Una tensionante discusión se llevó a cabo en Concejo Distrital por parte de los representantes de la Colombia Humano y del Pacto Histórico, referente a la lucha contra el cambio climático, correspondiente al Acuerdo 790 en el que se declaró la emergencia climática en Bogotá.
Durante el encuentro, la concejala Ana Teresa Bernal del Pacto Histórico destacó la importancia de implementar este acuerdo en el contexto actual de la ciudad y el país. Bernal subrayó que Colombia, como anfitrión de la COP16, debe establecer compromisos claros para la conservación de la biodiversidad y el uso sostenible de los recursos naturales.
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Por su parte, el concejal José Cuesta Novoa, de Colombia Humana, presentó un panorama preocupante sobre la transición energética en la flota de transporte público de Bogotá. Según Cuesta, el mandato del Plan de Desarrollo ‘Bogotá Camina Segura’, que estipulaba el inicio de esta transición en 2022, ha sido modificado para comenzar en 2028.
Cuesta calificó este cambio como un engaño a la ciudad y una dilación de un proceso crucial. Además, mencionó una maniobra legal que permitiría la renovación de la flota utilizando combustibles fósiles, y afirmó que se ha interpuesto una demanda esperando que la justicia respalde su postura.
En cuanto a la crisis hídrica, Cuesta señaló que, a pesar de las intensas lluvias, los niveles de los embalses no han cambiado significativamente. Indicó que es vital mantener al menos un 70% de la capacidad de los embalses para enfrentar la curva de peligro hídrico entre enero y abril. Sin cambios climáticos, es probable que la ciudad enfrente una sequía prolongada y severa.
Bernal, por su parte, enfatizó la necesidad de incorporar la perspectiva de derechos humanos y justicia ambiental en la estrategia de mitigación y adaptación al cambio climático. Cuestionó la implementación del Acuerdo 790, subrayando que el Plan Distrital de Desarrollo de la administración del alcalde Galán no contempló los lineamientos establecidos en el acuerdo. Criticó la tendencia actual hacia un crecimiento urbanístico indiscriminado, lo cual contradice la visión de una ciudad comprometida con la sostenibilidad.
Bernal también propuso al Gobierno distrital un pacto por la vida y el agua, solicitando un alto en la expansión urbana, que considera una de las causas del desastre climático. Demandó la suspensión de la obra Cota-Suba hasta que se entreguen los estudios ambientales correspondientes. Desde el Concejo de Bogotá y la bancada de la COP16 por la paz con la naturaleza, se ha promovido un diálogo político que busca salvaguardar la vida en todas sus formas.
“Debemos preguntarnos: ¿Cómo actúa el distrito frente a la garantía y protección de los derechos de las personas afectadas por el cambio climático? La urgencia de establecer esfuerzos, como los mandatos del Acuerdo 790, solo tiene sentido si nuestras acciones están inspiradas en valores como la dignidad, la equidad y la justicia. Lamentablemente, esta administración aún está lejos de ello”, señaló.
Finalmente, Bernal instó a la Administración distrital a fortalecer su responsabilidad frente a la crisis ambiental. La concejala sumó que se bebe garantizar las políticas públicas que propongan un modelo compatible entre la sustentabilidad de la producción y la vida misma, alineando las necesidades locales con los compromisos internacionales en materia de biodiversidad y desarrollo sostenible.
“Alcalde Galán, es necesario llamar las cosas por su nombre. Hoy, ni Bogotá camina segura, ni avanza en su acción climática y justicia ambiental. Lo invito a reconfigurar su rol como Alcalde de Bogotá en pro del bien de la ciudad, pues lo que realmente importa a los ciudadanos es que cumpla lo prometido en campaña”, concluyó la concejala.