Gobierno se reunirá con la delegación del ELN en Venezuela para retomar los diálogos de paz antes de que finalice el 2024

Venezuela será el escenario de una reunión crucial entre la delegación del Gobierno de Gustavo Petro y el equipo de diálogos del ELN. Este encuentro se llevará a cabo entre el 1 y el 7 de noviembre, con el objetivo de reanudar el ciclo de diálogo antes de que finalice el 2024.

La aceptación de la invitación por parte de Pablo Beltrán fue confirmada mediante una carta, según información de Caracol Radio.

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“Vera Grabe, jefa de la Delegación del Gobierno Nacional Mesa de Diálogos de Paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) Desde la Delegación de Diálogos del ELN, la saludamos y esperamos que sus gestiones por la solución política del conflicto avancen positivamente. En consulta con el Garante de Venezuela nos confirmó su disposición a ser sede de una Reunión Extraordinaria de las dos Delegaciones de Diálogo, llegando a Caracas el viernes Primero de noviembre y saliendo de allí el jueves 7 de noviembre”, dice el texto publicado por el ELN.

El proceso de diálogo entre el Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) busca avanzar en la construcción de un acuerdo de paz que ponga fin a décadas de conflicto armado en el país. Este esfuerzo se da en la política de Paz Total promovida por el presidente Petro, que ha reiterado su compromiso de alcanzar acuerdos con todos los grupos armados ilegales.

La elección de Venezuela como sede de las conversaciones no es casual. El país vecino ha jugado un papel de mediador en anteriores procesos de paz en Colombia, y su participación es vista por el Gobierno nacional como un elemento clave para facilitar el diálogo. Además, la cercanía geográfica y política actual entre ambos países podría contribuir a generar un ambiente propicio para las negociaciones.

El ELN, considerado el último grupo guerrillero activo en Colombia, ha estado involucrado en diversos intentos de diálogo con gobiernos anteriores, pero las conversaciones han enfrentado múltiples obstáculos. La administración de Petro busca superar estos desafíos y avanzar hacia un acuerdo que permita la desmovilización y reintegración de los combatientes.

La carta de aceptación de Israel Ramírez Pineda, o Pablo Beltrán, líder negociador del ELN, representa un paso significativo hacia la reanudación de las conversaciones.

Las tensiones internas y ataques violentos llevaron a que se suspendiera de forma indefinida los diálogos de paz entre el Gobierno colombiano. encabezado por Gustavo Petro, y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). El proceso, que se interrumpió el 18 de septiembre de 2024, se vio afectado principalmente por un ataque con explosivos atribuido al ELN en un área rural de Arauca, que resultó en la muerte de dos soldados y más de 20 heridos. Este evento fue calificado por el presidente Gustavo Petro como un “proceso de paz con sangre”.

Desde marzo de 2024, las relaciones entre el Gobierno y el ELN se habían deteriorado debido a divisiones internas dentro del grupo guerrillero. Una facción conocida como los Comuneros del Sur se separó del mando general del ELN, complicando aún más las negociaciones. Además, en agosto de 2024, las partes no lograron extender un cese al fuego que había estado vigente durante un año, lo que incrementó la desconfianza y la incertidumbre en el proceso.

El ataque en Arauca fue el detonante que llevó a la suspensión de las conversaciones. Este incidente no solo afectó la seguridad en la región, sino que también puso en evidencia las dificultades para mantener un diálogo efectivo en medio de la violencia. La falta de consenso sobre el cese al fuego y las tensiones internas dentro del ELN han sido factores críticos que han contribuido a la crisis actual en la mesa de negociación.

La situación plantea un desafío significativo para el Gobierno de Gustavo Petro, que ha buscado avanzar en el proceso de paz como una de sus prioridades. La suspensión de los diálogos representa un retroceso en los esfuerzos por alcanzar una solución pacífica al conflicto armado en Colombia, que ha persistido durante décadas. Por ahora Vera Grabe no se ha pronunciado al respecto.