Francisco de Roux, sacerdote y figura destacada en la Comisión de la Verdad de Colombia, enfrenta acusaciones de presunta omisión y ocultamiento en un caso de abuso sexual cometido por el cura Darío Chavarriaga en la década de 1970.
Las víctimas, Luis Fernando Llano y sus siete hermanas, fueron abusadas por Chavarriaga, quien era primo de su padre. Esto permitió que el cura pederasta tuviera acceso a espacios propicios para cometer abusos contra Fernando y sus hermanas durante su infancia. Al referirse a su interacción con las víctimas y sus familias, De Roux expresó que, en su momento, creyó que el proceso de escucha, investigación y sanciones era suficiente. Sin embargo, ahora reconoce el dolor y las demandas de justicia de las víctimas.
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En 2014, Fernando Llano Narváez y dos de sus hermanas se reunieron con el entonces provincial de los jesuitas en Colombia, Francisco de Roux, para denunciar los abusos sexuales sufridos a manos del sacerdote jesuita Darío Chavarriaga.
De Roux abrió una investigación canónica, pero no informó a las autoridades judiciales sobre los abusos. En una conferencia de prensa reciente, De Roux pidió perdón a las víctimas y afirmó que, de tener conocimiento de algún caso en la actualidad, no dudaría en acudir a las autoridades.
El secreto pontificio, una de las prácticas más reservadas de la Iglesia católica, ha sido objeto de debate y controversia en los últimos años. Este tipo de secreto, considerado de máxima confidencialidad dentro del derecho canónico, ha sido utilizado para proteger información sensible sobre el gobierno eclesiástico.
En 2001, el entonces cardenal Joseph Ratzinger, quien más tarde se convertiría en el papa Benedicto XVI, extendió el uso del secreto pontificio a los casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes. Esta decisión buscaba proteger tanto la privacidad de las víctimas como la reputación de los acusados.
El cardenal Charles Scicluna, principal investigador de crímenes sexuales en el Vaticano, señaló en diciembre de 2019 para la BBC que esta práctica también impedía a las víctimas conocer las sentencias derivadas de sus denuncias.
En respuesta a estas críticas, el papa Francisco introdujo cambios significativos en la normativa eclesiástica. Según el portal de noticias del Vaticano, Vatican News, la nueva instrucción establece que la información debe manejarse de manera que se garantice su seguridad, integridad y confidencialidad, pero sin obstruir las obligaciones legales de denuncia establecidas por las legislaciones estatales. Además, se especifica que no se puede imponer un vínculo de silencio a denunciantes, víctimas y testigos.
Según informó ‘El Reporte Coronell’, de la W Radio, los abusos ocurrieron cuando Fernando era estudiante becado en el Colegio Mayor de San Bartolomé a finales de los años setenta. La beca, destinada a niños necesitados, era supervisada por Chavarriaga, quien aprovechó su posición para abusar de Fernando y sus siete hermanas, todos menores de edad.
Durante las investigaciones pertinentes por parte del medio mencionado, se dijo que, aunque De Roux instó a la familia de las víctimas a denunciar, según él, un hecho que no realizaron, tampoco optó por hablar del caso en su momento debido al “secreto pontificio.”
El caso fue investigado canónicamente por la Compañía de Jesús, y Chavarriaga confesó los abusos. Sin embargo, la respuesta de la Iglesia fue apartarlo de su cargo y enviarlo a una casa para sacerdotes con enfermedades terminales, sin informar a las autoridades civiles. Un año después de las denuncias, Chavarriaga falleció sin enfrentar la justicia.
La familia Llano presentó una denuncia ante la Fiscalía contra tres sacerdotes jesuitas, incluido Francisco de Roux, por presunta omisión de denuncia y favorecimiento. La ley colombiana considera como agravante que las víctimas sean menores de edad, como en este caso. De Roux, en una conferencia de prensa, expresó su pesar y aseguró haber informado a Roma sobre el caso, aunque no especificó a quién se refería. También mencionó que consultó a un abogado, quien le indicó que el delito estaba prescrito.
El actual provincial de los jesuitas, Hermann Rodríguez, reconoció que su antecesor no llevó el caso a las autoridades, pero afirmó que De Roux instó a la familia a denunciar, lo cual ellos no hicieron. La denuncia presentada por la familia Llano fue asignada al Fiscal 2 Seccional de la Unidad de Delitos Sexuales en Bogotá.
La denuncia presentada por Luis Fernando Llano y sus hermanas en la Fiscalía contra tres sacerdotes jesuitas, incluyendo a De Roux, es por la presunta comisión de los delitos de favorecimiento y omisión de denuncia de particular. La ley establece como agravante que la víctima sea menor de edad, como es el caso de los hermanos Llano, que padecieron los abusos del cura Chavarriaga.
Incluso, según el testimonio de las víctimas, De Roux les solicitó no llevar el caso a los medios ni hacerlo público para proteger la imagen de la Iglesia: “La misma iglesia los revictimizó callándolos.”
El abogado de las víctimas también sostuvo, en los micrófonos de la W Radio, que aparte de haber abusado de todos los niños de una misma familia, Chavarriaga no tuvo a los hermanos Llano como únicas víctimas.