Bogotá enfrenta un grave problema de contaminación en uno de sus ríos, según un estudio realizado por el profesor Fernando Elí Romero de la Universidad Nacional de Colombia.
El análisis reveló que el río, que atraviesa las localidades de Santa Fe, Engativá, Suba y Teusaquillo, presenta niveles de plomo superiores a los estándares internacionales, así como la presencia de bacterias como escherichia coli y coliformes totales, indicadores de contaminación fecal.
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El estudio, llevado a cabo en el Laboratorio Ambiental de la Facultad de Ingeniería de la Unal, utilizó técnicas avanzadas de cromatografía y espectrometría para identificar y cuantificar los contaminantes.
Los resultados mostraron concentraciones de plomo de 0,038 partículas por millón (ppm), superando el límite de 0,01 ppm establecido por normativas internacionales, como las de Brasil. Según Romero, la contaminación podría estar relacionada con la mala gestión de residuos en la capital.
Además, se detectó contaminación bacteriana desde el paso del río en el cerro El Cable, en los Cerros Orientales, hasta la avenida NQS, lo que sugiere que la fuente de agua está comprometida por la actividad humana. Esta situación representa un riesgo para la salud pública, especialmente para niños y personas mayores, ya que puede provocar enfermedades gastrointestinales.
El profesor Romero destacó la falta de regulación ambiental adecuada y la presión de la urbanización sobre los recursos naturales como factores que han convertido al río en un pasivo ambiental.
Sin cambios en la gestión del agua y una mayor inversión en infraestructura de saneamiento, la calidad de vida de los habitantes de Bogotá y la salud de sus ecosistemas seguirán deteriorándose.
Otro hallazgo del estudio fue el aumento de la conductividad eléctrica del agua a lo largo del río, lo que indica una creciente carga de sales y sedimentos, probablemente debido a descargas de aguas residuales.
Romero subrayó la importancia de proteger los cerros Orientales, donde nacen otros cuerpos de agua importantes para la ciudad, como los ríos Fucha y Tunjuelito. La deforestación y la falta de medidas de protección ponen en riesgo el acuífero Guadalupe, una fuente subterránea de agua limpia.
El geólogo Nicolás Guevara, también investigador de la Facultad de Ciencias, participó en el estudio, que resalta la necesidad urgente de aplicar más regulación y monitoreo para preservar estos ecosistemas y garantizar el suministro de agua potable en el futuro.
Problemas de agua en Bogotá: los embalses Chuza y San Rafael, en mínimos preocupantes
Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá, ha advertido sobre la crítica situación del suministro de agua en la capital colombiana, destacando que el embalse de Chuza se encuentra al 33% de su capacidad. Esta cifra es alarmante, ya que el sistema de embalses está a poco más de un 7% de alcanzar el temido “día 0″, cuando el suministro de agua podría agotarse.
A pesar de las lluvias recientes, los niveles de los embalses no han mostrado una recuperación significativa. El embalse de San Rafael está al 73% de su capacidad, lo que también es motivo de preocupación.
En este contexto, el alcalde Galán, junto con varios organismos de control, realizó una inspección exhaustiva al embalse de Chuza para evaluar la situación de primera mano. Durante el recorrido, que incluyó un sobrevuelo, Galán observó los efectos de la sequía en la región y subrayó la importancia de mantener las medidas de ahorro de agua.
Galán destacó que los últimos meses han sido atípicamente secos y enfatizó la urgencia de coordinar esfuerzos para garantizar el suministro de agua en el futuro. “Estamos evaluando las medidas actuales y aquellas planeadas para el mediano y largo plazo”, afirmó el alcalde.
La inspección también incluyó una visita al pozo de Compuertas, que transporta agua a la planta Wiesner en La Calera. Este complejo proceso es crucial para la distribución del agua a miles de usuarios en el área metropolitana de Bogotá. Natasha Avendaño, gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (Eaab), enfatizó la colaboración entre las entidades para enfrentar esta crisis.
La situación actual del suministro de agua en Bogotá es un recordatorio de la vulnerabilidad de los recursos hídricos ante fenómenos climáticos extremos y la necesidad de una gestión eficiente y sostenible del agua.