Colombia está a la expectativa de lo que pueda pasar con la Ley 2381 de 2024, “por medio de la cual se establece el Sistema de Protección Social Integral para la Vejez, la Invalidez y la Muerte”, más conocida como reforma pensional del Gobierno de Gustavo Petro. La nueva norma entrará en vigencia el 1 de julio de 2025, pero pasa por momentos cruciales, ya que está en fase de reglamentación.
Sin embargo, hay incertidumbre por las varias demandas que tiene en la Corte Constitucional, que ya admitió una de ellas por presuntos vicios en su trámite en el Congreso de la República.
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Dicha ley está basada en un sistema de pilares (semicontributivo, contributivo, solidario y de ahorro voluntario), y, pese a que trae muchos beneficios, como el bono pensional para tres millones de adultos mayores, aún genera muchas dudas, debido a que la cobertura que pretende no es suficiente.
Ante la situación, el presidente de Protección, Juan David Correa, habló con Infobae Colombia y dio a conocer lo que en realidad quedó bien y lo que quedó mal en la reforma al nuevo sistema de pensiones de Colombia, entre ello, lo que pasará con la edad de pensión, así como la capacidad de Colpensiones para ejecutar la nueva ley y si esta tendría que ser reformada más adelante.
Además de ello, mostró preocupación por la falta de cobertura, sostenibilidad y equidad, que son fundamentales en cualquier sistema pensional.
¿Cree que Colpensiones va a estar preparada de aquí al 1 de julio para empezar a ejecutar la reformas? ¿Qué pasará si no está lista?
No soy capaz de responderlo. Lo que hemos escuchado directamente es que en Colpensiones han venido trabajando para estar listos. Lo que sí es importante, del lado nuestro, y lo que sí puedo mencionar, es que nosotros hemos estado abriendo todos los canales que sean necesarios, porque el compromiso de la industria es estar listos.
Esto significa estar abiertos con canales de conversación con todos los actores, ya sea el Gobierno, el mismo Colpensiones, etcétera, para hacer una implementación articulada.
Yo no sé si la capacidad de ellos hará posible que estén listos. Es un desafío grande, porque pasan de pocos millones de clientes a casi 21 millones de clientes y es en un periodo muy corto.
¿Cuál es el desafío de Colpensiones en los pocos meses que quedan?
Hay un desafío grande desde todo punto de vista, pero del lado nuestro toda la convicción y toda la proactividad y propositividad para efectos de que haya una implementación articulada.
Ahora, si no está listo, es un problema complejo y un desafío gigante porque esta reforma integra los dos pilares y los dos modelos. Es necesario, inclusive, no solo que Colpensiones esté lista, sino que estén listos los operadores de recaudo, que estén listos todos los fondos de pensiones, que esté listo todo el sistema. Para que funcione de manera sincrónica, todos los actores deberían estar listos.
Hay un desafío, realmente, que es el que ha puesto sobre la mesa un poco la discusión de país y para que estemos tranquilos de que esa entrada en vigencia no tenga un impacto sobre los colombianos que, particularmente, es lo más importante en esta conversación.
Si esta no está lista, ¿tendría que aplazarse la entrada en vigencia de la reforma?
La ley está establecida y tiene una fecha de inicio. Entonces, la ley deja de ser cumplida si los actores no están listos el 1 de julio. Es un gran desafío.
Ante ciertos vacíos de los que se hablan, ¿habría que presentar una nueva reforma pensional? ¿Cuándo sería?
Hacer reformas pensionales es un tema complejo, porque requiere de cumplir muchos desafíos y que intervengan muchos actores. El país tuvo la oportunidad de poner sobre la mesa una discusión de reforma pensional y yo diría que, desafortunadamente, pensar para atrás es mucho más fácil, pero no fue la que necesitaba el país.
En definitiva, creo que la conversación aquí de país tiene que ser prospectiva y tenemos que seguir pensando cómo resolver los problemas de fondo. Independiente de la reforma, este país tiene que seguir pensando en la evolución de cuál debe ser un sistema integral que corresponda a la realidad del país.
