La intolerancia es un mal que aqueja la sociedad colombiana, que se refleja en contextos cotidianos que terminan en peleas o hasta muertes, tras presenciar malentendidos que muy fácilmente se hubieran podido solucionar civilizadamente.
Un caso de estos se registró en la mañana del miércoles 23 de octubre entre dos conductores en el área metropolitana de Bucaramanga, específicamente en el tramo del anillo vial hacia Girón, que por unos minutos causó caos y bloqueó el tránsito a los demás conductores del sector.
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El hecho precisamente quedó captado en un video por otro usuario de la vía, en el que se aprecia cómo ambos vehículos, un taxi y una camioneta blanca, se adelantan repetidamente de manera temeraria, obstruyendo el paso en una carretera con poco tráfico.
El conflicto entre los conductores escaló hasta el punto de poner en riesgo a otros usuarios de la vía. Por un lado, el taxista en varias ocasiones logró adelantarse a la camioneta; mientras que el conductor del vehículo particular respondió con frenadas abruptas y cambios de velocidad peligrosos.
En un momento, la camioneta cerró el paso del taxi en una curva, situación que pudo haber causado un accidente grave. Entre tanto, otros vehículos se vieron obligados a disminuir la velocidad en esta vía rápida que conecta los mecionados municipios.
La situación culminó a la entrada de Girón, donde ambos conductores se detuvieron y comenzó la verdadera trifulca. Según se logra observar, el taxista sacó un palo de su vehículo para enfrentarse al dueño de la camioneta, propinándole al menos dos palazos contundentes.
No obstante, el conductor de la camioneta tomó el control y logró neutralizar al ofuscado taxista, sin embargo, su propósito fue más allá, pues buscaba someterlo a puños y patadas continuas.
Durante la pelea, ambos conductores se culpaban mutuamente por haber iniciado la peligrosa disputa en carretera. Visiblemente alterados, se insultaron mientras bloqueaban el paso a los demás automóviles que circulaban por la zona, quienes solo grababan el hecho, por temor a resultar golpeados por los desadaptados.
Finalmente, el taxista pidió al otro conductor que lo soltara, mientras este continuaba recriminándole por el origen del altercado, que pudo haberse evitado respetando las normas de tránsito: “Usted fue el que me tiró”, decía por su parte el trabajador de transporte de servicio público.
Al parecer, no se reportó intervención de las autoridades en el lugar, ni consecuencias legales derivadas de este hecho de intolerancia vial.
Preocupación por casos de intolerancia en Colombia
Las cifras de intolerancia presentan un aumento preocupante en varias ciudades del país. Según datos de la Policía Metropolitana, conocidos por El Tiempo, Bogotá se posiciona como la ciudad con mayor número de muertes violentas por intolerancia, superando a Medellín, con el 30,1 %; Barranquilla, con 16,7 %; y Cali, con 12,3 %. Entre enero y agosto de 2024, en Bogotá se han registrado 748 homicidios, de los cuales 232 están relacionados con situaciones que podrían haberse evitado. Esto representa el 31 % de las muertes violentas de la ciudad.
Francisco Alvarado, experto en psicología social y comportamental de la Universidad Nacional, señaló al medio mencionado que el incremento de los casos de intolerancia y riñas tiene su origen en “una serie de detonantes como el estrés, la frustración y la impotencia”, los cuales afectan los niveles de racionalidad y tolerancia, limitando la capacidad de comportarse amablemente. Alvarado también afirmó que la normalización de la violencia como una forma aceptada de solucionar problemas es otro factor clave para comprender las cifras reveladas.
Por su parte, Luz Cristina Jiménez, psicóloga clínica y forense del Instituto de Medicina Legal, explicó que la inseguridad generalizada ha llevado a que, por ejemplo, los bogotanos, desarrollen conductas “paranoides”, que incluyen actitudes impulsivas y reactivas. “Este tipo de comportamientos se ha vuelto normal en los bogotanos, y eso no es saludable porque implica la aparición de una sintomatología no deseada”, dijo Jiménez.