Las autoridades conocieron graves casos de abuso sexual y de tortura que se registraron en ocho fundaciones de rehabilitación en Bucaramanga y Piedecuesta y, tras una investigación, lograron capturar a 21 personas, presuntamente, relacionadas con estos crímenes. Los señalados criminales, que harían parte de una red ilegal, habrían violentado a personas con consumo problemático de drogas, con problemas de salud mental y adultos mayores.
Las fundaciones en cuestión son Neurosanar, Bethel, Funcape, No te Rindas, Ríos de Jordán, César Benicio Grimaldos Gómez, Corporación Empresarial y Artesanal Mujeras con Propósito. Según reportó el medio de comunicación Vanguardia, las personas internadas en los centros de rehabilitación eran drogadas con medicamentos que les habían sido prescritos, para que estuvieran en estado de indefensión y pudieran ser sometidas a todo tipo de vejámenes.
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Una de las víctimas de las “casas de tortura” de Bucaramanga reveló detalles de las agresiones físicas que sufrió y de lo que sufrieron otras personas. De acuerdo con su relato, compartido por El Tiempo, a algunos de los pacientes los inmovilizaban o varios fueron víctimas de violencia sexual. Además, vivían en condiciones indignas y deplorables.
“Nos tenían esposadas, encerradas en un cuarto de reflexión. Un señor abusaba de una de mis compañeras, nos encerraban en un cuarto pequeño y nos tocaba hacer las necesidades en bolsas por cinco días”, precisó la persona sobreviviente, citada por el medio.
De acuerdo con los testimonios de las víctimas, hubo personas que, incluso, duraron un mes encerradas en cuartos en donde “olía a orines” y donde no había ni siquiera colchonetas para que pudieran descansar. Además, no se les permitía bañarse por un largo tiempo. En algunos casos, cuando pedían algo, eran agredidos sexualmente para que pudieran recibirlo.
“No había enfermera, ni quién hacía aseo, había un terapeuta que abusaba de varios, abusaban de nosotros por dejarnos fumar un cigarrillo, no nos daban comidas balanceadas”, indicó otra de las personas que se enfrentó a tratos crueles y denigrantes en una de las fundaciones.
Hubo dos jóvenes que llegaron a estos sitios bajo la promesa de que revertirían su orientación sexual, ya que ambos son homosexuales. Cabe resaltar que en Colombia se está buscando la prohibición de los Esfuerzos de Cambio de Orientación Sexual e Identidad y Expresión de Género (Ecosieg), mal llamados “terapias de conversión”, porque son considerados métodos de tortura.
Estas dos víctimas fueron abusadas sexualmente, según detalló Melissa Franco, exsecretaria del interior de Bucaramanga. “Nos sorprendió, ellos fueron acompañados, tenían miedo, decían que eran abusados por personas internas de la fundación”, precisó la exfuncionaria, citada por el medio.
Decenas de víctimas de torturas
La Alcaldía de Bucaramanga hizo una inspección en las fundaciones y encontró a 75 personas hacinadas, viviendo en condiciones indignas e insalubres. Además, por lo menos 60 pacientes denunciaron haber sido violentados de múltiples maneras en estos lugares.
La red mantenía su operación mediante el traslado de pacientes, valiéndose de documentos falsos en los que autorizaban los cambios de fundaciones para la supuesta atención de las personas e, incluso, suplantaban a los familiares para poder efectuar los traslados a la fuerza.
De igual manera, ante la constante revisión de las autoridades, recurrieron a diversas artimañas para mantenerse ocultos.
“Como estrategia jurídica cambian constantemente de nombre de razón social en la Cámara de comercio de Bucaramanga, pero seguían funcionando en el mismo lugar, nunca poseían ningún tipo de identificación como logos emblemas en su fachada que la identificara como fundación, logrando ocultar sus actividades de sus objetos sociales y sus actividades ilícitas de maltratos hacia los internos de la misma”, se lee en un informe conocido por el medio citado.