probable es que aumenten de manera exponencial y erradiquen a los demás peces.
Los hipopótamos de Escobar
Los hipopótamos africanos que llegaron a Colombia son una de las historias más conocidas a nivel mundial, puesto que el narcotraficante colombiano, Pablo Escobar, trajo a esta especie para conformar un zoológico privado en la Hacienda Nápoles, en Puerto Triunfo.
La muerte del capo y el olvido estatal por este lugar hicieron que los hipopótamos, que en principio eran tres, se escaparan de la hacienda y terminarán multiplicándose gracias a que el clima en el Magdalena Medio es similar al de su habitad natural, con la diferencia de que no hay sequías y tampoco depredadores que puedan hacer que la población sea mermada.
Actualmente, en Colombia hay registró de más de 150 hipopótamos, que ponen en peligro la vida de las demás especies y de la población, recordando que son el animal que más termina con vidas humanas en el mundo; sin embargo, en parte de la región apoyan su presencia, ya que el turismo ha crecido de manera exponencial en los últimos años por su presencia.
Lo último registrado sobre esta problemática es que el Tribunal Administrativo de Cundinamarca ordenó a “las autoridades ambientales adoptar medidas dirigidas a la erradicación de la especie, con fundamento en el consenso de la comunidad científica, que a lo largo de los años (particularmente desde 2007 a 2024) ha realizado varios estudios de estos ejemplares respecto a sus características, origen y el impacto ambiental que ocasionan”.
Por lo que si no se toman cartas en el asunto, esto provocará que en 2035 la población de estos animales supere los 1.000 individuos, el tribunal le otorgó al Ministerio de Ambiente tres meses para que “reglamente las medidas de erradicación de la especie (caza de control y esterilización) que deban ser adoptadas por las autoridades ambientales de cada jurisdicción”, lo que ha generado un nuevo debate sobre el tema en Colombia.