El fenómeno de las placas clonadas en Antioquia es una de las caras más oscuras del crimen organizado en la región. Este problema ha crecido en los últimos años, afectando a ciudadanos inocentes y desafiando a las autoridades.
A un hombre de Bogotá, que no había visitado Medellín en años, le llegó una fotomulta de un vehículo que supuestamente había infringido la ley de pico y placa en la capital antioqueña.
La sorpresa fue mayúscula cuando se enteró de que existían dos carros con la misma placa. De acuerdo con El Colombiano, esta es una de muchas modalidades de robo donde las bandas criminales han logrado crear un sofisticado sistema para vender vehículos hurtados con placas clonadas.
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El propietario original, cuya placa era válida, se sintió confundido y preocupado. “No sé si esta situación sea normal o si simplemente tuve la mala suerte de ser víctima de esta situación”, comentó.
La realidad es que, en Medellín, este tipo de delitos son cada vez más comunes. Según datos de la Secretaría de Movilidad, se registran, en promedio, 1.500 casos de placas clonadas cada año, lo que pone de relieve la magnitud de este problema.
El mercado de placas clonadas
El mercado negro de placas clonadas está intrínsecamente relacionado con el robo de vehículos. En lo que va de 2024, se han robado más de 4.600 motos y 871 carros en Medellín, según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia Sisc.
“Gonzalo”, un exmiembro de una organización criminal, explica que es más frecuente revender los vehículos robados con placas falsas que desarmarlos para vender sus partes. “Se organiza la matrícula y se ofrece el vehículo en sitios web de venta a un precio inferior al del mercado”, revela.
Los delincuentes utilizan varias tácticas para convencer a los compradores de que no realicen revisiones exhaustivas del vehículo. “Se les dice que es mejor hacer el trámite en la Sijín, pero al final siempre se les da largas”, comenta “Gonzalo”. Así, muchos incautos terminan comprando un vehículo que, aunque parece legítimo, tiene un oscuro pasado.
Cómo operan las bandas criminales
Las bandas que se dedican a la clonación de placas tienen un funcionamiento bien estructurado. Para obtener las placas, cuentan con proveedores que aseguran documentos que parecen auténticos. Estos contactos, a menudo infiltrados en las Secretarías de Movilidad, les facilitan las matrículas y documentos necesarios para que el vehículo clonado pase desapercibido.
“En barrios como Miranda o La Bayadera, se pueden conseguir placas y matrículas falsificadas con facilidad”, dice “Gonzalo”. El costo de estos documentos oscila entre 70.000 y 180.000 pesos, dependiendo de la calidad. A su vez, algunas bandas venden paquetes completos que incluyen chasis y motor, facilitando aún más la actividad delictiva.
Las placas clonadas se utilizan para la reventa de vehículos, también son herramientas en la comisión de otros crímenes, como robos y homicidios. La necesidad de que las placas coincidan con las características del vehículo es crucial para evitar ser detectados por las autoridades. “Si buscan un vehículo específico, se asegura que la letra y el número de la placa coincidan con el modelo”, explica Gonzalo.
Aunque la situación se complica aún más con la creciente demanda de placas para evadir el pico y placa. Aunque en menor medida, personas que no buscan hacer daño también recurren a la compra de estas placas. Según “Gonzalo”, este público suele ser más fácil de detectar debido a que buscan opciones más económicas.
Las autoridades han hecho un llamado a la ciudadanía para que realicen las verificaciones pertinentes antes de adquirir un vehículo. El comandante de la Policía Metropolitana, general William Castaño Ramos, advirtió que no realizar estas revisiones puede tener consecuencias legales graves.
Las personas que compran vehículos robados, aunque lo hagan de buena fe, podrían enfrentarse a penas de uno a cinco años de prisión.