Alias Farley, líder del frente Carlos Patiño de las disidencias de las Farc, instó a los habitantes del cañón del Micay a organizarse contra las Fuerzas Militares en una reunión celebrada el 16 de octubre en la vereda Agua Clara, en El Tambo, Cauca.
Según informó Cambio, el objetivo de este encuentro fue dar instrucciones para frenar la operación Perseo, que busca retomar el control de la zona.
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Durante la reunión, a la que asistieron unas doscientas personas de las cerca de tres mil que habitan la región, se les pidió a los asistentes que movilizaran a niños y mujeres embarazadas cerca de los vehículos blindados y tropas desplegadas en El Plateado y otras áreas del cañón del Micay. Esta táctica busca obligar a los militares a moverse, facilitando así un posible ataque por parte de los disidentes.
En una grabación obtenida por Cambio, alias Farley habló sobre la defensa del territorio y acusó a las autoridades de querer apropiarse de los recursos locales sin compartir la riqueza. “No tengan duda de eso, no lo duden tienen que defenderlo”, afirmó el guerrillero, enfatizando la necesidad de organizarse para actuar contra la institucionalidad representada por las Fuerzas Militares y las inversiones del Gobierno nacional.
“Su vida, donde tienen puestos sus sueños, donde planifican qué va a pasar con sus hijos, vienen por esto y no van a repartir la riqueza que saquen de acá, vienen a cogérsela y a llevársela, no tengan duda de eso, no lo duden, tienen que defenderlo”, dijo ‘Farley’.
Alias Farley también sugirió la realización de congregaciones multitudinarias y asonadas para obligar a las tropas a abandonar sus posiciones estratégicas, lo que ha impedido que los integrantes del frente Carlos Patiño regresen a las áreas que han perdido. Además, advirtió sobre una posible reactivación de la aspersión aérea con glifosato, instando a la población a estar preparada para defender el territorio y sus recursos naturales.
En la reunión, los disidentes reconocieron que tuvieron que abandonar áreas donde antes se movían sin problemas debido a la presencia de las autoridades. Alias Farley subrayó la importancia de actuar de manera organizada para exigir derechos y comunicar sus demandas al Gobierno, alcaldes y gobernadores.
“Hay que organizarse, no podemos salir como locos o locas a actuar y hay que hacerlo con autonomía y con orden, hay que defender y poner nuestra vida, pues sí, nosotros no necesariamente tenemos que salir a matarnos y sacrificarnos, es que nosotros no queremos mártires, no podemos estar liberando gente todos los días. Hay que organizarse y de manera organizada exigir nuestros derechos, hacérselo saber al Gobierno, a los alcaldes, al gobernador, hacérselo saber a todo el mundo”, dice el guerrillero en la grabación publicada por Cambio.
Así mismo, alias Farley también recalcó que la fumigación con glifosato estaba parada en la zona, pero que debido a la presencia de las Fuerzas Militares existía la posibilidad de que estos se reanudarán.
“No nos confiemos, porque en este momento, prácticamente ahora que está pasando la crisis, no se extrañen si reactivan la fumigación con glifosato, no se extrañen si eso pasa, porque hoy está parada, se logró parar la fumigación, pero esto puede cambiar en cualquier momento, entonces hoy todo el mundo debe estar organizado para defender eso, para defender la economía y también prepararse porque en cualquier momento reactivan el glifosato, porque detrás de la guerra viene todo eso”, así concluyó la grabación en la que se escuchó a alias Farley.
La operación Perseo enfrenta obstáculos en Argelia-Cauca para desmantelar el dominio del Estado Mayor Central
La Operación Perseo, lanzada por el comando Conjunto Número 2 de Occidente, busca recuperar el control del corregimiento del Plateado en Argelia-Cauca. Esta operación militar tiene como objetivo desmantelar el dominio del Estado Mayor Central (EMC) y sustituir las economías criminales por proyectos productivos. Sin embargo, la intervención ha enfrentado desafíos significativos, tanto en el ámbito militar como en el gubernamental.
El EMC implementó tácticas guerrilleras, infiltrándose en Juntas de Acción Comunal y Consejos Comunitarios, lo que les ha permitido carnetizar a aproximadamente 60.000 habitantes. Esta estrategia les facilita obstaculizar a la Fuerza Pública mediante bloqueos y disturbios, recurriendo a la violencia si sus demandas no son atendidas. Según el Mecanismo de Monitoreo de la Jurisdicción Especial para la Paz, entre 2023 y 2024 se han reportado 502 asesinatos, 50 ataques terroristas, 70 secuestros y 30 desplazamientos, cifras que reflejan la gravedad de la situación.
La geografía del Cañón del Micay complica las maniobras militares, afectando el desplazamiento de vehículos blindados y la infantería ligera. Con ocho helicópteros caídos y 18 MI-17 fuera de servicio por falta de mantenimiento, las tropas operan con lentitud, limitando el uso de artillería de precisión y municiones sofisticadas que requieren sistemas de guía avanzados.
Durante la fase militar, la presencia de funcionarios civiles ha generado problemas adicionales. Una comitiva gubernamental, compuesta por seis ministros, visitó el corregimiento para presentar la oferta institucional, pero la visita estuvo marcada por errores críticos. La presencia de altos funcionarios desvió recursos del Ejército, ralentizando las acciones y permitiendo que la estructura Carlos Patiño se replegara. Además, exponer a los ministros a un posible bombardeo de drones representó un riesgo que los comandantes debieron prever.
La falta de un Plan de Reacción Institucional (PRI) que contemple líneas de intervención, presupuesto y prioridades evidenció una carencia de estrategia para garantizar un impacto positivo. Las imágenes de los funcionarios con cascos y chalecos tácticos contribuyeron a la pérdida de la guerra narrativa, proyectando una imagen de incapacidad estatal.
La foto de la viceministra Daniela Gómez y de Gloria Miranda, directora del Programa de Sustitución de Cultivos Ilícitos (Pnis), simboliza la falta de operatividad de algunos miembros del gobierno, ya que la primera debería haber formulado el PRI y coordinado la acción unificada del Estado, mientras que la directora del Pnis ha cumplido apenas el 2,5% de las metas de 2024.
Las consecuencias de una política de paz sin coordinación, junto con la reducción de capacidades de las FF. AA., son evidentes. La situación plantea interrogantes sobre cómo se retomará el control en regiones como el Bajo Cauca, Catatumbo, Pacífico Nariñense y Arauca. Lo ocurrido debería llevar a un aumento en la capacidad de las FF. AA. y a una reevaluación de la política de “Paz total”, que parece alimentar el conflicto.
Es urgente rediseñar la arquitectura institucional del sector defensa para coordinar la acción social con la operación militar. De lo contrario, la ineptocracia podría convertirse en el símbolo de la derrota del Estado.