Bogotá busca innovar estrategias para adultos mayores ante la finalización del plan de política pública

Con más de un millón de ancianos en la ciudad, la culminación del decreto en 2025 lleva al Cabildo Distrital a replantearse las estrategias de atención y cuidado de esta población

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El decreto 345 fue clave
El decreto 345 fue clave en crear espacios de bienestar para adultos mayores - crédito Danie Franco / Unsplash

La capital enfrentará un desafío crucial con el fin de la Política Pública de Envejecimiento y Vejez en 2025, establecida por el Decreto 345 de 2010. La normativa que ha sido clave fundamental para el bienestar de los adultos mayores de Bogotá, en los últimos años, entrará en discusión y remodelación desde el Cabildo Distrital.

Así lo dio a conocer el concejal Armando Gutiérrez, que indicó que trabajará en la reformulación de la Política Pública de Envejecimiento y Vejez. De acuerdo con datos del cabildante, la población mayor en la ciudad supera el millón, por lo que se hace urgente replantear y actualizar las estrategias para garantizar un envejecimiento digno y activo.

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Según datos recientes del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en Colombia hay más de 7 millones de adultos mayores, y en Bogotá la cifra alcanza aproximadamente 1.2 millones. Dicho aumento, junto con la disminución de la natalidad, que ha caído a un promedio de 1.8 hijos por mujer, plantea un futuro donde la población mayor podría superar a la joven.

El aumento de la población
El aumento de la población mayor y baja natalidad crean desafíos en Bogotá - crédito Concejo de Bogotá/Banco Mundial

Para Gutiérrez, ese fenómeno demográfico subraya la necesidad de integrar a los adultos mayores en la vida social, económica y cultural de la ciudad. El concejal de Bogotá enfatizó en la importancia de que los adultos mayores no sean vistos como una carga, sino como miembros activos de la sociedad.

“Es esencial que continúen siendo útiles y activos”, afirmó Gutiérrez, destacando además la necesidad de espacios que promuevan su bienestar físico y mental. El vocero sumó que el Decreto 345 de 2010 permitió la creación de estos espacios, pero su finalización ofrece una oportunidad para mejorar y expandir estas iniciativas.

Con más de un millón
Con más de un millón de ancianos en la ciudad, la culminación del decreto en 2025 lleva al Cabildo a replantear las estrategias - crédito Concejo de Bogotá/Dane

La información suministrada por el cabildante señala que la expectativa de vida ha aumentado significativamente, lo que plantea preguntas sobre cómo asegurar que los adultos mayores vivan con dignidad y respeto. La reformulación de la política debe garantizar el acceso a lugares de interacción y desarrollo de nuevas habilidades, así como fomentar el emprendimiento y la integración laboral de quienes lo deseen.

Asimismo, agregó que se deben mejorar los servicios de salud, la protección económica y las oportunidades de empleo y educación para esta población. Con la fecha de término del decreto acercándose, para Gutiérrez es crucial que toda la sociedad participe en ese proceso de transformación.

Y es que el cabildante resaltó que la finalización del decreto no debe ser vista como un cierre, sino como una oportunidad para construir un futuro más inclusivo para los adultos mayores. La bancada del adulto mayor, liderada por el concejal, jugará un papel clave en este proceso, trabajando para que todos puedan envejecer con dignidad y participación activa.

El concejal pide ver a
El concejal pide ver a los adultos mayores como activos, no como carga - crédito Concejo de Bogotá

Desde el ámbito político, Gutiérrez hizo un llamado a las autoridades y a la sociedad para trabajar conjuntamente en la construcción de una Bogotá para todas las edades, donde los adultos mayores sean protagonistas del cambio y no solo receptores de servicios asistenciales. “La participación activa de los adultos mayores en la vida económica, social y cultural de la ciudad es fundamental para su bienestar y para el desarrollo de una sociedad más equitativa”.

Estos son algunos de los puntos claves que estaban señalados en el Decreto 345 de 2010 para el cuidado y la validez de sus necesidades especiales como derechos fundamentales:

  • Proporcionar instalaciones adecuadas, así como alimentación y atención médica especializada a las personas de edad avanzada que carezcan de ella y no se encuentren en condiciones de proporcionársela por sí mismas.
  • Ejecutar programas laborales específicos destinados a conceder a los ancianos la posibilidad de realizar una actividad productiva adecuada a sus capacidades, respetando su vocación o deseos.
  • Estimular la formación de organizaciones sociales destinadas a mejorar la calidad de vida de los ancianos.
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