La actriz Martha Isabel Bolaños ha sonado en la prensa por su reciente participación en el reality MasterChef Celebrity y en La casa de los famosos, y por su trabajo en reconocidas telenovelas como Yo soy Betty, la fea. Su paso por el mundo del espectáculo le ha traído grandes éxitos y también algunas críticas de internautas, pero, más allá de eso, la actriz ha enfrentado verdaderas dificultades en su vida lejos de las cámaras y la actuación.
En el programa Busca x dentro de Tu Barco, Bolaños confesó los problemas que ha afrontado debido a la muerte de su padre, que pasó cuando ella apenas tenía dos años. Desde su niñez, sentía vergüenza de sí misma, al sentir que no encajaba y que no tenía paz. Según detalló, la ausencia de su papá se tradujo en una falta de autoestima, que tuvo que adquirir tiempo después, con los “golpes” de la vida.
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Se dio cuenta de la importancia de la figura paterna cuando experimentó la codependencia emocional en sus relaciones amorosas. “La falta de papá en mí se desarrolló no buscando un papá que me protegiera, sino al contrario, era yo quien protegía, era yo quien quería representar en mis parejas a mi papá y hacer que se quedaran a la fuerza”, explicó.
En medio de eso, fue víctima de todo tipo de abusos, que la llevaron a fortalecerse y también a pensar en sus propios problemas, que la llevaban a inmiscuirse en relaciones poco sanas. “Cuando no tenés un papá te sometés justamente a eso, a abusos de confianza, a abusos sexuales. Para ser abusada sexualmente no te tienen que poner un revólver en la cabeza, simplemente que vos digas “No”, y te digan “Sí””, añadió.
Entonces, tuvo que recurrir a grupos de apoyo y a responder preguntas sobre sí misma para identificar que era una persona codependiente. Así, descubrió que fue a partir de los 35 años que empezó a tener parejas con las que experimentó el sufrimiento: “Uno más tóxico que el otro”, precisó.
El hombre por el cual decidió aventurarse a buscar esa ayuda profesional que necesitaba tenía problemas con el consumo de alcohol, por lo que, siendo su pareja, enfrentó varios problemas. “Duramos un año, pero es el año más duro que ustedes se puedan imaginar. Yo sentí que yo iba a salir en bolsita negra de esa relación. Sufrí demasiado, el mundo al lado de un alcohólico es una cosa terrible”, confesó.
Logró alejarse de él tras una pelea, parecida a muchas otras anteriores. Sin embargo, tuvo que luchar contra ella misma para abstenerse de regresar a esa relación tormentosa, porque, según contó, se volvió “adicta” a él.
Su relación con los hombres: compleja y competitiva
A pesar de que logró superar sus conductas codependendientes, ahora afronta otros problemas en sus relaciones debido al aparente rechazo que recibe de los hombres que no aceptan su forma de ser.
“Hay hombres que no pueden conmigo, que son los hombres que no lo identifican, pero que sienten en mi competencia. Claro, y yo no quiero un hombre que quiera competir conmigo. Yo quiero un man que esté absolutamente ya en su maestría, que tenga cierto nivel espiritual, que esté un poquito despierto y que me deje ser”, aseveró.
Una de las experiencias que ha tenido y que ha evidenciado esa competencia con sus parejas se ha situado en los restaurantes. Según detalló, al momento de ordenar algo, los hombres suelen llamar al mesero o mesera e indicar lo que tanto él como su acompañante desean comer. Sin embargo, en algunas ocasiones, ha sido ella la que ha tomado esa iniciativa, lo que, al parecer, ha generado cierta incomodidad. “No pasa nada”, dijo.
Desde su perspectiva, hay hombres que sienten que no los está dejando “ser hombres”, o actuar según los estándares que históricamente han regido y han determinado la conducta que deben tener. “Es su video mental, porque obviamente que si los voy a dejar ser hombres, porque a mi igual me gusta que me atiendan, me gusta que me abra la puerta, que me corra la silla, que me proteja, que cuide”, precisó.