El hallazgo del cuerpo sin vida de Sofía Delgado Zúñiga, una niña de 12 años que había desaparecido el 29 de septiembre de la zona de Villagorgona, correspondiente al municipio de Candelaria (Valle del Cauca), causó conmoción en el país. El cadáver de la menor fue hallado en la mañana del jueves 17 de octubre por parte de las autoridades, en un operativo en el que fueron capturadas dos personas, que serían los vecinos de la menor, en un caso que está en investigación.
Este doloroso suceso se convierte, según Iris Marín Ortiz, defensora del Pueblo, en un “recordatorio desgarrador de la vulnerabilidad extrema que enfrentan las niñas, los niños y adolescentes en Colombia”. Es por ello, que la titular de la entidad encargada de velar por el respeto de los derechos humanos en Colombia, no dudó en expresar su más sincero pesar por este macabro suceso, además de calificarlo como una “tragedia para todo el país, no solo para el Valle del Cauca”.
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La defensora, que llegó al cargo el 30 de agosto como la primera mujer elegida para el cargo, este crimen refleja la urgencia de implementar medidas que protejan a los menores de edad de las garras del crimen. “Este doloroso hecho nos recuerda la inmensa vulnerabilidad de los niños y las niñas, así como de los adolescentes en Colombia, quien como sujetos de especial protección deben estar en el centro de todos nuestros esfuerzos por construir una sociedad más segura y justa”, indicó.
Indignación de la defensora del Pueblo ante el asesinato de Sofía Delgado
El caso de Delgado es, para la defensora, un claro ejemplo de cómo la infancia en Colombia sigue siendo vulnerada. Los detalles sobre su muerte estremecieron a los habitantes del territorio nacional, luego de saberse que la menor fue enterrada por sus asesinos en un cañaduzal cerca del municipio, en el corregimiento La Regina, en la vía entre Florida y Candelaria, con evidentes signos de desmembramiento, pues su cuerpo fue encontrado en medio de bolsas.
Este hallazgo causó un profundo dolor en la madre de la menor, Leidy Zúñiga, que como es apenas natural, guardaba la esperanza de que su hija estuviera con vida. No obstante, las pruebas científicas hechas al cuerpo y al ADN de Delgado permitieron comprobar, en un 99,9%, que en efecto se trataba de la niña que era buscada por cielo y tierra por efectivos de la Policía Nacional. Incluso, se había aumentado la recompensa a $40 millones para conocer información sobre su paradero.
Ante lo ocurrido, Marín Ortiz instó a los diferentes estamentos del Estado intensificar y coordinar esfuerzos para prevenir la violencia contra menores. “Hoy más que nunca hago un llamado enérgico a las autoridades y a la sociedad en general para redoblar todos nuestros esfuerzos”, insistió la defensora, en medio de la consternación que causó este crimen y el dolor que hoy embarga a una familia que no pudo proteger la integridad de una de sus integrantes.
Y es que para la defensora, “cada caso de este tipo es un fracaso nuestro como sociedad”, por lo que enfatizó la necesidad de actuar con urgencia y con firmeza para evitar que se repita. “Las autoridades judiciales tienen la responsabilidad de esclarecer los hechos y definir las responsabilidades para que la persona que haya sido responsable tenga que enfrentar las consecuencias y mande un mensaje a la sociedad de que estos hechos no los podemos aceptar”, destacó.
La menor, al momento de salir de su casa, vestía un short blanco y una blusa morada. Fue vista por última vez en el Parque de la Victoria, en Villagorgona, y desde entonces no se supo nada más de su paradero hasta la fecha, cuando se confirmó su muerte de forma violenta.