Ingrid Betancourt arremetió contra Petro por propuesta de comprar la hoja de coca a campesinos del Cauca: “El gobierno de la vida resultó ser una máquina de muerte para lavar dinero”

El presidente Gustavo Petro anunció un nuevo impulso en su política antidrogas, al dar a conocer una propuesta que consiste en comprar hoja de coca a los campesinos que la producen en el corregimiento de El Plateado, en el municipio de Argelia (Cauca).

Durante su discurso, el primer mandatario defendió esta estrategia como una forma de debilitar el control que los grupos narcotraficantes ejercen en el suroeste del país. Petro insiste en que esta medida es crucial para arrebatarles la materia prima a las organizaciones ilegales.

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Además, el mandatario expresó la esperanza de contar con el respaldo de Estados Unidos, uno de los principales consumidores de cocaína a nivel mundial, para llevar a cabo esta iniciativa.

En medio de este contexto, en la mañana del martes 22 de octubre, la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, a través de sus redes sociales, lanzó un fuerte mensaje en contra del jefe de Estado por la propuesta relacionada con la hoja de coca: “El narcoestado petrista, resultado de sus alianzas diabólicas, no va a ayudarle al campesino sino a los matones de las mafias que los tienen secuestrados”, señaló.

Entre líneas seguidas, Betancourt agregó en su cuenta de X, “porque esa montaña de coca pagada con el tributo del colombiano que trabaja legalmente no se va a destruir, sino a distribuir acabando con el futuro de nuestra juventud”.

Finalmente, la excandidata presidencial se refirió al consumo de coca actual en el país: “Hoy el 70% de la coca se consume aquí. El gobierno de la vida resultó ser una máquina de muerte para lavar dinero”, finalizó su mensaje.

El presidente Gustavo Petro participó en el acto de inauguración de la Zona Verde de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, conocida como la COP16.

Este evento contó también con la presencia de figuras líderes como el alcalde de Cali, Alejandro Éder, y la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro.

Sin embargo, más allá del acto formal, el mandatario encendió la polémica por su controvertida estrategia antidrogas, especialmente con sus declaraciones dirigidas hacia China.

Según indicó Petro, al dirigirse a este socio asiático y a Estados Unidos, el mandatario sugirió que podrían colaborar en la comercialización de productos derivados de cultivos como el de la hoja de coca en sus mercados internos, como una vía para solucionar problemas ambientales y económicos en Colombia. “Si los norteamericanos, que tanto se preocupan por nuestros problemas de cultivos de hoja de coca nos ayudaran a vender esos productos legales en California, Estados Unidos...”, afirmó Petro en el evento.

En su discurso, Petro responsabilizó a las potencias mundiales del impacto del cambio climático y subrayó el papel de los soldados colombianos que operan en zonas afectadas por el narcotráfico.

Petro señaló que en lugares como El Plateado, en Cauca, “los soldados están arriesgando su vida” en medio de un entorno dominado por el cultivo de hoja de coca, situación que ha afectado gravemente la vida de los residentes locales.

Al respecto, Petro expresó su comprensión hacia los habitantes, quienes desearían que “los uniformados se fueran para poder continuar con sus vidas”. Este comentario resalta la complejidad de la situación social en esas regiones, donde, según Petro, es común que los niños asistan a los cultivos en lugar de la escuela.

Además de criticar la intervención externa, Petro destacó la necesidad de orientarse hacia una reforma agraria en Colombia, sugiriendo la promoción del café y el cacao como cultivos alternativos a la coca. En sus palabras, propuso sistemas de crédito favorables para los agricultores y el acceso educativo, lo que podría redundar en un “mejor vivir” para los campesinos sin abandonar sus tierras originales. “(...) con la banca que permita acceso al capital y las universidades el acceso al saber”, enfatizó el presidente, insistiendo en una estrategia que parece priorizar el desarrollo social y económico a largo plazo más que la mera erradicación.