Concejal José Cuesta le propuso a Carlos Fernando Galán “cultivar agua” para afrontar la crisis hídrica de Bogotá

A través de una carta, el cabildante sugirió la inversión ecológica y el control urbano, apuntando al papel fundamental de los humedales y otras reservas naturales para asegurar el suministro futuro

A través de una carta al alcalde, Cuesta invita a proteger las áreas vitales del desarrollo urbanístico incontrolado - crédito Montaje Johan Largo-Infobae/Sala de Prensa de José Cuesta

El concejal de Bogotá por el partido Colombia Humana José Cuesta, lanzó una advertencia sobre la crisis hídrica que enfrenta Bogotá en pleno siglo XlX. En una carta dirigida al alcalde mayor de la ciudad, Carlos Fernando Galán, el cabildante destacó que las medidas de racionamiento de agua no son suficientes para abordar el problema estructural del agua en la ciudad.

Según Cuesta, la situación actual es consecuencia de una falta de comprensión de la nueva agenda pública del siglo XXI, que debería centrarse en la revolución del agua, del aire y de la tierra, explicando además: ‘Que la libertad humana no está definida por la capacidad de someter, explotar y si fuese preciso torcerle el cuello a la naturaleza, por medio de la ciencia, la técnica y la tecnología, tal como lo predicaban los voceros áulicos del progreso”.

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Cuesta recordó que hasta la década de 1980, Bogotá se abastecía de agua potable de la cuenca del Magdalena y la región andina. Sin embargo, desde entonces, la ciudad ha dependido de la cuenca de la Orinoquía a través del trasvase del río Guatiquía y de los llamados ‘ríos voladores’ del Amazonas.

Estos ríos voladores son corrientes de vapor de agua que se originan en la selva amazónica y que, transportadas por los vientos, contribuyen a la pluviosidad en los páramos de la región. “Si comprendemos que, el agua que necesita Bogotá para su sostenibilidad hídrica depende de la cuenca de la Orinoquía y la cuenca de la Amazonía, entonces debemos dedicarnos a cultivar agua”.

La dependencia de Bogotá en la cuenca de la Orinoquía plantea desafíos hídricos importantes - crédito CAR Cundinamarca

El concejal presentó una serie de propuestas para enfrentar la crisis. Entre ellas, destacó la inversión de 100.000 millones de pesos en bonos de carbono para detener la deforestación y promover la restauración ecológica del Amazonas colombiano.

Además, sugirió detener la expansión urbana en la Sabana de Bogotá y suspender la obra Suba-Cota, que afecta la reserva Thomas Van Der Hammen. También propuso proteger los espacios estratégicos de agua de Bogotá, como los humedales, los cerros orientales (frenar las obras de endurecimiento que se construyen en la serranía del Zuque) y los páramos del distrito capital y la región de Bogotá-Cundinamarca.

Cuesta criticó que las últimas administraciones hayan priorizado una agenda desarrollista, liderada por el gremio de los constructores y el poder financiero, lo que ha llevado a la pérdida de humedales en la ciudad. Según datos proporcionados por el concejal, Bogotá contaba con aproximadamente 186 humedales que ocupaban 50.000 hectáreas a principios del siglo XX. Actualmente, solo quedan 727 hectáreas, ya que el resto fue sacrificado en nombre del desarrollo urbanístico.

El cabildante Cuesta señaló la reducción drástica de humedales en Bogotá en el último siglo - crédito Sala de Prensa del Concejal José Cuesta

El concejal enfatizó que la libertad humana no debe definirse por la capacidad de someter y explotar la naturaleza, sino por la comprensión de que los recursos naturales no son infinitos. En su carta, Cuesta instó al alcalde Galán a adoptar medidas más audaces para “cultivar agua” y asegurar un futuro sostenible para la ciudad.

Alcalde Galán, las medidas de racionamiento de agua, no son suficientes para superar el carácter estructural de las crisis hídrica que afronta la ciudad. En mi opinión, es indispensable cultivar agua para Bogotá”, resaltó Cuesta.

Es importante señalar que actualmente, la administración de Carlos Fernando Galán está liderando una serie de frentes para garantizar el suministro del servicio potable en la ciudad, por medio de las labores técnicas de la Eaab y el racionamiento de agua por ciclos y zonas con suspensiones temporales de 24 horas.

Además de otras medidas pedagógicas e institucionales lideradas por cada una de las dependencias del Distrito Capital para garantizar el uso responsable del agua, durante y después de la contingencia que se está viviendo, por efectos del fenómeno de El Niño y del cambio climático.