Frente a la Defensoría del Pueblo de Bogotá, ubicada en la carrera 9 con calle 16, se registra una manifestación por parte de la guardia indígena embera. En medio de la protesta, según de evidencia en videos y fotografías difundidas en redes sociales, los manifestantes ubicaron varios coches de bebés en la calle para impedir el paso de vehículos.
Los registros fotográficos no muestran que haya niños en el interior de los coches, lo que pondría en riesgo sus vidas. Sin embargo, de acuerdo con el secretario de Integración Social de Bogotá, Roberto Angulo, la utilización de los coches se traduce en una instrumentalización de los menores de edad.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
“La instrumentalización de niñas y niños en las protestas se está volviendo paisaje en Bogotá. Esto sucede frente a la @DefensoriaCol y los que protestan son comunidad emberá residente en Bogotá”, informó el funcionario en su cuenta de X.
En una grabación se ve, además, a varios niños jugando fútbol al frente de las instalaciones y en medio de los coches, mientras varios adultos impiden el cruce de carros estando de pie en calle. “Indígenas usando bebés y niños para bloquear. Que no vayan a decir que es un método cultural y ancestral. Suficiente con los narcoterroristas”, señaló la concejala de Bogotá Sandra Forero.
Una situación similar se presentó el 18 de octubre de 2024 en Bogotá, al frente del Ministerio del Interior, donde varios integrantes de la población embera se manifestaron exigiendo el inicio de los procesos de retorno a sus territorios y de reubicación. Esto se debe no solo a las complejas condiciones en las que viven, sino también a presuntos casos de violencia contra mujeres y niñas que se habría registrado en la UPI La Rioja.
“Nosotros estamos solos, abandonados, sin ningún apoyo del gobierno. Pedimos un apoyo para nuestra comunidad y por el bienestar de los niños. Que nos garanticen una casa digna para poder ubicarse la población a cada familia”, explicó la lideresa embera chamí Luz Mery, en conversación con CityTv.
En medio de la protesta, varios niños y niñas impidieron el paso vehicular poniendo de pie en la calle. Esto generó indignación y fue calificado como una instrumentalización de menores de edad. “Los adultos tenemos la obligación de resolver nuestros desacuerdos sin usar niñas y niños”, precisó el secretario de Integración Social de Bogotá.
El retorno de las comunidades indígenas asentadas en Bogotá
La protesta surge en medio de los intentos del distrito y del Gobierno nacional por lograr el retorno de cientos de familias indígenas embera dobidá, katío y chamíque están asentadas en Bogotá, viviendo en complejas condiciones en las Unidades de Protección Integral (UPI) La Florida y La Rioja.
De acuerdo con la Unidad para las Víctimas, en La Florida hay 481 personas, es decir, 200 familias, de las cuales, 100 aseguraron estar dispuestas a regresar a sus territorios. Por otro lado, en La Rioja hay 1.212 personas, que representan un total de 522 familias: de la totalidad de personas refugiadas en la UPI, 626 quieren retornar, es decir, 285 hogares.
Hay más de 70 procesos de retorno a los que la Unidad para las Víctimas les está haciendo seguimiento. Sin embargo, de acuerdo con Lilia Solano, directora de la entidad, se necesita la ayuda de las autoridades para lograrlos. “Esto no es posible si no es en articulación con los gobiernos locales, con los gobiernos departamentales, pero no solo de planeación, sino también con completa participación”, afirmó la funcionaria, citada por la entidad.
El Distrito ha estado haciendo una transferencia monetaria a las familias para garantizar un retorno digno y una estabilidad en sus hogares. Para octubre, fueron destinados $60 millones para este propósito.