En medio de una revisión en la vereda Panamá, municipio de Soacha, Cundinamarca, biólogos de la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR) reportaron la presencia de la Alondra cornuda, una especie de ave en estado crítico de extinción dada la reducción de su hábitat.
La especie es endémica del altiplano cundiboyacense y debe su nombre a las pequeñas plumas que sobresalen de su cabeza, que se asemejan a cuernos. En la actualidad, su hábitat (matorral subxerofítico) se ha reducido en un 98% debido a la ocupación de territorio por parte de humanos en zonas como Cundinamarca, Bogotá y Boyacá. Según las autoridades: “Este ecosistema, vital para la supervivencia de la alondra cornuda, fue devastado por la expansión urbana y la degradación ambiental”.
Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel.
César Augusto Rico, director de la CAR Soacha, resaltó a RCN Radio la importancia de este avistamiento; sin embargo, también habló sobre el riesgo que tiene la especie: “Aunque el avistamiento de la alondra cornuda es una grata noticia, es fundamental recordar que esta especie se encuentra en peligro crítico de extinción, principalmente por la pérdida de su hábitat”.
Según el comunicado de la CAR, la alondra cornuda es la única de 21 subespecies peregrinas que no migra y por esta razón puede verse afectada su supervivencia, sobre todo cuando su territorio está afectado, “pero sí es endémica propia del ecosistema del matorral subxerofítico (semiseco) del altiplano cundiboyacense”. También se pudo conocer un poco sobre su comportamiento reproductivo: “De acuerdo con los estudios realizados, se han reportado periodos de nidación en los meses de abril, julio y diciembre, con posturas de dos huevos, de ahí que la supervivencia sea muy restringida”. Esta ave se alimenta principalmente de insectos, arañas, lombrices y material vegetal.
En la actualidad, según registros de las autoridades ambientales, la población de esta especie es mínima, contando con entre 4 y 64 individuos en Colombia.
Luego de este avistamiento, la CAR, en el marco del Plan de Acción Cuatrienal (PAC 2024-2027 de la CAR) “definió acciones para la conservación y protección de la fauna silvestre amenazada, entre ellas, la formulación y puesta en marcha del Plan de Manejo y Conservación de esta especie, abordando líneas de acción científicas y técnicas, acompañadas de programas de educación y sensibilización con el apoyo de las comunidades”, se lee en el comunicado.
La página Naturalista Co indica que otras subespecies de la alondra cornuda también son avistadas en Europa y Estados Unidos y que habitan zonas abiertas. También describen al ave: “sus partes superiores son de color pardo grisáceo y las inferiores son blanquecinas”, presentan un patrón facial en negro y amarillo. “También tiene una lista que rodea lateral y frontalmente su píleo marrón que en los machos en verano se prolonga con dos pequeños penachos hacia atrás a modo de cuernos, que dan a esta especie su nombre. Además, tienen una ancha franja en forma de medialuna tumbada en la parte superior del pecho”.
También informan que las vocalizaciones (trinos) son ceceos o tintineos agudos y débiles. Cuando se encuentran volando, es común que el canto sean gorjeos, seguidos de trinos ascendentes.
Finalmente, el en comunicado de la CAR se puede leer que es importante recuperar espacios del matorral subxerofítico, así como cuidar y proteger lo que queda de este, dado que no solo se puede avistar esta especie, sino que también es hogar de otros animales. Finalmente, aseguraron que “el monitoreo de las poblaciones y acciones de control y seguimiento de las actividades que puedan afectar la especie, las poblaciones y su hábitat” es necesario para evitar su extinción.