En Medellín, la activista Sara Jaramillo Gómez ha denunciado un presunto caso de explotación sexual que involucra a tres mujeres, posiblemente menores de edad, en un hotel del Parque Lleras.
Tras entregar a las autoridades imágenes y grabaciones que documentan el incidente, Jaramillo ha comenzado a recibir amenazas a través de mensajes de texto.
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El incidente ocurrió cuando la activista, que participa en varias organizaciones que combaten la explotación sexual y la trata de personas, presenció una situación sospechosa en la recepción del hotel.
A pesar de haber llamado al número de emergencias 123 para denunciar el hecho y haber intentado detenerlo con su celular en mano, las mujeres involucradas no han sido localizadas desde entonces.
Jaramillo, decidida a hacer pública la situación, compartió la denuncia en redes sociales, lo que parece haber desencadenado las intimidaciones que ahora enfrenta. La activista asegura que las pruebas entregadas a las autoridades son suficientes para demostrar que las jóvenes iban a ser explotadas sexualmente por un turista extranjero.
¿Cuál fue la denuncia?
En la noche del martes 15 de octubre, una escena captada por cámaras de seguridad en El Poblado, cerca del Parque Lleras, ha generado preocupación. Dos mujeres, aparentemente menores de edad, fueron vistas en la entrada del Hotel Topá House, mostrando signos de alerta mientras revisaban sus celulares y observaban a su alrededor.
El incidente fue reportado por una líder local que, al pasar por la carrera 39, notó la presencia de las jóvenes. “Luego de comer, cuando regresamos por la moto, me percaté que había tres chicas menores de edad con un tipo afuera de un hotel. La escena es así: el tipo entra primero y empieza a hablar con el recepcionista, al parecer como pidiéndole algo, mientras las niñas esperaban afuera”, relató la líder juvenil.
Una de ellas vestía una falda negra corta y un top blanco, mientras que su acompañante llevaba un bluyín y un saco negro. Ambas parecían estar esperando algo o a alguien, lo que llamó la atención de la denunciante.
Dentro del hotel, una tercera mujer, también de apariencia juvenil y vestida de azul, estaba acompañada por un hombre adulto de piel morena. Este último interactuaba con el recepcionista del hotel, gesticulando y mostrando su celular, lo que sugiere que intentaba persuadirlo de alguna manera: “Después de que él empezara a hablar, pasó una niña. Después pasó otra y ahí pensé: ‘las van a entrar’. Uno conoce el contexto, se veía que la más pequeña podría tener incluso 13 años”, detalló Sara.
Un video capturado menciona que una de las mujeres tenía documentos que podían ser solicitados. Este incidente ocurrió después de que la joven, convencida de que había menores en riesgo, llamara a la línea de emergencias 123 a las 7:56 p. m. para alertar a la policía sobre la situación.
La grabación, que dura poco más de un minuto, revela cómo una de las mujeres, aparentemente la más joven, entra a la recepción y luego sale rápidamente para reunirse con otra compañera que la esperaba en la calle. La pareja de la joven líder, identificada como Jaramillo, confrontó al hombre y a la mujer de vestido azul, preguntándole su edad, a lo que ella respondió escuetamente: “21″.
Minutos después, Jaramillo y su pareja regresaron a la recepción, que ya estaba vacía, salvo por el recepcionista. Este, sin que le preguntaran nuevamente, afirmó que una de las mujeres tenía documentos, sugiriendo que se los podían pedir.
¿Qué dice el hotel?
La controversia en torno a un incidente en el Hotel Topá House de Medellín ha generado un debate sobre la aplicación de protocolos de protección a menores. Según una denunciante, las autoridades solo intervienen cuando el delito se comete en flagrancia, lo que deja a posibles víctimas desprotegidas.
El Hotel Topá House emitió un comunicado en el que se distanció de la versión policial, afirmando que cumplió con los protocolos Escnna.
En el comunicado, el hotel explicó que una joven intentó registrarse, pero se le negó el acceso debido a que su comportamiento no generó confianza en el recepcionista. Ante esta situación, se llamó a la policía para verificar la identidad y edades de las personas involucradas.
El hotel también expresó su compromiso con la protección de menores y lamentó que este tipo de situaciones ponga en duda su integridad. Sin embargo, la denunciante, identificada como Jaramillo, cuestionó la versión del hotel, afirmando que fue ella quien alertó a la policía.
Además, criticó la falta de activación inmediata de la ruta de Escnna y sugirió que las identificaciones podrían haber sido falsas.