Uno de los deseos de la muchas personas es bajar de peso y mantener una figura esbelta y saludable. Sin embargo, muchos de quienes lo intentan caen en el error de hacerlo de manera acelerada.
Perder peso demasiado rápido puede ser perjudicial para la salud en general y, además, provoca daño en la masa muscular. La pérdida de peso radical tiene lugar cuando las personas queman o consumen más calorías de las que el cuerpo necesita para mantener el peso actual.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
Consecuencias de perder peso rápido
- Debilitamiento de los huesos: la falta de nutrientes de estas dietas también afectará a la masa ósea, debilitando los huesos y favoreciendo la posibilidad de una fractura.
- Deshidratación.
- Alteraciones de la composición corporal.
- Bajada de tensión arterial y problemas en la regulación de la temperatura corporal.
- Fatiga crónica: “La deshidratación implica también una pérdida importante en el rendimiento de las funciones importantes del organismo, lo que genera una continua sensación de cansancio y fatiga a causa también de la restricción de nutrientes”, según el portal de Sanitas.
- Caída de pelo.
- Trastornos del sueño.
- Alteraciones del humor: “El cansancio constante y la alteración del sueño llevarán a cambios continuos de humor, con episodios de irascibilidad y abatimiento”, explica Sanitas.
- Metabolismo más lento.
- Alteración de las hormonas tiroideas.
- Trastornos de la alimentación: es el riesgo más importante de la obsesión por perder peso de forma rápida y, por tanto, de las dietas milagro; ya que supone abrir una puerta a los trastornos de alimentación, como la anorexia o la bulimia.
María Luisa Fonte, nutricionista del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, le explicó a CuídatePlus que “cuando la pérdida de peso se consigue muy rápidamente no sólo se cometen errores para la salud, como confirman varios especialistas, sino que hay consecuencias tangibles para el organismo”.
En cuanto a qué límite de pérdida de peso sería el menos peligroso para la salud, la experta indica que “depende de muchos factores como la genética, la composición corporal inicial, la presencia de enfermedades, posibles tratamientos farmacológicos y el estilo de vida global de la persona”.
Fonte también señala que “se recomienda una tasa de pérdida de peso entre 0.5 y 1 kg a la semana”. Y agrega que “perder peso por debajo de un Índice de Masa Corporal (IMC) de 18.5 Kg/m2 se considera peligroso y puede causar desnutrición”.
Por esta razón es fundamental “monitorizar el porcentaje de grasa corporal que se considera saludable, entre el 10% y el 20% en el sexo masculino y entre el 18% y el 28% en el sexo femenino”.
Además, la experta sostiene la importancia de “evitar posibles déficit nutricionales - por ejemplo vitamínicos - y vigilar la composición corporal durante el proceso de la pérdida de peso”.
Cuánto tiempo se necesita para una pérdida de peso saludable
El tiempo de pérdida de peso depende del peso y de las condiciones de salud iniciales. Según Fonte “es importante recordar que no hay un tratamiento igual para todos ya que la pérdida de peso debería ser personalizada y controlada por un profesional”.
Por ejemplo, una persona sana que quiera perder peso debería enfocarse en su estilo de vida global, es decir “no sólo hay que ver la dieta si no también el tiempo sedentario, moverse a diario y hacer ejercicio físico”.
Este tipo de modificaciones “tienen que durar en el tiempo para mantener los resultados logrados e incorporarlas en el estilo de vida de forma permanente”, señala la médica especialista.
Hay que tener en cuenta que no solo es un riesgo perder peso de forma radical en poco tiempo sino también ganarlo. “Esto “puede exponer a nuestro cuerpo a diferentes riesgos, como la elevación de la tensión arterial, el desarrollo de factores de riesgos vasculares, la alteración del azúcar en la sangre o la deposición de grasa visceral en órganos como el hígado”, agrega Fonte.
Se recomienda consultar a un profesional de la salud que pueda orientar, seguir y personalizar cualquier tratamiento cuyo objetivo sea la modificación del peso corporal.