Entre otras, por varias cosas, y hay un tema de formalidad. Nosotros necesitamos que haya más personas formales en Colombia, que tengan capacidad de ser formales y hacer parte de todo el modelo de seguridad social donde se construyan pensiones para el futuro. Ese es un desafío gigante.
Usted menciona formalización, pero viene una reforma laboral que no busca generar empleos formales, ¿ahí qué?
Soy optimista y espero que las discusiones de reforma laboral terminen en una buena consclusión porque sería la oportunidad de avanzar en la generación de empleo. Las discusiones tienen algunas complejidades.
Tendría la ilusión y la esperanza como ciudadano que al final del día se lograra una discusión de reforma laboral que genere mayor formalización y empleo. El país lo necesita y ojalá se logre concretar, porque es necesario para el crecimiento económico del país.
¿Cómo juega ahí la esperanza de vida de la población?
Tenemos que entender, claramente, que la esperanza de vida de la población, no solo en Colombia, aumenta de manera permanente. En Colombia ya tenemos una esperanza de vida de 77 años, más o menos. Ese es un desafío gigante porque cada vez las poblaciones viven más y es claro que los sistemas realmente relevantes son los de ahorro y este sistema deja de serlo, porque el 85% de los colombianos ganan menos de 2,3 salarios.
Tenemos desafíos grandísimos, por ejemplo, del porcentaje de contribución. Es decir, aquí la cooperación es que estamos viviendo muchos más años y estos sistemas se tienen que basar en el ahorro, porque los bonos demográficos y la tasa de natalidad cayó de manera considerable en Colombia.
Sistemas que tienen un buen un soporte en regímenes de reparto, en donde los jóvenes aportan para pensionar a las personas que ya cumplen su edad de jubilación, son modelos que en el mundo están perdiendo vigencia, precisamente, porque la esperanza de vida aumenta y eso necesita más ahorro, necesita un enfoque más claro de los Estados en los subsidios, y necesita revisión de un mundo de parámetros que no fueron tocados de ninguna manera en esta reforma pensional que ya fue aprobada.
Durante los debates se habló mucho del futuro del ahorro de los colombianos, ¿está salvo o no?
Está a salvo. Uno de los temas de esta reforma, y de mucha discusión, es que buena parte de los recursos que hoy han construido los colombianos en el sistema de ahorro individual, que son más de $400 billones, van a seguir siendo administrados por los fondos de pensiones.
Ese es un tema importante, que tuvo mucha discusión en la reforma pensional. Obviamente, en adelante, los fondos de pensiones tendremos un papel fundamental en la administración de los recursos hasta tanto las personas vayan logrando su edad de jubilación y, por supuesto, una participación muy activa en ese segmento de más de 2,3 salarios que administraremos nosotros.
Realmente, es nuestra convicción y Protección lo que ha venido haciendo es trabajando en una conversación, no de pensiones, sino de futuro colombianos. Por ejemplo, una persona joven, obviamente debe tener una mirada alrededor de su futuro, no solo relacionado con el aporte pensional, sino con la capacidad de ahorro voluntario adicional que le permita construir ese capital de futuro.
¿Están cuidando los colombianos su ahorro y su pensión?
No es posible solo con la pensión, entre otras, porque allí, obviamente, el reto es grande en términos de formalidad, de continuidad y, sobre todo, en términos de que solo una parte de lo que se recibe en el salario se va a la cotización.
Cada vez el reto es de más años de vida sin mover parámetros, por ejemplo, como la edad de jubilación. Son un desafío en el cual acumulo cada vez menos años, si lo comparo con los años que voy a vivir. De cada $100 de una persona que se ha pensionado en este régimen, aproximadamente, $70 corresponden a rendimiento generados por la inversión.
Si una persona de 29 años, por ejemplo, es capaz, de manera voluntaria y disciplinada, de destinar 10% de su salario a ahorrar, podría agregarle un complemento a su pensión de, aproximadamente, el 40%.
