Andrés Parra inicia un nuevo camino en la comedia para expresar los problemas que ha enfrentado con su salud mental, y en la que pudo encontrar una salida gracias a la escritura, porque ha podido desahogar los momentos más oscuros de su vida.
El ahora comediante caleño, al que el público sigue recordando por su protagónico en Escobar, el patrón del mal, reveló que heredó de su madre una tendencia depresiva que ha atacado a varios mientras de su familia, razón por la cual explicó por qué es importante prestarle atención al tema de la salud mental.
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Gozar del éxito en las pantallas y ser uno de los actores más queridos por parte del público en Colombia, no hace que Andrés Parra sea ajeno a los padecimientos emocionales. De hecho, dio a conocer las razones por las que a él las depresiones y ansiedades lo atacan más duro, pues reveló que sufre de sensibilidad excesiva. “Yo soy hipersensible, por eso es que cuando una depresión ataca lo hace con toda, una vez caes, es un muy difícil salir”, afirmó.
Adoptar el ciclismo como un estilo de vida fue una de las acciones que tomó el actor vallecaucano para salir de este problema, sin embargo, no resultó ser suficiente.
A sus 47 años Andrés Parra encontró en la escritura y la comedia, el camino que lo llevó a la luz para desahogar y compartir con los demás lo que sentía. Compartir sus capítulos más oscuros de la vida lo llevaron a reconectar con su ser interior y , luego de buscar ayuda profesional, finalmente logró controlar esta afección que lo reprimía, pues por un tiempo no encontró satisfacción en nada de lo que hacía.
“Yo soy hipersensible, entonces digamos que a mí me pegó más de lo normal y lo viví de cerca. Mi papá fue depresivo, primas, tíos, mi hermano, abuela y fue un tema que me tocó muy cerca. Si yo no me cuido, estoy a las puertas de caer, y cuando usted cae es muy difícil de salir”, compartió Parra en su paso por la cabina del programa radial ¿Cómo amaneció Bogotá? de la emisora Tropicana.
Andrés Parra continúa su faceta como comediante
Venga que sí es pa’ eso es el stand up comedy con el que hace catarsis el actor caleño sobre cómo identificó su problema, lo hizo consiente y aceptó recibir la ayuda luego de darse cuenta de que no podía enfrentarlo solo.
Justo después de haber protagonizado la serie Escobar, el patrón del mal, que Andrés Parra comenzó a experimentar que el éxito alcanzado y la fama conseguida no le eran suficientes para sentirse bien y a gusto con su profesión, su familia y entorno. El actor reconoció que empezó a descargar en los demás su amargura, frustración y miedos. Sin embargo, identificar y aceptar los conflictos causados tanto por la ansiedad como por la depresión le sirvió para concientizar el hecho de encontrar solución al problema. “Entendí que no es sano ni justo llevar cargar todo el peso de la cruz siendo el único doliente”
Descubrir que el mundo no funcionaba como la sociedad le había enseñado, resultó ser determinante para Parra, ya que también entendió que con culpar a otros de su insatisfacción no lo iba a hacer sentir contento del todo, sino que por el contrario se estaba llenado de más rencor y alejando de la gente.
“Me confronté y entendí que esto no me pasaba solo a mí, quién no ha tenido problemas de pareja, cuánta gente no ha alcanzado el éxito y aun así no se siente bien, todos nos hemos preguntado por qué a mí y nadie se ha librado de tener un mal día”, mencionó.
Este nuevo formato de comedia que presenta, es una propuesta cruda, sin filtros y muy directa con la que Andrés decidió pararse en un teatro a contar lo que tuvo que atravesar para reencontrarse y volver a sonreír. Con este stand up comedy, el actor debuta en el formato al que le tuvo mucho respeto por mucho tiempo, pero con el que descubrió la fórmula para hacer reír al tiempo que entregaba un mensaje.
“Llegó un momento en el que no podía sufrir más, me saturé de estar de mal genio, aburrido, insatisfecho y deprimido, fue el colapso”, contó Parra. Fue así como en la ayuda profesional y los textos que escribe desfogó todo aquello que le aquejaba, además, de hacerse responsable de su sufrimiento.