El deterioro de la paz mundial alcanza niveles preocupantes: 97 países en retroceso según el Índice de Paz Global

El panorama global se enfrenta a un desafío creciente en términos de paz y estabilidad, impulsado por tensiones geopolíticas, conflictos armados y crisis sociales que agravan la posibilidad de una coexistencia pacífica. Estos problemas resaltan la necesidad de comprender las causas del deterioro global de la paz y encontrar soluciones que nos acerquen a un futuro más armónico y seguro.

De acuerdo con el Índice de Paz Global (IPG) de este año, el nivel promedio de paz mundial ha experimentado una caída del 0,56%. Aunque 65 países lograron mejorar su situación, 97 experimentaron un deterioro significativo en sus niveles de paz, el número más alto registrado en un solo año desde que comenzó la medición. Este es además el quinto año consecutivo en el que el nivel de paz mundial sigue disminuyendo.

Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.

El IPG, reconocido como el principal indicador de la paz global, evalúa la situación mediante 23 variables cualitativas y cuantitativas que abarcan tres áreas principales: seguridad social, conflictos internos e internacionales en curso y militarización. Estas categorías permiten medir de forma precisa el estado de la paz en cada nación.

En varias partes del mundo, los conflictos han derivado en ciclos de violencia que parecen no tener fin. Factores como el extremismo, la competencia por recursos naturales, las diferencias culturales y religiosas, así como la intervención de actores externos, han generado una espiral de enfrentamientos. Esta situación no solo afecta a las regiones implicadas, sino que provoca crisis humanitarias y desplazamientos masivos que impactan en todo el mundo.

Europa sigue destacándose como la región más pacífica, con siete de los diez países más tranquilos situados en este continente. Islandia encabeza la lista, seguido de Irlanda, Austria, Nueva Zelanda, Singapur, Suiza, Portugal, Dinamarca, Eslovenia y Malasia, todos clasificados con un nivel de paz “muy alto”.

Por otro lado, Colombia obtuvo una calificación de paz “baja”, posicionándose justo en el límite entre los estados “bajo” y “muy bajo”. Tras Colombia, países como Nigeria, Birmania, Burkina Faso y la República Centroafricana presentan un estado de paz aún más frágil.

El Medio Oriente y el Norte de África se mantienen como las regiones menos pacíficas del mundo, con Sudán y Yemen como los países más inseguros a nivel global.

La falta de diálogo y la debilidad de los esfuerzos diplomáticos para resolver los conflictos están erosionando los intentos internacionales por mantener la estabilidad. Las organizaciones dedicadas a promover la paz se enfrentan a crecientes dificultades para mediar en disputas, mientras que la cooperación global parece estar en retroceso.

En este contexto, es crucial reflexionar sobre las acciones necesarias para revitalizar el compromiso mundial con la paz. Además, resulta vital que cada individuo, desde su propio entorno, contribuya a la construcción de un mundo más pacífico e inclusivo.

Víctor Mosquera, una firma internacional de abogados con estatus consultivo ante la ONU y la OEA, presentó un informe que denuncia graves irregularidades en la política de paz total del gobierno de Gustavo Petro.

Según el informe, se estarían utilizando recursos públicos para financiar grupos terroristas, como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Farc.

El informe, que ha generado preocupación a nivel internacional, sugiere que los fondos destinados a promover la paz con grupos armados ilegales han sido desviados para financiar actividades criminales.

Víctor Marín, abogado de la firma, explicó que el uso de recursos del Estado para tales fines representa una violación flagrante de los compromisos internacionales de Colombia. Además, destacó la falta de mecanismos efectivos de control sobre estos fondos, apuntando a la necesidad de que la comunidad internacional tome medidas al respecto.

“El uso de recursos del Estado para financiar actividades terroristas es una violación flagrante de los compromisos internacionales de Colombia. Este informe demuestra la falta de mecanismos efectivos de control sobre estos fondos, y es imperativo que la comunidad internacional tome medidas”, fueron las palabras exactas del abogado.

La denuncia llega en un momento crítico para el Gobierno de Petro, que ha estado impulsando su política de paz total como una solución para poner fin a décadas de conflicto armado en el país.

Sin embargo, las acusaciones de financiación a grupos terroristas podrían complicar los esfuerzos de la administración y afectar su credibilidad en el ámbito internacional.