Nicolás Cuadros Pinto deberá cumplir una condena de dieciséis años y ocho meses por ser el actor intelectual del asesinato de su pareja y por ocultar su cuerpo.
La víctima de este hecho es Lamurid Frasser, que el 23 de octubre de 2023 salía de su casa, ubicada en Bogotá, para dirigirse a Norcasia, Caldas, donde se encontraría con Cuadros, su pareja, para cumplir una cita de negocios. Luego de este encuentro, ambos irían a la costa colombiana para reclamar una camioneta importada desde Miami, Estados Unidos.
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Los últimos mensajes que se tienen de Frasser, administradora de empresas y dedicada al negocio de la ganadería, fueron a su hermano, Albert Gibson, y su entrenador, Andrés González, ese mismo día. A los dos les habría confirmado que se dirigía a La Dorada, Caldas, para comprar objetos personales y encontrarse con su novio.
Luego de su llegada al centro de Norcasia, fue abordada por uno de los cómplices del homicidio, conocido como Dídier, que declaró ante los investigadores que él en realidad debía recibirla en la entrada de la población, según le había ordenado Cuadros. Una vez la llevó a la finca La Germania, lugar en el que se daría la cita de negocios, se encontraron con otro sujeto, conocido con los alias de Rata o Loco, contratado para acabar con la vida de la joven.
Este hombre le propinó tres disparos con un revólver calibre 38. Según confirmaron las autoridades. Lamurid murió en el lugar de los hechos y, al parecer, fue enterrada cerca de la finca, ubicada en el nororiente de la ciudad.
En medio del interrogatorio hecho a los culpables, se pudo conocer que Nicolás Cuadros aportaba económicamente a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) del Magdalena Medio y presentaba a miembros de este grupo ilegal como escoltas suyos.
Ya en el juicio, el fiscal que investigó el caso argumentó por qué se le adicionaba el delito de homicidio agravado: “Era evidente que contrató sicarios para asesinar a su enamorada y posteriormente desaparecer su cuerpo. Con su apoyo económico a los integrantes de la diezmada organización paramilitar, no solamente fomentó, sino que promovió y financió esta caterva de bandidos”.
Las investigaciones llevadas a cabo por las autoridades determinaron que, por presunta desaparición forzosa, eran sospechosos, Dídier Escobar Sánchez, Fermín Antonio Londoño Montaño y al propio Nicolás Cuadros, además de acusarlos de hurto calificado y agravado. Todos condenados hoy por la justicia.
Luego de que se conociera la desaparición de la empresaria, el mismo Nicolás se presentó voluntariamente ante las autoridades y aceptó los cargos que le imputaron en su contra, condenándolo en primera instancia a 23 años y 7 meses de prisión. No obstante, mediante preacuerdo logró reducir su condena a 16 años y medio. En el juicio llevado a cabo en Manzanares, aceptó los delitos de concierto para delinquir, al haberse aliado con Escobar y Londoño para cometer el ilícito. Pero también admitió culpabilidad al homicidio agravado. Un juez determinará el tiempo específico que el determinador de los hechos estará condenado.
La muerte de la mujer tuvo, según concluyeron las autoridades, un origen económico, por el interés que tenía Nicolás de tener bajo su poder el dinero con el que se compraría el automóvil.
Nicolás Cuadros, nacido en Bogotá y con 34 años de edad, actualmente está detenido en la cárcel La Picota. Hasta ahora, se desconoce el espacio donde se encuentra el cuerpo de Lamurid, puesto que ninguno de los culpables dio luces sobre su paradero.