A menudo se confunde la licencia de tránsito, también conocida como tarjeta de propiedad, con la licencia de conducción, pero son documentos completamente distintos con funciones específicas, según lo establecido en el Código Nacional de Tránsito. La licencia de tránsito tiene como objetivo identificar a un vehículo y a su propietario, y es fundamental para que un automotor esté autorizado a circular tanto por vías públicas como privadas abiertas al público en Colombia. Este documento, sin embargo, puede ser cancelado en diversas circunstancias que van más allá de la simple destrucción de un vehículo.
Una de las razones más comunes para la cancelación de la licencia de tránsito es la pérdida definitiva del vehículo, ya sea por robo, exportación o destrucción total, proceso que debe estar debidamente documentado ante las autoridades. En este tipo de situaciones, el propietario debe informar al Ministerio de Transporte para que se proceda con la baja del registro automotor, asegurando que el vehículo no pueda ser matriculado nuevamente bajo el mismo número o serie. Para completar este trámite, es necesario cumplir con ciertos requisitos que incluyen estar al día en los pagos de multas y obligaciones tributarias.
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El costo del proceso de cancelación de la tarjeta de propiedad varía según la ciudad y la autoridad de tránsito encargada, aunque en Bogotá, por ejemplo, el valor es de $23.000, de los cuales $21.200 se destinan al Distrito Capital y $2.100 al Registro Único Nacional de Tránsito (Runt). Este pago, aunque no resulta excesivo, es un paso obligatorio para aquellos que desean cancelar de forma legal la matrícula de un vehículo que ya no está en circulación.
Además, el propietario debe estar registrado en la plataforma del Runt, tanto si es una persona natural como si se trata de una entidad jurídica. La verificación del paz y salvo en multas es otro requisito clave, así como el pago del impuesto sobre vehículos automotores. Si el trámite lo realiza un tercero, es necesario que este cuente con un poder especial otorgado mediante documento privado o escritura pública, donde el propietario delegue la responsabilidad del proceso.
El proceso de cancelación no solo involucra la entrega del documento de la tarjeta de propiedad, también la entrega física de las placas del vehículo. Aunque algunos trámites pueden adelantarse de manera virtual, es necesario que el propietario o su representante se presente ante el Organismo de Tránsito correspondiente para formalizar la devolución de las placas.
En ciertos casos excepcionales, la cancelación de la matrícula no exige el pago de las tarifas del trámite, como cuando la solicitud proviene de una decisión judicial o administrativa, o cuando el vehículo fue declarado en abandono por la Fiscalía General de la Nación o alguna otra autoridad de tránsito competente.
Por último, es importante tener en cuenta que los vehículos particulares no necesitan la certificación de la revisión técnica de la Dijín o de otras autoridades policiales para la cancelación de su matrícula. Esto facilita en cierta medida el proceso para quienes simplemente buscan dar de baja un vehículo que ya no está en funcionamiento. Con todos estos requisitos y pasos a seguir, el proceso de cancelación de la licencia de tránsito asegura que los registros vehiculares se mantengan actualizados y que no haya vehículos “fantasma” circulando en el país sin la debida autorización.
Mantener en orden los documentos de propiedad vehicular asegura el cumplimiento de las normas y evita sanciones. Además, conocer el proceso de cancelación de la matrícula es esencial para garantizar que un vehículo fuera de circulación no genere problemas legales o financieros a su propietario.