Eso es el resultado de un trabajo muy disciplinado de ahorro durante toda la vida y consistente para alcanzar la suma necesaria. Al final del día, se sacan las cuentas cuando uno simplemente se pensiona, si solo tuviera el ahorro pensional, pero no logra por ningún motivo alcanzar un salario con el que tenía la tasa de reemplazo, como se llama en términos técnicos. Entonces, esta tasa está lejana de lo que uno gana, entre otras, por el tiempo de acumulación y por los parámetros definidos para acumular.
Así las cosas, ¿más adelante será necesario subir la edad de pensión o de jubilación?
Estoy convencido de que sí, porque, obviamente, una construcción de futuro tiene unos parámetros. Simplemente, en un ejercicio matemático se calcula cuánto tiempo se tiene para ahorrar, qué monto se tiene para ahorrar y cuánto tiempo se va a vivir. Como la esperanza de vida está en 77 y cada cuatro años aumenta uno, en parámetros muy generales, definitivamente, lo que está sucediendo en todo los países del mundo es eso.
No es sino mirar países diferentes, en los cuales la edad de pensión ya no solo se aumenta, pues ya en muchos de los países del mundo está por el lado de 65, sino que además se hizo otra cosa: ya se igualó la edad de jubilación y pensión de las mujeres, que hoy es cinco años menor en Colombia. Pero en muchos países ya entienden que la esperanza de vida en Colombia es de 77, pero la de las mujeres es de 80.
Las mujeres viven más hoy, y en el sistema nuestro tienen una brecha grandísima: ahorran cinco años menos y viven cinco años más. Es decir, hay una brecha de ahorro de casi que de diez años y eso tiene un impacto grandísimo en lo que corresponde a definición de una mesada pensional.
El presidente Petro dijo que es necesario reducirla. ¿Lo ve viable?
Esta conversación es muy técnica. Es una operación, simplemente, actuarial, que recoge los parámetros de porcentaje de contribución y esperanza de vida. Creo que esa es la que tiene que primar en una discusión que es absolutamente técnica.
Ahí es donde entendemos, claramente, que para mayor longevidad, mayor necesidad de ahorro o tiempo de ahorro y eso es una cooperación absolutamente importante.
¿Qué va a pasar con los fondos de pensión después de uno o dos años de la reforma?
Los fondos de pensiones tienen una tarea muy importante alrededor de la institucionalidad. Tienen a su cargo la responsabilidad de administrar los recursos de más de 21 millones de colombianos y los seguirán administrando hasta que buena parte de ellos se pensionen.
Tiene un papel de un jugador muy importante en todo esa capa de más de 2,3 salarios de personas que van a entrar o que hacen parte del régimen que no corresponden a la transición.
A la institucionalidad, las tareas que nos quedan y lo que viene con la reforma, definitivamente, es un elemento fundamental y es seguir pensando en que estas compañías seguirán siendo actores fundamentales en el país para el futuro colombianos
En caso de que la reforma se caiga en la Corte Constitucional, ¿todo seguirá igual o qué pasará?
Habrá que saber cuál es la decisión de la Corte. Todavía no la sabemos, pero lo que sí es claro es que la Corte tiene un papel fundamental, porque ya recibió unas demandas y estas son de inconstitucionalidad de cara a cómo avanza el proceso de aprobación y pueden generar varias posibilidades.
No sabemos cuáles de ellas sean, pero la Corte Constitucional tiene una voz muy importante para darle un espacio o una probabilidad para que esta siga adelante.
También tendrá algunas observaciones sobre la misma, hasta el punto de declararla inexequible. Es una tarea a la que estaremos muy atentos, porque buena parte del futuro también depende de ello . No tenemos ninguna aproximación a lo que pueda suceder. Es una decisión autónoma de ellos que, obviamente, estaremos pendiente y respetaremos.
El país necesita una reforma pensional desde hace varios años, porque los parámetros han cambiado. Este país necesita una reforma pensional, siempre que aumente cobertura, sea más sostenible y genere más equidad.